Alergias alimentarias en niños: ¿En qué pueden ayudar las mascotas?

por | 21, Jul, 2023 | Medicina Interna, Nutrición

9 minutos de lectura

Las alergias alimentarias afectan al 10% de los niños. La «teoría de la higiene» sugiere que la exposición a mascotas, en particular los perros, puede ser efectiva para prevenir las alergias alimentarias en esta población. Un grupo de investigadores japoneses trató de probar esta teoría, con perros, gatos, hámsteres, tortugas y aves de mascotas. Lo revisamos en INFOMED (1).

PUNTOS CLAVE

  • Las alergias alimentarias afectan, en países desarrollados, al menos a 1 de cada 10 niños, y su incidencia está en aumento.
  • La «hipótesis de la higiene» sugiere que la exposición a las mascotas es eficaz para prevenir las enfermedades alérgicas, y algunos estudios han informado los efectos beneficiosos de la exposición a los perros durante el desarrollo fetal o la primera infancia en la alergia alimentaria.
  • Un grupo de investigadores japoneses analizó una población de más de 97.000 madres y sus hijos, con el objetivo de explorar el efecto de la exposición a varias especies de mascotas, en el riesgo de desarrollar alergias alimentarias.
  • Examinaron las asociaciones entre la exposición a varias especies de mascotas durante el desarrollo fetal o la primera infancia, y el riesgo de tener alergias alimentarias.
  • La exposición a perros o gatos, durante el desarrollo fetal o la primera infancia, redujo el riesgo de incidencia de alergias alimentarias hasta los 3 años de edad.
  • La exposición a los perros redujo el riesgo de incidencia de alergias al huevo, la leche y las nueces.
  • La exposición a los gatos reduce el riesgo de incidencia de alergias al huevo, el trigo y la soja.
  • En contrapartida a los perros y los gatos, la exposición al hámster aumentó el riesgo de incidencia de alergia a las nueces.
  • En conclusión, la asociación entre la exposición a las mascotas y las alergias alimentarias puede diferir según la especie de mascota y el alimento causante.
  • Se estimó que la exposición continua de perros y gatos desde el desarrollo fetal, hasta la infancia, redujo el riesgo de incidencia de alergias alimentarias.

Alergias a alimentos en niños: un problema que crece

La incidencia de las alergias alimentarias en niños creció en las últimas décadas: afectan a más del 10% de esta población en países desarrollados. Hay desde casos leves, hasta a veces graves, con shock anafiláctico y muerte.

Este tipo de alergias genera importantes costos para la salud pública, y deteriora la calidad de vida de quien más padece, y de su familia.

En muchas ocasiones, son potencialmente prevenibles. El desarrollar estrategias sanitarias con este objetivo es prioritario.

Chancho limpio nunca engorda: la teoría de la higiene

La noción de que la exposición, en las primeras etapas de la vida de los niños, a mascotas y hermanos provee beneficios inmunológicos para la salud humana fue por primera vez propuesta en 1989 (Strachan y colaboradores), y justificó varios estudios epidemiológicos posteriores.

La exposición a mascotas, en particular a los perros, mostró ser efectiva para prevenir alergias en humanos.

No obstante, en algunos países desarrollados, como Japón, las familias, preocupadas por las alergias, alejan a los niños de sus mascotas (es decir, hacen lo contrario de lo que deberían, en caso de probarse estas teorías).

Un grupo de investigadores probó en Sudáfrica que la exposición de embarazadas (y de alguna forma, de los niños por nacer) y de niños, a animales de granja, disminuyó el riesgo de desarrollar alergias alimentarias en la población rural.

Otros estudios previos reportaron beneficios de la exposición a perros, durante el desarrollo fetal, y en la infancia temprana, en el riesgo de desarrollar alergias alimentarias. En contrapartida, otras investigaciones no mostraron efectos significativos al respecto.

No se ha probado aún el efecto de la exposición a otras mascotas, distintas a los perros, en el riesgo de desarrollar alergias, en particular alimentarias. Se plantea que la exposición a las mascotas podría alterar el desarrollo de alergias alimentarias a través de vías inmunológicas alérgeno-específicas. Para analizar esta última relación, entre la exposición a mascotas distintas al perro, y el riesgo de desarrollar alergias alimentarias, un grupo de investigadores nipones llevó adelante una gran investigación.

El estudio japonés: queridas mascotas

En el Estudio de los Niños y el Ambiente Japonés (Japón Enviromental and Children’s Study) exploraron la relación entre la exposición temprana de los niños, y de mujeres embarazadas, a distintas especies de mascotas, y el riesgo de desarrollar alergias alimentarias en la infancia. También se propusieron analizar el riesgo de alergia a alimentos específicos, así como el efecto de tiempo de exposición.

Obtuvieron información sobre la exposición a mascotas, y las alergias alimentarias, a partir del Japan Environment and Children’s Study, un estudio prospectivo de cohortes, desde el nacimiento, con información a nivel nacional, que incluyó a 97.413 madres y sus hijos. Los participantes fueron reclutados entre 2011 y 2014.

La información se obtuvo a partir de cuestionarios, a partir de las madres, durante el embarazo, al mes del nacimiento del niño, y luego cada 6 meses.

Una de las preguntas era si tenían mascotas (perros, gatos, hámsteres, tortugas, aves, etcétera), ¿cuál?, en caso de que la tuvieran, y si estaba dentro o fuera de la casa, así como qué interacción tenían con los niños. Se estimó la prevalencia de las alergias alimentarias en niños al año, 18 meses, 2, 3 y 5 años de vida, así como de alergia a qué.

Examinaron las asociaciones entre la exposición a varias especies de mascotas durante el desarrollo fetal o la primera infancia y el riesgo de incidencia de distintas alergias alimentarias. Realizaron con estos datos un análisis de regresión logística para cada especie de mascota, alimento causante y el momento de exposición.

Los resultados: ¿qué encontraron en este estudio?

Del total de la población, el 21.6% tuvo exposición a mascotas durante la vida intrauterina. Esto fue más frecuente en áreas rurales qué urbanas. La exposición a perros o gatos dentro de la casa, durante el desarrollo fetal o la primera infancia, redujo el riesgo de incidencia de alergias alimentarias hasta los 3 años de edad:

  • La exposición a los perros, durante el desarrollo fetal, bajó este riesgo un 14% (Hazard Ratio, o razón de probabilidades, 0.86), mientras que en la primera infancia, lo hizo en un 13% (HR 0.87). Si los perros estaban afuera de la casa, el riesgo no disminuyó en forma significativa.
  • La exposición a los gatos, durante el desarrollo fetal, bajó este riesgo un 16% (HR, 0.84), mientras que en la primera infancia, lo hizo en un 13% (HR, 0.87), en forma similar a los perros acá.

No hubo asociaciones significativas con la exposición a tortugas, hámster y aves durante el desarrollo fetal.

Al analizar alimento por alimento, la exposición a los perros, redujo el riesgo de incidencia de alergias a:

  • Huevo (- 16% durante el desarrollo fetal y en la primera infancia).
  • Leche (- 18% durante el desarrollo fetal y en la primera infancia). También hubo beneficios con el perro «fuera de casa».
  • Nueces (- 28%, durante la primera infancia).

La exposición a los gatos «dentro de casa» redujo el riesgo de incidencia de alergias a:

  • Huevo (- 17% durante el desarrollo fetal, y – 18% en la primera infancia).
  • Leche (- 17% durante el desarrollo fetal y en la primera infancia). Acá también hubo beneficios con la mascota «fuera de casa», al igual que con los perros.
  • Trigo (- 46% durante el desarrollo fetal, y 16% durante la primera infancia).
  • Soja (- 57%, durante la primera infancia).

Sin embargo, se estimó que la exposición al hámster aumenta el riesgo de incidencia de alergia a las nueces: en este caso, un 93% más.

La disminución del riesgo de presentar una alergia alimentaria, con relación a la exposición a mascotas, se vio principalmente cuando los niños, expuestos durante la primera infancia, también los habían estado durante la vida uterina, y no solo en una de las dos etapas (es decir, durante el embarazo, o durante la infancia temprana).

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

En conclusión, la asociación entre la exposición a las mascotas y las alergias, alimentarias pueden ser diferentes, según la especie de mascota, y el alimento causante.

Se estimó que la exposición continua de perros y gatos, desde el desarrollo fetal hasta la infancia, reduce el riesgo de presentar alergias alimentarias.

Los resultados de este estudio se pueden usar en futuras investigaciones. Se podría considerar incluir la interacción de las embarazadas y de los niños, con mascotas, para prevenir, o retrasar, el desarrollo de distintas alergias alimentarias.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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