Vacunación Covid 19 ¿Cuál es la evidencia para extender el intervalo entre las dosis?

por | 12, Ene, 2021 | Vacunas

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Se planteó en estos días, ante la escasez de vacunas, y la necesidad del inmunizar al mayor número de personas en el menor tiempo posible, el buscar un «efecto de primer golpe» de inmunidad, o sea, con una primer dosis de vacuna, vacunar al mayor número de personas posible, gracias al hecho de prolongar del intervalo entre dosis (por ejemplo, la segunda dosis en 12 semanas en lugar de 4). Esto generó una conmoción nacional y a nivel mundial, en los países en que se planteó este esquema.

En este análisis de noticias del BMJ, Vacunación covid-19: ¿Cuál es la evidencia para extender el intervalo entre las dosis? dos editores analizan la propuesta de los directores médicos del NHS del Reino Unido, a partir de un anuncio realizado el 30 e diciembre pasado, de retrasar la segunda dosis de las vacunas aprobadas en la región (Pfizer-BioNTech y Oxford- AstraZeneca), para proteger al mayor número de personas en el menor tiempo posible.

No hay evidencia para este enfoque en los trabajos de la vacuna de Pfizer-BioNTech, aunque sé vio que con la primer dosis, la eficacia alcanzada era del 52.4 %, a partir del día 10, llegando al 89 % al día 21, siempre teniendo en cuenta de que se aplicó luego la segunda dosis (la mayoría de los fallos en la eficacia se dieron antes de los diez días desde la primera dosis). Los fabricantes dicen que la vacuna se diseño y probó con dos dosis. En la vacuna de Oxford-AstraZeneca, en un análisis de un subgrupo, sé vio una protección contra la hospitalización y el covid-19 sintomático a día 21 del 73%, hasta la segunda dosis, que puede darse en 8 a 12 semanas.

La Asociación Médica Británica califico esto de irrazonable e injusto, y que generaría un gran trabajo extra reprogramar a los pacientes para la segunda dosis. También se plantearon interrogantes en relación a los consentimientos informados firmados, así como respecto a los folletos informativos entregados a los pacientes. La Sociedad Británica de Inmunología no se opuso a la propuesta.  Alemania y Dinamarca también estudian ampliar el intervalo entre dosis. Se plantea con esto el interrogante de si esto puede aumentar el riesgo de que aparezcan cepas resistentes de SARS-CoV-2.

En conclusión, en varios lugares del mundo se abrió un debate similar al nuestro, con una salvedad: La vacuna aplicada y aprobada en Argentina, Sputnik V, está compuesta por dosis, de vectores de adenovirus distintos el de la primera al de la segunda, lo cual sería una ventaja con respecto a la inmunogenicidad y eficacia de la vacuna en la posología original para la que fue diseñada.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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