¿Cuándo es seguro, y cómo se hace, para volver a realizar actividad física después del Covid-19? Volviendo a la actividad física después del Covid-19 es una guía práctica, publicada el 8 de enero de este año en BMJ, dirigida a la “gente común” que realizaba actividad física habitualmente previo a padecer Covid-19, o que no habiéndola realizado, debe comenzar a hacerla. Principalmente para aquellos pacientes que tuvieron Covid-19 leve, sintomático. Hasta ahora, todas las recomendaciones habían sido dirigidas a atletas.
En el Reino Unido, antes de la pandemia, más 1/3 de las personas eran lo suficientemente activas como para mantener la salud. Con la pandemia, muchos han perdido el estado físico o tuvieron un período prolongado de inactividad.
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La actividad física puede incluir ejercicios, deportes, yoga, o actividades físicas no tradicionales como jardinería, llevar bolsas de supermercado o desplazarse a pie. Todo suma. Es fundamental estratificar el riesgo de los pacientes que han tenido Covid-19 antes de volver a la actividad física.
Los pacientes con síntomas persistentes, los que presentaron Covid-19 grave o que tienen síntomas sugestivos de cardiopatía, requieren una evaluación clínica adicional. Solo se debe volver a realizar actividad física luego de 7 días libres de síntomas, y comenzar con 2 semanas de esfuerzos mínimos (pacientes que no fueron internados, no tuvieron síntomas cardíacos durante la enfermerdad, que no tienen signos de trastorno de estrés post- traumático, y que no tienen síntomas persistentes).
Para poder iniciar, las actividades de la vida diaria deberían ser fácilmente alcanzables, y el paciente debería ser capaz de caminar 500 metros sin una fatiga o dificultad para hablar significativa.
El retorno es graduado, por fases progresivas, con un mínimo de 7 días por fase, desde ejercicios de estiramiento, relajación respiración, caminatas ligeras, hasta alcanzar la línea de base de ejercicio previa al Covid-19 o superior. Solo se debe realizar ejercicio si hubo una recuperación del día previo, y si no aparecieron síntomas nuevos, o volvieron los viejos. Los síntomas nuevos, incluso fiebre, anosmia o tos, son indicación de detener la actividad física y de reevaluar la situación.
Las personas que tuvieron Covid-19 grave, o que fueron internadas, o que tienen síntomas persistentes o que tienen o tuvieron síntomas cardíacos (dolor torácico, síncope, pre- síncope, palpitaciones, disnea severa, insuficiencia cardíaca), requieren de una evaluación adicional y eventual consulta con un especialista en cardiología, deportes o un servicios de rehabilitación, habida cuenta de que tienen un riesgo mayor de padecer complicaciones cardíacas y respiratorias. Está evaluación puede consistir en un electrocardiograma, un ecocardiograma, una resonancia magnética nuclear, pruebas de esfuerzo cardiopulmonar o un examen completo de laboratorio con marcadores cardíacos.
La principal lesión miocárdica y el principal “fantasma” de los pacientes que tuvieron Covid-19 y de los médico es la miocarditis viral, condición que se asocia con un aumento de la morbilidad y la mortalidad, incluso por muerte súbita.
La mayoría de los datos de miocarditis por Covid-19 se describieron el pacientes internados, y no son en general extrapolables al resto de la población. Ante la presencia de miocarditis, confirmada por resonancia magnética o biopsia endomiocárdica, se recomienda reposo de ejercicio por 3 a 6 meses.