Los pacientes con COVID-19, especialmente aquellos con anosmia u otra disfunción del sentido del olfato, tienen significativamente más daño axónico y microvasculopatía en los bulbos olfatorios, en comparación con los pacientes sin la enfermedad, lo que demuestra que las lesiones se pueden extender hasta el cerebro.
El bulbo olfatorio es la primera estación de relevo de la vía olfatoria, y está en el encéfalo, sobre el hueso frontal. Acá llegan los axones de las células receptoras del olfato que están en la cavidad nasal, vía el nervio olfatorio o primer par craneal. De acá parten los axones de las células mitrales, que van a formar las estrías olfatorias, y van a llegar a la corteza homónima.
Otros virus respiratorios solo atacan las vías respiratorias. Pero el SARS-CoV-2, es distinto. Los pacientes con cambios del olfato tienen significativamente más daño axónico y microvasculopatía en los bulbos olfatorios, en comparación con los pacientes sin la enfermedad, lo que demuestra que las lesiones pueden extenderse más allá de la cavidad nasal e involucrar al cerebro. Esto se vio principalmente en los pacientes con síntomas de cambios en el olfato.
Estas son algunas de las conclusiones de una investigación publicada en JAMA el 11 de abril del 2022, Evaluación post-mortem de la degeneración del tejido olfatorio y microvasculopatía en pacientes con Covid-19, llevada adelante por profesionales de la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins, de los Estados Unidos.
La pérdida de olfato es una forma de presentación temprana y frecuente de la infección por SARS-CoV-2.
Aunque se especuló que la infección viral de las neuronas olfatorias podría ser la responsable, no estaba claro hasta ahora si la infección causa daño en la región del bulbo olfatorio.
El estudio
Llevaron adelante un estudio multicéntrico, en 23 pacientes fallecidos con Covid-19 desde abril del 2020, hasta septiembre del 2021 (es decir, sin circulación de Ómicron). La mayoría de estos habían fallecido por neumonía por SARS-CoV-2. Se incluyeron además 14 pacientes no Covid-19, como grupo control.
Se tomaron muestras de tejido del tracto y bulbo olfatorio de los pacientes. Se realizaron estudios histopatológicos, de microscopía electrónica, de inmunofluorescencia/ inmunohistoquímica, y de PCR. Estas técnicas son más sensibles que las técnicas de anatomía patológica comunes para detectar cambios en las distintas microestructuras.
El principal resultado medido fue la severidad de la degeneración y de la pérdida de axones olfatorios, y la severidad de la microvasculopatía en el tejido olfatorio.
La población de estudio, 23 pacientes fallecidos con Covid-19, con una edad media de 62 años (de 28 a 83 años). De grupo control se usaron 14 fallecidos no Covid-19.
Los resultados
1. Compromiso axonal olfatorio
– Score de patología axonal (rango de 1 a 3), media de 1.921 en los pacientes con Covid-19, versus 1.198 en los controles.
Densidad axonal olfatoria. 2.973 x 10⁴/mm² en los pacientes con Covid-19, versus 3.867 x 10⁴/mm² en los controles.
2. Compromiso de la microvasculatura
– Score de microvasculopatía (rango del 1 al 3). 1.907 en los pacientes con Covid-19, versus 1.405 en los pacientes control.
También se vio daño endotelial concomitante en la microvasculatura del tejido olfatorio.
Tanto la patología microvascular, como axonal, fueron peores en los pacientes con Covid-19 con alteración del olfato, en comparación a los que tenían el score de patología axonal intacto, pero esto no se asoció con la severidad clínica, el momento de la infección y la presencia de virus.
Las conclusiones
Este estudio encontró que la infección por SARS-CoV-2 se asocia un injuria axonal y microvascular en el tejido olfatorio. Esto quiere decir que el compromiso por el SARS-CoV-2 se extiende más allá de la cavidad nasal.
La magnitud de la patología axonal en algunos casos podría indicar que la disfunción olfatoria en el Covid-19 podría ser severa y permanente.
En la región del bulbo olfato y del tractor olfatorio, la infección por SARS-CoV-2 se asoció con patología axonal y microvasculopatía, principalmente en los pacientes con alteraciones del olfato.
Esto quiere decir que la magnitud del daño fue particularmente mayor en los pacientes con alteraciones del olfato. La patología olfatoria no es solo el resultado del daño viral directo.
