Deterioro cognitivo y demencia: escuchar mejor podría ayudar en su prevención

por | 23, Jul, 2023 | Neurología

9 minutos de lectura

Revisamos en INFOMED una investigación publicada en The Lancet (1), donde analizan el rol en la prevención del deterioro cognitivo y demencias, en adultos mayores.

PUNTOS CLAVE

  • La pérdida de audición está presente en el 65 % de los adultos mayores de 60 años: este parece ser un factor de riesgo clave para el desarrollo de deterioro cognitivo y demencia.

  • Un grupo de investigadores de Estados Unidos se propuso investigar los efectos de una intervención auditiva (frente a un control de educación para la salud) sobre el deterioro cognitivo entre los adultos mayores con pérdida auditiva, pero cognitivamente sanos.
  • Hallazgos sugieren que una intervención auditiva podría reducir el cambio cognitivo durante 3 años, en poblaciones de adultos mayores con mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Demencia: una epidemia global

La carga mundial de demencia va a aumentar rápidamente durante los próximos 30 años, debido al envejecimiento de la población mundial: se prevé que más de 150 millones de personas van a vivir con demencia para el año 2050, y la mayoría vivirá en países de ingresos bajos y medianos.

El identificar los factores de riesgo potencialmente modificables es una medida que podría para ayudar a reducir el riesgo de presentar deterioro cognitivo, una condición que en general precede a las demencias.

Oír, un modo de prevenir

La pérdida de audición está presente en el 65% de los adultos mayores de 60 años: este parece ser un factor de riesgo clave para el desarrollo de deterioro cognitivo y demencia.

Distintos trabajos científicos identificaron la pérdida de audición como el mayor factor de riesgo, potencialmente modificable, de demencia.

Hipoacusia y deterioro cognitivo: ¿cómo se relacionan?

La pérdida auditiva, con la consiguiente codificación degradada de los sonidos periféricos, podría promover el deterioro cognitivo, y aumentar el riesgo de demencia.

En efecto, la pérdida auditiva podría influir en la carga cognitiva, la estructura cerebral, además de promover una reducción de la participación en actividades sociales y cognitivamente estimulantes.

Estas vías podrían modificarse con las intervenciones existentes para mejorar la pérdida auditiva, aunque en la práctica, estas están infrautilizadas: < 10% de las personas en países de bajos ingresos, y < 20-30% en países de altos ingresos con pérdida auditiva, usan audífonos.

Los estudios previos sobre el papel de los audífonos en la prevención de la demencia se han basado, principalmente, en datos de observación, y han mostrado resultados alentadores que sugieren un efecto positivo de la intervención auditiva en la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

ACHIEVE: un nuevo estudio

Un grupo de investigadores de Estados Unidos se propuso investigar los efectos de una intervención auditiva (frente a un control de educación para la salud) sobre el deterioro cognitivo entre los adultos mayores con pérdida auditiva, pero cognitivamente sanos, que viven en la comunidad, en los Estados Unidos.

El estudio ACHIEVE (Aging and Cognitive Health Evaluation in Elders –en español- Envejecimiento y Evaluación Cognitiva de la Salud en Ancianos) es un ensayo controlado, aleatorio, multicéntrico, de grupos paralelos, no enmascarado, de adultos de 70 a 84 años, con pérdida auditiva no tratada, y sin deterioro cognitivo sustancial.

En efectivo, todos los participantes tenían pruebas cognitivas normales para la edad, que incluyeron un MMSE (Mini Mental State Evaluation) mayor a 23 en población general, y a 25 en los individuos con mayor formación académica. Se llevó a cabo en 4 sitios comunitarios en los Estados Unidos.

Los participantes fueron reclutados de 2 poblaciones de estudio en cada sitio:

  1. Adultos mayores que participan en un estudio observacional de salud cardiovascular de larga data (Estudio Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC)).
  2. Voluntarios sanos de la comunidad, «de novo».

ARIC: ¿DE QUÉ SE TRATA? ¿CÓMO SE JUNTA CON ACHIEVE?

Este es un estudio longitudinal de adultos, que tenían entre 45 y 64 años cuando fueron reclutados inicialmente en 1987–89 (15.792 en total), de una muestra aleatoria de 4 comunidades de los Estados Unidos.

El objetivo es comprender los factores de riesgo para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, así como las conexiones entre la salud cardiovascular y cognitiva. 

Los participantes de ARIC son seguidos, desde 1989, en 6 visitas de estudio en persona, durante las cuales se administraron pruebas neurocognitivas en cuatro de las visitas. 

El estudio ACHIEVE se realizó en los mismos 4 sitios, y ambos estudios compartieron personal, protocolos y métodos de estudio.  

Los participantes fueron asignados aleatoriamente (1:1) a una intervención auditiva (consejería audiológica y provisión de audífonos) o una intervención de control de educación para la salud (sesiones individuales con un educador en salud, cubriendo temas sobre prevención de enfermedades crónicas) y seguimiento cada 6 meses.

El criterio principal de valoración fue el cambio en 3 años en una puntuación de un factor estandarizado de cognición global, con una batería de pruebas de neurocognitivad integrales.

El reclutamiento fue de noviembre del 2017, hasta octubre de 2019. Se incluyeron un total de 977 (el 24% eran de ARIC, y el 76% de novo).

La asignación fue aleatoria a 2 grupos:

  • 490 (50%), a la intervención auditiva.
  • 487 (50%) al control de educación para la salud. 

La cohorte tenía una edad media de 76,8 años. 523 (54%) eran mujeres, 454 (46%) eran hombres. La mayoría eran blancos (88%).

Los participantes de ARIC eran mayores, tenían más factores de riesgo de deterioro cognitivo. Además, tenían tasas más altas de diabetes e hipertensión, había una mayor población negra, y había más que vivían solos, y tenían puntajes cognitivos iniciales más bajos que los de la cohorte «de novo».

Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?

En el análisis primario, que combinaba las cohortes ARIC y la «de novo», el cambio cognitivo de 3 años no fue significativamente diferente entre los grupos de intervención auditiva y control de educación para la salud (–0,200 en el grupo de intervención auditiva, y –0,202 en el grupo control, con una diferencia entre grupos de 0,002). Es decir, si analizamos todos juntos, no hubo gran diferencia.

Sin embargo, un análisis de sensibilidad preespecificado, mostró una diferencia significativa del efecto de la intervención auditiva sobre el cambio cognitivo a los 3 años, entre los participantes de la cohorte ARIC: en efecto, la reducción en el cambio cognitivo fue del 48%, al comparar la intervención auditiva, versus el grupo control, entre los participantes de este grupo.

Además, al comparar dentro del grupo control, los participantes de ARIC tuvieron una tasa de deterioro cognitivo 2.7 veces mayor que los de la cohorte «de novo». Esto no se vio al comparar ambos grupos dentro de la cohorte de pacientes «de novo».

Con la intervención auditiva, el área de la cognición que más se preservó, fue la del lenguaje.

No se informaron eventos adversos significativos atribuidos al estudio, ni con la intervención auditiva ni con el control de educación para la salud.

Las conclusiones: ¿Qué no deja este estudio?

La intervención auditiva no redujo el deterioro cognitivo a los 3 años en el análisis primario de la cohorte total. Sin embargo, un análisis de sensibilidad preespecificado, mostró que el efecto difería entre las 2 poblaciones de estudio que componían la cohorte: entre los individuos con más factores de riesgo de deterioro cognitivo y demencia, la intervención bajo los riesgos a casi la mitad.

Estos hallazgos sugieren que una intervención auditiva podría reducir el cambio cognitivo durante 3 años, en poblaciones de adultos mayores con mayor riesgo de deterioro cognitivo. El efecto de la intervención en poblaciones con menor riesgo de deterioro cognitivo, no fue significativo.

Esto quiere decir que, en los adultos mayores, cardiovascularmemente más enfermos, y con un riesgo alto de deterioro cognitivo y demencia (en particular, por causa vascular), deberíamos poner nuestros esfuerzos en mejorar los sentidos del paciente, en particular, y con la evidencia aportada por este estudio, en la audición.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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