La variante Delta del SARS-CoV-2, aparecida por primera vez en la India a fines del año 2020, en varios países del mundo ya se ha convertido en la cepa predominante. Las personas infectadas con la variante Delta tienen una carga viral 1260 veces más alta que las personas infectadas con la cepa original (es decir, «producen» mucho más virus).
Las personas infectadas con la variante Delta tienen virus detectables a los 4 días de la exposición, en comparación con los 6 días desde la exposición en las personas infectadas con la cepa original del SARS-CoV-2 (es decir, tienen un período de incubación más corto). La combinación de una gran cantidad de virus y un corto período de incubación justifican la elevada transmisibilidad de la variante Delta del SARS-CoV-2, por lo que es probable que los eventos de superdiseminación infecten incluso a más personas.
La transmisibilidad de la variante Delta es al menos el doble que la de la variante original. Aún no está claro si la variante Delta causa una enfermedad más grave que la cepa original del SARS-CoV-2. Estas son las conclusiones del artículo de Nature Cómo la variante Delta logra una propagación ultrarrápida, del 21 de julio. Revisan acá una preimpresión del medRxiv del 12 de julio, de un grupo chino que investigó a 62 personas que habían estos expuestas a la variante Delta del SARS-CoV-2, y que estaban en cuarentena, y las compararon con 63 personas infectadas con la cepa original, en el año 2020.
Rescatan acá dos datos importantes: altas cargas virales y menor tiempo de incubación como las variables que llevan a su mayor transmisibilidad.
