Tecnología digital para la diabetes: análisis de 3 casos

por | 2, May, 2024 | Nutrición, Tecnología

12–13 minutos de lectura

El uso de “wearables” puede mejorar los controles de los pacientes diabéticos y mejorar su calidad de vida. Los “wearables” son aquellos accesorios o prendas de vestir que cumplen con la función de recabar información fisiológica. Pueden ser relojes, anillos, o hasta inclusive ropa. En este artículo se evalúan los wearables como herramientas para mejorar el control de los pacientes con diabetes.

PUNTOS CLAVE

  • Mejora del control glucémico: la tecnología para la diabetes, como los sensores de glucosa y las bombas de insulina, ayuda a las personas con diabetes a controlar mejor sus niveles de glucosa en sangre. Proporcionan lecturas de glucosa en tiempo real y administración automática de insulina, lo que ayuda a mantener los niveles de glucosa dentro de rangos objetivo y reduce el riesgo de hiperglucemia e hipoglucemia.
  • Mayor comodidad y conveniencia para el paciente: la tecnología para la diabetes elimina la necesidad de mediciones frecuentes de glucosa con pinchazos en el dedo e inyecciones manuales de insulina. Las bombas de insulina calculan y administran dosis de insulina, eliminando la necesidad de inyecciones manuales. Esto mejora la comodidad y conveniencia del paciente, facilitando y haciendo menos pesada la gestión de la diabetes.
  • Reducción de complicaciones a largo plazo: al mejorar el control glucémico, la tecnología para la diabetes puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo asociadas con la diabetes, como enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal y neuropatía.
  • Retroalimentación y alertas en tiempo real: los sensores de glucosa proporcionan retroalimentación inmediata sobre los niveles de glucosa, lo que permite a las personas con diabetes hacer ajustes oportunos en sus dosis de insulina o elecciones dietéticas. Las alertas pueden notificar a las personas sobre niveles altos o bajos de glucosa, ayudándoles a tomar medidas rápidas para prevenir complicaciones.
  • Integración de datos y análisis: la tecnología para la diabetes a menudo incluye programas basados en la nube que permiten a los pacientes, familiares y proveedores de atención médica acceder y analizar datos integrados de glucosa y administración de insulina. Estos datos pueden ayudar a identificar patrones, tendencias y áreas de mejora en la gestión de la diabetes. Se pueden realizar ajustes en las dosis de insulina, la planificación de comidas y otros factores en función del análisis de estos datos.
  • Mejora de la calidad de vida: la tecnología para la diabetes puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con diabetes al reducir la necesidad de pruebas frecuentes de glucosa en sangre e inyecciones manuales de insulina, simplificando las tareas diarias de gestión de la diabetes. También proporciona tranquilidad al reducir el riesgo de hipoglucemia e hiperglucemia y permitir que las personas vivan con más libertad sin preocuparse constantemente por sus niveles de glucosa.

Este artículo describe el uso de dispositivos implantables para la medición en tiempo real de la glucemia y su vinculación con bombas de infusión continua de insulina.

Plantea la problemática desde 3 casos clínicos muy habituales que representan las dificultades económicas, de acceso, de estilo de vida a las cuales se ven sometidos los pacientes diabéticos, así también como a los temores de padecer complicaciones.

Primero

Leo, un joven de 22 años diagnosticado con diabetes tipo 1 a los 17 años. Tiene dificultades para alcanzar los objetivos de glucosa debido a sus múltiples responsabilidades, donde la diabetes no es su principal prioridad.

Trabaja en la cocina de un restaurante y no cuenta con seguro médico privado. Se encuentra en terapia con múltiples inyecciones diarias (MDI) de insulina, con glargina como insulina basal.

Tiende a olvidar las mediciones de glucosa en sangre y las inyecciones de insulina en las comidas, y a menudo tiene un tentempié nocturno sin insulina por miedo a la hipoglucemia nocturna.

Sus niveles de hemoglobina glucosilada han oscilado entre 9.0 y 13.2%, indicando un alto riesgo de complicaciones a largo plazo.

El tratamiento propuesto para Leo fue el de un sistema de administración automatizada de insulina (AID), que combinaba una bomba de insulina con un monitor continuo de glucosa (CGM).

Inicialmente, Leo utilizaba un sistema donde la administración de insulina aún no estaba automatizada, pero experimentó mejoras en el manejo de su diabetes, incluyendo retroalimentación inmediata y alertas, una entrega de insulina más fácil y una insulina basal continua.

Después de 2 semanas, el nivel de hemoglobina glucosilada de Leo disminuyó, y después de 6 meses, hizo la transición a un sistema de AID completamente automatizado.

Con este sistema, su ansiedad con respecto a la hipoglucemia nocturna disminuyó, y su nivel de hemoglobina glucosilada mejoró aún más.

El sistema de AID integró la comunicación entre el sensor de glucosa y la bomba de insulina, tomando decisiones automáticas en tiempo real basadas en los valores de glucosa del sensor.

Esto permitió ajustes en la administración de insulina para prevenir la hipoglucemia e hiperglucemia.
El uso del sistema de AID, junto con el monitoreo continuo y la retroalimentación proporcionada por el CGM, ayudó a Leo a lograr un mejor control glucémico y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo asociadas con la diabetes.

La importancia de generar confianza en el paciente hasta que se familiarice con la nueva tecnología, hasta demostrarle los beneficios va a llevar a una mejor adopción.

El sistema de AID integra la comunicación entre el sensor de glucosa y la bomba de insulina y utiliza un algoritmo para disminuir o suspender automáticamente la entrega de insulina para prevenir la hipoglucemia, aumentar la insulina basal para prevenir la hiperglucemia y administrar dosis correctivas para valores de glucosa más altos, teniendo en cuenta la insulina entregada previamente.

Estas decisiones automáticas en tiempo real se toman cada 5 minutos, coincidiendo con cada nuevo valor de glucosa del sensor. Los algoritmos de AID suelen estar almacenados en la bomba, que se comunica con un teléfono celular para enviar datos a la nube.

Los programas basados en la nube ofrecen a los pacientes, familiares y proveedores de atención médica la capacidad de visualizar datos integrados de glucosa y entrega de insulina, lo que permite identificar patrones que pueden utilizarse para modificar configuraciones y comportamientos.

Esta tecnología permite vincular a familiares con el control de glucemia de los pacientes. Esto es sumamente importante en niños y adultos mayores.

En el siguiente cuadro se puede apreciar la mejoría de la HbA1c a partir de la administración automatizada de la insulina (A) Permite entender, a partir, de las múltiples mediciones y su gráfico el comportamiento de la glucemia e interpretar los momentos en los que tiene un pico y su asociación con cualquier factor externo, por ej. comidas, deportes, etc. (B)

El segundo caso clínico

Eli, una paciente con diabetes tipo 2 diagnosticado hace 4 años, pero no tratado con medicamentos.

Sus niveles de hemoglobina glucosilada oscilaron entre 6.7 y 7.2%. Presentó un nivel elevado de glucosa aleatoria de 640 mg/dL (35.5 mmol/L), acompañado de empeoramiento de la frecuencia urinaria y sed excesiva.

Requirió tratamiento con insulina subcutánea y líquidos intravenosos en el departamento de emergencias.

Se le proporcionó un sensor de glucosa e instrucciones para el uso de insulina inyectable. Inicialmente, mostró escepticismo sobre la insulina, pero reconoció la necesidad de inyecciones de glargina después de monitorear los niveles de glucosa con el sensor en casa.

Realizó cambios en su dieta basados en los datos del sensor de glucosa, lo que resultó en una mejora en los niveles de glucosa y la reducción de los síntomas.

Tras el alta se realizó los controles de glucemia ambulatorio y acudió a los controles diabetológicos.
Los datos de glucosa estaban disponibles para su revisión de forma remota por el médico, quien pudo realizar ajustes de medicación informados rápidamente al revisar los resultados del sensor de glucosa de forma remota 2 semanas después de la visita inicial.

Este caso resalta las formas en que los ajustes de medicación informados por datos pueden realizarse con sensores de glucosa.

Los gráficos sirven para demostrar de una manera fácil los cambios en las determinaciones en las glucemias y ayudan a los pacientes a entender su evolución, mejorando su compromiso con la enfermedad.

El tercer caso clínico

Gia ha vivido con diabetes tipo 1 durante 40 años y tiene miedo a la hipoglucemia, lo que la ha llevado a mantener niveles altos de glucosa.

Hace dos años, comenzó a usar un sistema de administración automatizada de insulina (AID), lo que mejoró sus niveles de hemoglobina glucosilada a menos de 7.5% y redujo su miedo a la hipoglucemia. Sin embargo, al ser ingresada en el hospital, se cambió del sistema AID a la terapia con múltiples inyecciones diarias (MDI).

Gia tuvo dificultades para controlar sus niveles de glucosa con MDI debido a retrasos en las comidas y ansiedad por la hipoglucemia.

Tras solicitar reiniciar el sistema AID, mejoró su control glucémico. Sin embargo, debido a la falta de disponibilidad de un centro que pudiera manejar el sistema AID, fue discontinuado nuevamente para facilitar su alta.

Al volver a la terapia MDI, su control glucémico empeoró. La historia médica de Gia destaca los desafíos de manejar los niveles de glucosa en el hospital, la importancia de las preferencias del paciente en el uso de dispositivos para la diabetes, y los beneficios potenciales de usar dispositivos como los sistemas AID para un mejor control glucémico.

Los objetivos actuales de glucosa en el hospital son conservadores, típicamente de 140 a 180 mg/dL (7.8 a 10.0 mmol/L); estos objetivos prefieren evitar los riesgos de hipoglucemia sobre los asociados con la hiperglucemia.

El estándar actual es utilizar una combinación de dosis de insulina de acción prolongada y rápida (basal-bolus) mediante terapia MDI. Sin embargo, frecuentemente no se logran los objetivos de glucosa, y un metaanálisis mostró que solo se alcanzaron los objetivos glucémicos en el 34% al 66% de los pacientes, y el 2% al 29% de los pacientes tuvieron episodios de hipoglucemia.

El AID mostró una mejoría de los controles de glucemia de Gia mientras estuvo internada comparada con la terapia MDI.

Esto demuestra el desafío a todo el sistema de salud quien deberá adaptarse y entrenarse en estas nuevas tecnologías.

Los “wearables”, en este caso los sistemas de administración automatizada de insulina (AID) y los sensores de glucosa, han demostrado beneficios significativos en la mejora del control glucémico y los resultados en la calidad de vida para pacientes con diabetes.

Estas tecnologías han facilitado y hecho más seguro para las personas con diabetes alcanzar los objetivos glucémicos y prevenir complicaciones a corto y largo plazo.

Sin embargo, todavía existen barreras para un acceso equitativo a la tecnología para la diabetes, como disparidades en la cobertura del seguro y disponibilidad limitada en ciertas regiones.

El artículo enfatiza la necesidad de cambios a nivel del sistema para aumentar el acceso a la tecnología para la diabetes y mejorar los resultados para todos los pacientes con diabetes.

Sobre el autor

Ignacio Fernández Criado

Ignacio Fernández Criado

AUTOR

Médico especialista en Medicina Clínica MN 124.109 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Consultor en Salud Digital. Contacto IG > @ignacioeloyfc

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