Inflamación y colesterol como predictores de eventos cardiovasculares entre pacientes que reciben terapia con estatinas: análisis de tres ensayos aleatorios
Revista: The Lancet
Fecha de publicación: 06/06/23
DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(23)00215-5
La inflamación y la dislipemia contribuyen conjuntamente a la enfermedad aterotrombótica. Sin embargo, cuando las personas reciben tratamiento intensivo con estatinas, las contribuciones relativas de la inflamación y la hiperlipidemia al riesgo de futuros eventos cardiovasculares pueden cambiar, lo que tiene implicaciones para la elección de terapias cardiovasculares adyuvantes.
El objetivo fue evaluar la importancia relativa de la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR) y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDLC) como determinantes del riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores, muerte cardiovascular y muerte por todas las causas entre los pacientes que reciben estatinas.
Métodos y resultados.
Se realizó un análisis de pacientes con enfermedad aterosclerótica, o con alto riesgo de padecerla, que recibían estatinas y eran participantes en los ensayos multinacionales PROMINENT, REDUCE-IT o STRENGTH. Los cuartiles de aumento de la PCR de alta sensibilidad inicial (un biomarcador de riesgo inflamatorio residual) y de aumento de la LDLC inicial (un biomarcador de riesgo de colesterol residual) se evaluaron como predictores de futuros eventos cardiovasculares adversos importantes, muerte
cardiovascular y muerte por todas las causas.
Los cocientes de riesgo (HR) para eventos cardiovasculares y muertes se calcularon en cuartiles de CRP y LDLC de alta sensibilidad en análisis ajustados por edad, sexo, IMC, tabaquismo, presión arterial, antecedentes de enfermedad cardiovascular y asignación aleatoria de grupos de tratamiento. Se incluyeron 31.245 pacientes en el análisis de los ensayos PROMINENT (n=9988), REDUCE-IT (n=8179) y STRENGTH (n=13 078). Los rangos observados para la CRP y LDLC de alta sensibilidad basales, y las relaciones de cada biomarcador con las tasas de eventos cardiovasculares posteriores, fueron casi idénticas en los tres ensayos. El riesgo inflamatorio residual se asoció significativamente con incidentes de eventos cardiovasculares adversos mayores (cuartil de PCR de alta sensibilidad más alto versus cuartil de PCR de alta sensibilidad más bajo, HR ajustado 1·31, IC del 95 % 1·20–1·43; p<0·0001), mortalidad cardiovascular (2·68, 2·22–3·23; p<0·0001), y mortalidad por todas las causas (2·42, 2·12–2·77; p<0·0001).
Por el contrario, la relación del riesgo de colesterol residual fue neutral para eventos cardiovasculares adversos mayores (cuartil LDLC más alto frente a cuartil LDLC más bajo, HR ajustado 1,07, IC del 95 % 0,98–1,17; p=0,11) y de baja magnitud para muerte cardiovascular (1·27, 1·07–1·50; p=0·0086) y muerte por todas las causas (1·16, 1·03–1·32; p=0·025).
Conclusión.
Entre los pacientes que reciben estatinas, la inflamación evaluada por PCR de alta sensibilidad fue un predictor más fuerte del riesgo de futuros eventos cardiovasculares y muerte que el colesterol evaluado por LDLC. Estos datos tienen implicancia para la selección de tratamientos complementarios más allá de la terapia con estatinas y sugieren que podría ser necesario el uso combinado de terapias agresivas para reducir los lípidos e inhibir la inflamación para reducir aún más el riesgo de aterosclerosis.
Comentarios.
Las enfermedades cardiovasculares son una manifestación clínica de la aterosclerosis, una enfermedad inflamatoria que se agrava en presencia de diferentes factores de riesgo como la dislipemia o la diabetes mellitus tipo 2.
Los eventos cardiovasculares agudos son resultado de un proceso inflamatorio crónico no resuelto que facilita la rotura de placas inestables. Los tratamientos existentes reducen los factores de riesgo, pero no previenen los eventos isquémicos recurrentes en pacientes con riesgo residual inflamatorio caracterizado por altas concentraciones de proteína C reactiva.
Una mejor comprensión del papel de la inmunidad innata y adaptativa en la aterosclerosis ha llevado a la investigación de tratamientos antiinflamatorios para la ECV. Este estudio destaca la importancia de reforzar estudios que evalúen estrategias antiinflamatorias y mecanismos moleculares asociados como herramientas para reducir eventos cardiovasculares, sin quedarnos solamente con valores de marcadores como el LDL.