Probióticos: ¿Pueden ayudar en el tratamiento de la depresión?

por | 22, Jun, 2023 | Medicina Interna, Nutrición, Psiquiatría

10–11 minutos de lectura

Un grupo de científicos británicos probó a los probióticos como un tratamiento adyuvante en pacientes con depresión, y estos fueron los resultados, que se publicaron en JAMA, la revista de la Asociación Médica Americana. Lo revisamos en INFOMED (1).

PUNTOS CLAVE

  • Un grupo de investigadores británicos analizó el uso de los alimentos probióticos como tratamiento adyuvante en 49 pacientes adultos con depresión mayor, en un ensayo clínico controlado. Los resultados los publicaron en JAMA.
  • Un grupo fue asignado a recibir el tratamiento estándar + probióticos, mientras que el otro, fue asignado a recibir tratamiento estándar + placebo. Los siguieron durante 8 semanas, y los evaluaron con cuestionarios estandarizados.
  • En este ensayo clínico piloto aleatorizado la ingesta diaria de probióticos durante 8 semanas resultó en mayores mejoras en los síntomas de depresión y ansiedad, en comparación con el placebo.
  • La aceptabilidad, la tolerabilidad y los tamaños del efecto estimados en los resultados clínicos clave son prometedores, y fomentan una mayor investigación de los probióticos como tratamiento adicional para las personas con trastorno depresivo mayor en un ensayo de eficacia definitivo.
  • El agregar probióticos al tratamiento de los pacientes con depresión mayor podría ser una estrategia útil para mejorar los síntomas en esta población.

Los probióticos: ¿qué son? (2)

En realidad, hablamos de alimentos probióticos. Estos son organismos vivos adicionados, que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota del huésped, y que pueden generar efectos beneficiosos sobre la salud del que los consume.
Pueden atravesar el aparato digestivo, y recuperarse vivos en los excrementos, pero también pueden adherirse a la mucosa intestinal.

En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped» (3).

En 2014, se publicaron una serie de aclaraciones para el uso adecuado del término probiótico:

  • Los microbios deben estar vivos en una cantidad adecuada cuando se administran.
  • Las cepas deben identificarse genéticamente, y designarse con números, letras o nombres.
  • Se deben realizar los estudios apropiados para designar una cepa como probiótico y usar la cepa(s) en el huésped al que están destinados los probióticos (humanos, ganado, animales de compañía, etcétera).
  • Las cepas que han mostrado conferir un beneficio para una condición, pueden no ser beneficiosas para otra aplicación.

Algunos alimentos, como los yogures frescos, el kéfir, el jocoque, chucrut, kimchi y otros productos fermentados, pueden contener probióticos. Ejemplos de estos en Argentina son el Actimel® (4) y el Yakult® (5).

A pesar de que los probióticos son considerados seguros, en ciertos casos pueden causar interacciones bacteria-huésped y tener efectos adversos.

Depresión mayor: una patología sumamente frecuente (6)

La depresión es un trastorno mental común. Se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión. Afecta más a la mujer que al hombre. Su principal complicación es que puede llevar al suicidio.
Aproximadamente el 60 % de las personas con trastorno depresivo mayor experimentan algún grado se falta de respuesta a los tratamientos de primera línea, y aproximadamente 1/3 sigue con síntomas pese a la aplicación de tratamientos completos.

Eje microbiota – intestino – cerebro: ¿puede ayudar a tratar la depresión?

Con el objeto de encontrar nuevos tratamientos, en los últimos años aumentó el conocimiento acerca de la fisiopatología del trastorno depresivo mayor, y su relación con el eje microbiota – intestino – cerebro, así como sobre una promisoria y nueva herramienta terapéutica: los probióticos.

En el año 2021, un metaanálisis de 7 ensayos clínicos controlados, con 401 pacientes, se encontró que los probióticos parecen ser efectivos para reducir los síntomas depresivos, cuando se usan junto con antidepresivos.

Sin embargo, hasta el momento no han habido grandes ensayos clínicos sobre su tolerabilidad y sobre la adherencia. En línea de responder estos interrogantes, un grupo de investigadores británicos llevo adelante un nuevo estudio.
El nuevo estudio británico sobre uso de probióticos en el tratamiento de la depresión

Llevaron adelante un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, de un solo centro.
Se estudiaron adultos de 18 a 55 años con trastorno depresivo mayor que tomaban medicamentos antidepresivos, pero tenían una respuesta incompleta. Se reclutó una muestra aleatoria a partir de servicios de atención primaria y secundaria y publicidad general en Londres, Reino Unido. Los datos se recopilaron entre los años 2019 y 2022.
La intervención fue indicar un probiótico multicepa (8 mil millones de unidades formadoras de colonias por día), o un placebo, diariamente, durante 8 semanas, agregado a la medicación antidepresiva en curso.

Los principales resultados medidos fueron la retención, la aceptabilidad, la tolerabilidad y las estimaciones del efecto putativo del tratamiento sobre los síntomas clínicos:

  • Depresión, mediante la escala de calificación de depresión de Hamilton (HAMD-17) y el Inventario de sintomatología depresiva (IDS).
  • Ansiedad, mediante la escala de calificación de ansiedad de Hamilton (HAMA), y las puntuaciones del trastorno de ansiedad generalizada (GAD-7).

Inventory of Depresive Sintomatology (IDS) o Inventario de Sintomatología Depresiva de Beck: ¿qué es? (7)

  • Este es un cuestionario autoadministrado, compuesto por 21 preguntas de opción múltiple.
  • Es un instrumento sumamente popular para medir la intensidad de la depresión en un paciente psiquiátrico ya diagnosticado.
  • Fue creado en 1961 por Aaron Beck, el médico psiquiatra padre de la terapia cognitivo-conductual.
  • Ha tenido sus revisiones y hoy se utiliza una versión más actualizada de él.
  • Este cuestionario permite medir la severidad de la depresión en una persona. A más puntos, más gravedad de los síntomas del paciente.

Escala de Depresión de Hamilton: breve repaso (8)

Esta es un instrumento de evaluación, diseñado por Max Hamilton, y publicado en 1960, con el objetivo de servir como método de detectar la gravedad de los síntomas de la depresión en pacientes previamente diagnosticados, así como la existencia de cambios en el estado del paciente a lo largo del tiempo. Sus principales objetivos son la valoración de la gravedad, la valoración de los efectos de posibles tratamientos sobre cada uno de los componentes que evalúa, y la detección de recaídas.
La Escala de Depresión de Hamilton no está pensada para el diagnóstico, sino para la evaluación del estado de pacientes a los que previamente se les ha diagnosticado con depresión mayor. Sin embargo, a pesar de ser este su objetivo original, también se ha aplicado para evaluar la presencia de síntomas depresivos en otros problemas y condiciones, como por ejemplo en las demencias.

  • Consta de un total de 22 ítems, agrupados en 6 factores. A cada ítem, el paciente le pone un puntaje de 0 a 4.
  • Los factores en cuestión que se plantean son la valoración de ansiedad somática, el peso (en la depresión es frecuente la presencia de alteraciones en la alimentación), la alteración cognitiva, la variación diurna (si existe empeoramiento diurno, por ejemplo), la ralentización, y las alteraciones de sueño.
  • A más puntos, más gravedad de los síntomas del paciente.

Los resultados: ¿qué encontraron en este estudio?

En total, 49 participantes recibieron la intervención y se incluyeron en los análisis por intención de tratar; de estos, 39 (80%) eran mujeres y la edad media fue de 31,7 años. Un total de 24 se asignaron al azar a probióticos y 25 a placebo. La deserción fue del 8 % (1 en el grupo de probióticos, y 3 en el grupo de placebo), la adherencia fue del 97,2 % y no hubo reacciones adversas graves.

Para el grupo de probióticos, las puntuaciones medias de los distintos scores fueron:

  • HAMD-17, en las semanas 4 y 8 fueron 11 y 8,83, respectivamente.
  • IDS, en la semana 4 y 8, fueron 30,17 y 25,04, respectivamente.
  • HAMA, en la semana 4 y 8, fueron 11,71 y 8,17, respectivamente.
  • GAD-7, en las semanas 4 y 8, fueron 7,78 y 7,63, respectivamente.

Para el grupo de placebo, las puntuaciones medias fueron:

  • HAMD-17 en las semanas 4 y 8 fueron 14,04 y 11,09, respectivamente (versus 11 y 8.83 en el grupo de los probióticos, es decir, peores puntajes en el grupo placebo).
  • IDS, en las semanas 4 y 8, 33,82 y 29,64 puntos, respectivamente (versus 30 y 25.04 en el grupo de los probióticos, respectivamente, es decir, peores puntajes en el grupo placebo).
  • HAMA, en las semanas 4 y 8, 14,70 y 10,95 puntos, respectivamente (versus 11.7 y 8.17 en el grupo de probióticos).
  • GAD-7, en las semanas 4 y 8, 10,91 y 9,48, respectivamente (versus 7.78 y 7.63 en el grupo de probióticos, respectivamente, es decir, peores puntajes en el grupo placebo).

Tras realizar el análisis estadístico, se encontró qué el grupo que recibió los probióticos logró mayores mejoras en los síntomas depresivos, según las puntuaciones de HAMD-17 (semana 4: SES, Standardized effect sizes o tamaño de efectos estandarizados, 0,70) y las puntuaciones de IDS Self Report (semana 8: SES, 0,64), así como mayores mejoras en los síntomas de ansiedad según las puntuaciones de HAMA (en la semana 4, SES de 0,67, y en la semana 8, SES de 0,79), pero no en las puntuaciones GAD-7 (semana 4: SES, 0,57; semana 8: SES, 0,32), en comparación con el grupo placebo.

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

En este ensayo clínico piloto aleatorizado que incluyó a 49 participantes, la ingesta diaria de probióticos durante 8 semanas resultó en mayores mejoras en los síntomas de depresión y ansiedad, en comparación con el placebo.

La aceptabilidad, la tolerabilidad y los tamaños del efecto estimados en los resultados clínicos clave son prometedores, y fomentan una mayor investigación de los probióticos como tratamiento adicional para las personas con trastorno depresivo mayor en un ensayo de eficacia definitivo.

Referencias

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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