Mortalidad infantil: 8 de cada 10 muertes, son prevenibles

por | 30, Jul, 2023 | Medicina Interna

9 minutos de lectura

Una investigación publicada recientemente en JAMA, analizó las causas de muerte en 7 de los países más pobres del mundo. La inequidad se cobra vidas. Lo revisamos en INFOMED (1).

PUNTOS CLAVE

  • Este estudio transversal presenta datos sobre 632 muertes post-neonatales (edad 1 a 5 años) de 7 sitios de alta mortalidad subsaharianos y asiáticos, caracterizadas adecuadamente, a través de análisis histopatológicos, diagnósticos microbiológicos, datos clínicos y autopsias verbales. 

  • La desnutrición, el VIH, la malaria, los defectos congénitos de nacimiento, las infecciones del tracto respiratorio inferior y las enfermedades diarreicas, fueron las causas subyacentes más comunes de las muertes infantiles.

  • Una infección estuvo presente en la cadena causal en el 86,9% de los casos, y el 82,3% de las muertes se consideraron potencialmente prevenibles.

  • Los resultados de este estudio también demuestran el potencial de la herramienta de muestreo de tejido mínimamente invasiva (MITS), para investigar de manera confiable las causas de las muertes infantiles y resaltar el importante papel de las infecciones en entornos de alta mortalidad infantil, lo que brinda oportunidades concretas de acción para mejorar la supervivencia en esta población.

Mortalidad infantil, según donde se nace

La cantidad de muertes de niños menores de 5 años ha disminuido constantemente en todo el mundo: de más de 17 millones de muertes anuales en la década de 1970, a un estimado de 5.3 millones en 2019. De estos 5.3 millones de muertes, 2.8 millones son en niños de 1 a 59 meses.

Esto quiere decir que el 53% de todas las muertes son en niños menores de 5 años.

Este progreso sanitario no es igual para todas las regiones: las reducciones en la mortalidad infantil fueron, comparativamente, modestas en los países de ingresos bajos y medianos, que ahora representan hasta el 99% de todas las muertes infantiles en el mundo (de cada 100 niños que mueren, solo 1 lo hace en un país desarrollado).

¿Cómo se analiza la causa de muerte?

Una autopsia es un examen médico detallado de un cadáver. Puede hacerse para averiguar acerca de una enfermedad o una lesión, o para determinar cómo o por qué ha muerto una persona. La autopsia es realizada por un médico patólogo. Este es un procedimiento costoso, tanto en recursos humanos como en tiempo. Además, muchas veces genera en los familiares y allegados cierta resistencia, por lo que implica el procedimiento.

Una autopsia verbal es una herramienta que tiene como propósito la recolección de información relacionada con los signos, síntomas y antecedentes relevantes de la persona fallecida. Esta depende del relato de los familiares, cuidadores, y profesionales de la salud que atendieron a la persona fallecida. Una crítica a esta forma de autopsia, es que suele haber muchas imprecisiones en los datos.

En los países de ingresos bajos y medianos, los 2 métodos más utilizados para registrar las causas de muerte, son la autopsia verbal, y los registros clínicos premortem, los cuales han mostrado ser bastante imprecisos para identificar las causas de muerte.

El análisis de las principales causas de mortalidad infantil, utilizando solo la causa de muerte subyacente, supone que un niño solo puede morir por una causa, algo que de por sí es muy simplista.

Un nuevo estudio de CHAMPS

La Red de Vigilancia para la Prevención de la Mortalidad y la Salud Infantil (CHAMPS, por sus siglas en inglés) se estableció en 2016 como una plataforma de colaboración a largo plazo, para llevar a cabo una vigilancia estandarizada, integral y de alta calidad de las causas de la mortalidad infantil, en sitios centinela de alta mortalidad en África subsahariana y Asia. En efecto, esta red opera en Mozambique, Sierra Leona, Kenya, Malí, Etiopía, Sudáfrica y Bangladesh.

Las principales actividades de vigilancia incluyen el uso del innovador enfoque de muestreo de tejido mínimamente invasivo post mortem (MITS, por la sigla en inglés, de Minimally Invasive Tissue Sampling) para la investigación de la causa de muerte, que es más confiable que la autopsia verbal y la investigación de registros clínicos, y más social y culturalmente aceptable que las autopsias de diagnóstico completas.

En este estudio transversal, el objetivo fue investigar las principales causas de mortalidad infantil, mediante la exploración de 4 años de datos acumulados de causas de muerte, en 7 sitios de la red CHAMPS, en el período post-neonatal (1-59 meses de edad).

Esto, con un énfasis especial en ilustrar las complejidades de las cadenas causales, y el papel de las enfermedades infecciosas, para así poder proporcionar recomendaciones basadas en datos, sobre enfoques para mejorar la supervivencia infantil.

Las muertes se clasificaron en «comunitarias», si eran antes del arribo a un centro de salud, o «institucionales», si ya habían llegado a este.

En el análisis distinguieron entre las causas subyacentes de muerte (es decir, aquellas que iniciaron la cadena de eventos que condujo a la muerte), y la causa inmediata de muerte. Esta distinción es importante, porque la muerte puede resultar de la interacción de diferentes condiciones.

MITS: ¿de qué se trata?

Dentro de las 24 horas de la muerte del niño (36 horas si el cuerpo fue refrigerado), con el consentimiento de los padres/cuidadores, se toman muestras de tejido de los órganos/fluidos clave (muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo, hisopados respiratorios, cerebro, pulmones e hígado, con aguja fina), fotos, y medidas antropométricas. Se complementa esto con una «autopsia verbal».

Se hacen cultivos y se aplican técnicas moleculares de screening microbiológico para 57 bacterias, 58 virus, 8 parásitos y 3 hongos (incluidos HIV, malaria y tuberculosis). Se hacen además pruebas de inmunohistoquímica, y otros métodos diagnósticos.

Se recopilan además datos demográficos, clínicos y de laboratorio, y se somete toda esta información a un panel de expertos, para definir el diagnóstico de la causa de muerte, con las condiciones médicas subyacentes, y las condiciones intermedias (comorbilidades).

Los resultados: ¿qué encontraron?

En total se identificaron, 2332 decesos de niños de 28 meses, a 5 años. De estos, a 721 se le realizó MITS. De los 721, se llegó a una causa de muerte en 632 casos.

La edad media, al morir, fue 1,3 años. El 54,1% eran varones. El 72.2% tuvo lugar en un centro de salud (456 casos), con el 46.6% de estas (212 casos), dentro de las 24 horas de la hospitalización.  Esto quiere decir que casi 3 de cada 10 muertes, no llega a tener una atención hospitalaria.

Las 6 causas subyacentes de muerte más comunes fueron:

  • Desnutrición (104 niños, el 16,5%)
  • VIH (75 niños, el 11,9%)
  • Paludismo (71 niños, el 11,2%)
  • Defectos congénitos de nacimiento (64 niños, el 10,1%)
  • Enfermedades del tracto respiratorio inferior infecciosas (53 niños, 8,4%)
  • Enfermedades diarreicas (46 niños, el 7,2%)

Al considerar únicamente las causas inmediatas, surgen la sepsis (191 niños, el 36,7%) y las infecciones respiratorias bajas (129 niños, el 24,8%), como las 2 causas dominantes. Casi 6 de cada 10 causas de muerte inmediata, tienen que ver con infecciones.

Una infección estuvo presente en la cadena causal en 549 de 632 muertes (86,9%, es decir, casi 9 de cada 10, tuvo una infección relacionada directa e indirectamente con la muerte).

Los patógenos que contribuyeron con mayor frecuencia a las muertes infecciosas fueron:

  • Klebsiella pneumoniae Esta bacteria, en general multiresistente, y causante de infecciones intrahospoitalarias, generó 155 de las 549 muertes de causa infecciosa, es decir, el 28,2%: 127 de estas (81,9%), fueron consideradas nosocomiales.
  • Plasmodium falciparum (malaria) Este parásito generó 122 de las 549 muertes de causa infecciosa (22,2%).
  • Streptococcus pneumoniae (Neumococco) Esta bacteria generó 109 de las 549 muertes de causa infecciosa (19,9%).

Otros microorganismos involucrados fueron:

  •  Citomegalovirus (57 muertes, es decir el10,4%).
  • Acinetobacter baumannii (39 muertes, es decirl el 7,1%). 35 de estas 39 (el 89,7%), fueron considerados nosocomiales.

En 156 muertes (24.7%), se identificó una sola causa de muertes, mientras que el resto (461, el 72.9%), se identificaron 2 o más. Esto quiere decir que solo 1 de cada 4, tuvo una sola causa de muerte.

El panel de expertos consideró que 492 de las 632 muertes (el 78,2%) eran prevenibles, y 26 de 632 muertes (4,1%), también eran prevenibles, pero bajo ciertas condiciones.

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

En este estudio transversal, que investiga las causas de la mortalidad infantil en CHAMPS Network, los resultados indican que, en estos entornos de alta mortalidad, las enfermedades infecciosas continúan causando la mayoría de las muertes en bebés y niños, a menudo junto con la desnutrición. 

Estos resultados también destacan oportunidades de acción para prevenir muertes, y revelan la interacción común de varias causas en el camino hacia la muerte.

Este estudio transversal presenta datos sobre 632 muertes post-neonatales (edad 1 a 5 años) de 7 sitios de alta mortalidad subsaharianos y asiáticos, caracterizadas adecuadamente, a través de análisis histopatológicos, diagnósticos microbiológicos, datos clínicos y autopsias verbales.

La desnutrición, el VIH, la malaria, los defectos congénitos de nacimiento, las infecciones del tracto respiratorio inferior y las enfermedades diarreicas, fueron las causas subyacentes más comunes de las muertes infantiles.

Una infección estuvo presente en la cadena causal en el 86,9% de los casos, y el 82,3% de las muertes se consideraron potencialmente prevenibles.

Los resultados de este estudio también demuestran el potencial de la herramienta de muestreo de tejido mínimamente invasiva (MITS), para investigar de manera confiable las causas de las muertes infantiles y resaltar el importante papel de las infecciones en entornos de alta mortalidad infantil, lo que brinda oportunidades concretas de acción para mejorar la supervivencia en esta población.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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