Las vacunas contra el SARS-CoV-2 actuales previenen el Covid-19, que por definición, es una enfermedad del tracto respiratorio inferior, y lo hacen en más del 90 % de los vacunados. Estudios en personas vacunadas han mostrado una marcada reducción, pero no ausencia total, de hisopados nasofaríngeos para SARS-CoV-2 positivos, con la potencial diseminación viral.
La infección nasal por SARS-CoV-2, limitada, puede ocurrir en los individuos vacunados contra el Covid-19. Estás podrían llamarse infecciones del tracto respiratorio superior post-vacunación. La Ig G anti-S sistémica, inducida por las vacunas Covid-19 intramusculares, podría tener poco efecto sobre la infección, portación e incluso diseminación viral.
La vacunación con las vacunas Covid-19 aprobadas actualmente no evita la necesidad de las medidas de mitigación de la transmisión viral como son el uso de máscaras faciales y el distanciamiento social. Una infección irruptiva es aquella infección por SARS-CoV-2 del tracto respiratorio inferior (es decir, neumonía), en un paciente completamente vacunado, con una adecuada respuesta inmune a la vacunación, con una prueba diagnóstica positiva para Covid-19 (PCR de hisopado nasofaríngeo para SARS-CoV-2).
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó un grupo de la Escuela de Medicina de Tulane, Nueva Orleans, tras un análisis financiado por el NIH de los Estados Unidos. La palabra inglesa «breakthrough» es traducida por el Diccionario de Oxford al español como adelanto, ruptura, progreso, penetración, innovador, novedoso, recaída o irruptivo. Al hablar de infecciones, «breakthrough infection» sería aquella que «rompe,» «irrumpe,» «penetra» o «se abre paso» a través de una barrera protectora proporcionada por la vacuna. A fines prácticos usaremos el término infección «irruptiva» del SARS-CoV-2 para aquella que se da en un paciente vacunado contre el Covid-19.
¿Qué debería definir una infección «irruptiva» del SARS-CoV-2? Es una excelente publicación del 11 de mayo de este año del Journal of Clinical Investigation, que encara el tema de definir que es en realidad una verdadera infección «irruptiva» en un paciente vacunado contra el Covid-19.
En la mayoría de los casos, la infecciones en los pacientes vacunados contra el SARS-CoV-2 no son verdaderas infecciones irruptivas. Las vacunas Covid-19 actuales están diseñadas para prevenir el Covid-19, por definición una enfermedad del tracto respiratorio inferior, en el 90% de los receptores. Los hisopados nasales de los individuos completamente vacunados han mostrado han mostrado una reducción significativa, aunque no ausencia total, de pruebas positivas para SARS-CoV-2 (es decir, presencia de virus en las fosas nasales). Esto marca que las vacunas actuales no evitan completamente la infección de la nariz (vía aérea superior).
Las vacunas Covid-19 actuales intramusculares, generan Ig G anti S que se detecta en sangre periférica; no hay datos de respuestas del células T o B residentes en tejidos específicos, como las mucosas, lo cual es poco probable, dado lo que sabemos de otras vacunas conjugadas (streptococcus pneumoniae), o con anticuerpos monoclonales desarrollados contra el VSR. La vacuna antigripal inactivada estacional, también intramuscular, protege contra la enfermedad respiratoria aguda, y está asociada con niveles altos de anticuerpos séricos neutralizantes del virus, pero no el bloqueo completo de la transmisión viral.
Es por esto que la Ig G anti-S del SARS-CoV-2 probablemente tenga poco efecto en la infección, portación, o lo que es más importante, eliminación nasal del virus, y con esto último, el contagio. Esto quiere decir que, con las vacunas actuales, y hasta no alcanzar la inmunidad de rebaño contra el SARS-CoV-2, se deben seguir usando las medidas de mitigación conocidas, como el uso de barbijos y el distanciamiento social.
El comunicar esto resulta fundamental para evitar la vacilación de la población acerca de la vacunación Covid-19. De un modo interesante, plantean aquí 3 escenarios clínicos de infecciones respiratorias en pacientes vacunados contra el SARS-CoV-2:
1. Paciente completamente vacunado contra el Covid-19, con una adecuada respuesta inmune a la vacuna, con evidencia de infección del tracto respiratorio inferior (radiológica, o por hipoxemia), con una prueba positiva de SARS-CoV-2. Está sería una verdadera «breakthrough infection» del SARS-CoV-2. Es que que respondió a la vacuna, con enfermedad clínica de vía aérea inferior, hisopado nasal positivo, con alta probabilidad de diseminación.
2. Paciente asintomáticos o con síntomas leves de vía aérea superior (por ejemplo, anosmia), con buena respuesta a la vacuna, con hisopado nasal positivo para SARS-CoV-2, con probabilidad baja a moderada de diseminación, por lo cual, puede transmitir el virus. Está no sería una infección irruptiva (las vacunas Covid-19 previenen o bajan el riesgo de la enfermedad respiratoria baja por SARS-CoV-2, por lo cual, esa función de protección, la seguiría cumpliendo, y no se «rompió»).
3. Pacientes que no desarrollaron una respuesta inmune eficaz por la vacuna Covid-19 (por ejemplo, no tiene títulos detectables de anticuerpos o estos son bajos), con infección del tracto respiratorio inferior por SARS-CoV-2. Estos tampoco tendrían una infección irruptiva verdadera.
Este es un muy buen planteo, que nos aporta un marco teórico para definir las infecciones en los pacientes vacunados, y bajar con esto las dudas que tiene la población.
