Revisamos en INFOMED los riesgos del uso sin control de derivados de la lavanda, a partir de la página del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH, por su sigla en inglés) (1).
PUNTOS CLAVE
- A la planta de lavanda, y sus derivados, en distintas presentaciones, se le atribuyen distintas propiedades sobre la salud.
- Se utiliza y consume en forma de aceites esenciales, cremas, cápsulas, infusiones e inhalantes, además de productos cosméticos y de limpieza.
- Se cree que tiene propiedades para mejorar los estados de ánimo, tratar la ansiedad, el insomnio, la depresión, distintas formas de dolor, trastornos de la piel, la caída del cabello, etcétera. Se cree que ayuda también a relajarnos y a disminuir los niveles de estrés.
- Hasta el momento, la evidencia científica disponible es, en general de baja calidad, lo que no nos permite aplicar su uso a los distintos tratamientos de las enfermedades humanas. Hacen falta más investigaciones al respecto.
- En general, su uso parece seguro. No obstante, se han reportado casos de intoxicaciones, trastornos hormonales, arritmias cardíacas y enfermedades renales, entre otros, que hace que su consumo, siempre en el plano individual, tenga que ser con precaución.
Lavanda: introducción a una planta milenaria (2)
La lavanda es una planta milenaria, muy difundida en la región del mediterráneo, y de ahí, al mundo. Los primeros registros datan del antiguo Egipto: el aceite de lavanda se usaba en el proceso de momificación. En la antigua Persia, Grecia y Roma se hacían baños, con la creencia que se purificaba el cuerpo.
Las personas habitualmente la asocian con 2 elementos característicos: el perfume, y el olor a lavanda.
La lavanda es una planta «multipropósito». Se usa en distintas formas:
- Flores desecadas, para perfumar y adornar
- Aceites esenciales, en general usados para aplicación o en forma de aromaterapia
- Aceites, cremas y lociones de uso tópico
- Shampoo
- Productos de belleza y limpieza
- Té, infusiones y condimentos
- Cápsulas
La palabra lavanda proviene del latín «lavare», que literalmente significa lavar.
¿Qué es un aceite esencial?
Un aceite esencial es aquel que se obtiene de la presión mecánica o destilación de una planta. Es un extracto concentrado de esta, y retiene el olor y sabor natural de su fuente.
Cada aceite esencial tiene una composición química única, y su variedad afecta su perfume u olor, absorción y efectos sobre el cuerpo.
Los aceites sintéticos NO son considerados verdaderos aceites esenciales.
¿Tiene alguna aplicación médica la lavanda?
A la lavanda, y sus derivados, se le atribuyen distintas propiedades, en el marco de un uso folclórico y de la medicina tradicional o alternativa (NO medicina halopática):
- Tratamiento del insomnio y trastornos del sueño
- Tratamiento de la ansiedad. En una investigación, el uso de 160 mg de aceite de lavanda en cápsulas se asoció a una menor ansiedad. En otra investigación se encontró que su efecto podría ser comparable a bajas dosis de lorazepam.
- Tratamiento de la depresión
- Propiedades relajantes, fundamentalmente en forma de infusiones o aromaterapia
- Tratamiento contra la caída del cabello
- Curación de heridas y otras afecciones cutáneas (eccema, acné, quemaduras, psoriasis y dermatitis)
- Tratamiento de la cefalea y migrañas
- Tratamiento del dolor crónico
- Prevención y tratamiento de los efectos adversos de las drogas quimioterápicas
En general, la evidencia disponible, aunque publicada en buscadores médicos de prestigio como PubMed, es de baja calidad, por lo cual es difícil sacar conclusiones definitivas.
A la fecha, los tratamientos con lavanda y sus derivados no están en los estándares de cuidado de ninguna patología en humanos. Hacen falta más investigaciones, de una adecuada calidad epidemiológica, poder sacar conclusiones sobre sus usos médicos y aplicaciones.
Aceite esencial de lavanda: ¿puede afectar la salud?
A lo largo de los años se han publicado distintos reportes científicos en relación a probables efectos adversos en humanos del uso de lavanda y sus derivados.
EFECTOS ENDÓCRINOS
Estudios previos mostraron que el aceite del árbol del té, y el aceite esencial de lavanda, pueden generar una disrupción en los ejes endocrinológicos.
¿Qué es un disruptor de un eje endocrino?
Estos son sustancias del ambiente (aire, suelo, agua), alimentos, productos de cuidado personal, y otros productos manufacturados, que interfieren con el normal funcionamiento del sistema endocrino del cuerpo (es decir, las hormonas y demás señales relacionadas).
En efecto, el uso de aceite de lavanda se relacionó con el desarrollo de ginecomastia en 3 niños varones, antes de la pubertad. Los resultados de esta investigación fueron publicados en The NEJM hace varios años (3).
En este caso, el producto usado fue aceite esencial de lavanda, y aceite derivado del árbol de té, que se usó tópicamente sobre la piel (no en forma de aromaterapia).
Aceite del árbol de té: ¿qué es?
El aceite de árbol de té, o aceite de maleleuca, es un aceite esencial que proviene de vaporizar las hojas del árbol de té australiano. Se le atribuyen distintas acciones, principalmente efectos antibacterianos, anti acné, para el pie de atleta, y la pediculosis, entre otros. El nivel de evidencia científica acerca de los beneficios de su uso, es bajo.
Ginecomastia en niños varones
El término ginecomastia se refiere al agrandamiento de las glándulas mamarias en varones, es una condición frecuente en la infancia, adolescencia y a una mayor edad.
Los períodos de más cambios hormonales, como, por ejemplo, la pubertad, pueden llevar a esta condición. Sin embargo, su presencia antes de la pubertad, es extremadamente poco común, y en el 90% de los casos, se la considera idiopática (es decir, sin una causa identificada).
Para demostrar la relación causal entre los derivados de la lavanda y la ginecomastia, los investigadores aplicaron aceites esenciales de lavanda y del árbol del té, en cultivos de líneas células humanas («in vitro»).
Encontraron que estos compuestos generaban distintos efectos hormonales, que podrían haber estimulado la ginecomastia en los niños varones. Específicamente probaron 4 compuestos, encontrados comúnmente en los aceites esenciales de lavanda y del árbol de té:
- Dipentano / limoneno (presente en el 98% de los derivados de lavanda)
- Alfa- terpineol (presente en el 95%)
- 4-terpinenol (presente en el 80% de los derivados de lavanda)
- Eucaliptol (presente en casi el 80% de los derivados de lavanda).
También probaron 2 compuestos presentes solo en el aceite esencial de lavanda:
- Acetato de linalilo
- Linalol
Y finalmente probaron 2 compuestos que solo están en el árbol del té:
- Alfa-terpineno
- Gamma-terpineno
Estos 8 compuestos aparecen en la mayoría de los productos derivados de lavanda. Fueron probados en los cultivos de células humanas en dosis decrecientes, lo que generó una disminución de sus efectos, dilución tras dilución (es decir, vieron un efecto dosis dependiente).
El uso común de productos que contienen aceite de lavanda, aceite de árbol de té, o ambos, por parte de los 3 niños, y la resolución de su ginecomastia dentro de los meses posteriores a la interrupción del uso de esos productos sugiere que estos aceites pueden poseer una actividad de alteración endocrina que provoca un desequilibrio en las vías de los estrógenos y de los andrógenos.
Los estudios «in vitro» confirmaron que el aceite de lavanda, y el aceite de árbol de té, poseen actividades estrogénicas y antiandrogénicas débiles, que pueden contribuir a un desequilibrio en la señalización de las vías de estrógenos y andrógenos.
Sobre la base de los 3 informes de casos y los estudios «in vitro», se sospechó que la aplicación tópica repetida de productos de venta libre que contienen aceite de lavanda o aceite de árbol de té, fue la causa de la ginecomastia en los 3 pacientes.
Este informe plantea un problema, ya que el aceite de lavanda y el aceite de árbol de té se venden sin receta en su forma «pura» y están presentes en un número cada vez mayor de productos comerciales, incluidos champús, geles para el cabello, jabones y lociones corporales.
Dado que la ginecomastia se considera idiopática en aproximadamente el 10% de los hombres, se podría especular que las fuentes exógenas no identificadas de sustancias químicas disruptoras endocrinas pueden contribuir al inicio o la progresión de la afección, o ambas, en dichos pacientes.
En otra investigación, publicada en 2019 (4), se encontró una asociación entre el uso continuo de derivados de lavanda y el desarrollo mamario, antes de la pubertad, es una niña. Estos cambios retrogradaron con la suspensión de la exposición a dicho producto.
Efectos cardiovasculares (5)
Se han encontrado efectos antimuscarínicos de los extractos de lavanda, con bloqueo de canales de sodio y potasio. Se publicó hace algunos años un reporte de un caso de intoxicación con una infusión de lavanda, con taquicardia supraventricular en contexto de un síndrome anticolinérgico. Su evolución fue favorable, y se resolvió en el servicio de emergencias.
Efectos renales
En la literatura hay publicado un caso de nefritis intersticial en contexto de consumo de lavanda (6).
En conclusión: ¿qué aplicación médica tiene la lavanda?
Hasta el momento, no hay evidencia científica sólida que nos permita a los médicos incorporar la lavanda y sus derivados al tratamiento de distintas enfermedades humanas. Hacen falta más investigaciones y trabajos científicos de calidad, para poder encontrar su aplicación o no en humanos.
En las formas comerciales, de venta libre, disponibles en farmacias y dietéticas, por el momento no impresiona que existan grandes preocupaciones en con relación a su uso, más allá de los casos comentados, aunque por el momento, usar o no la lavanda y sus derivados, permanece en el terreno personal, y no con fines biológicos.
Referencias
