Ómicron JN.1: información detallada de la última variante de interés del SARS-CoV-2

por | 17, Ene, 2024 | Covid 19

10 minutos de lectura

Resumimos la mejor información de la nueva variante de interés del SARS-CoV-2, de la mano de una reciente publicación de JAMA (1).

PUNTOS CLAVE

  • Se publicó en JAMA un muy buen resumen de todo lo que tenemos que saber de JN.1, la variante de interés dominante en los Estados Unidos y en varias regiones del mundo.

  • JN.1 es la última variante clasificada como de interés por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Deriva de Ómicron BA.2.86, una variante que ya acumulaba 30 mutaciones a nivel de la proteína S, la llave con la que el SARS-CoV-2 entra a las células humanas.

  • JN.1 difiere de su «madre», BA.2.86 en un solo aminoácido, la mutación L455S, responsable de su altísima afinidad por el receptor ECA-2.

  • Esta subvariante de Ómicron es la de mayor diseminación conocida hasta el momento: en solo 2 semanas, JN.1 pasó de representar el 38.8% de los nuevos casos, al 61.1%, todo un récord.

  • Subieron los contagios del SARS-CoV-2, pero NO las hospitalizaciones, ni las consultas por guardia de emergencia, ni las muertes: los números se encuentran por debajo de los niveles de exactamente 1 año atrás.

  • Los refuerzos disponibles en Estados Unidos, dirigidos contra XBB.1.5 (ya extinta), aunque con menos eficacia, parecen proteger adecuadamente contra la nueva subvariante derivada de Ómicron.

  • Pese a la protección otorgada por las vacunas y los refuerzos, la aceptación de estos últimos, es baja en los Estados Unidos: mientras que casi la mitad de la población elegible recibió una vacuna contra la gripe en 2023, solo el 17% recibió un refuerzo de vacuna contra el SARS-CoV-2 en el mismo período.

Los padres a menudo disfrutan del brillo de los logros de sus hijos, así que, si las variantes del SARS-CoV-2 fueran personas, BA.2.86 estaría sacando pecho ahora.

La hija de BA.2.86, JN.1, se convirtió en la variante dominante del SARS-CoV-2 en los Estados Unidos, algo que su predecesora nunca logró.

Afortunadamente, aunque los casos de Covid-19 aumentaron, las hospitalizaciones y las muertes por esta enfermedad todavía están sustancialmente más bajas que lo que estaban en la misma época del año anterior.

Cuando BA.2.86 se unió a la familia Ómicron del SARS-CoV-2 el verano pasado (del hemisferio norte), copó la atención de los rastreadores de pandemias porque era muy diferente de su progenitora, BA.2. En efecto, comparada con BA.2, la proteína S o de pico de BA.2.86 porta más de 30 mutaciones, lo que sugería que podía propagarse más fácilmente que sus predecesoras.

Pero incluso armada con esas nuevas mutaciones, BA.2.86 no logró dominar a las demás subvariantes.

Hasta principios de enero de este año, BA.2.86 nunca representó mucho más del 3% de las subvariantes del SARS-CoV-2 circulantes en los Estados Unidos.

En total, BA.2.86 representó el 8.9% de las secuencias del SARS-CoV-2 circulantes hacia la primera semana de noviembre del 2023, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que clasificó BA.2.86, incluyendo sus sublinajes, como variante de interés (el 20 de noviembre, Eric Topol opinó que BA.2.86 era tan diferente a las subvariantes previas de Ómicron, que la OMS tendría que haberla designado como variante de preocupación, y que se le debería haber asignado una letra griega distinta).

Cuatro semanas después de haber etiquetado a toda la familia BA.2.86 como variante de interés, la OMS clasificó también, directamente a JN.1 como una variante de interés, debido a su rápida expansión.

A principios de enero del 2024, la participación de JN.1 en los contagios de los Estados Unidos se disparó, para representar el 61.6% de los nuevos casos, frente al 38.8% que representó tan solo 2 semanas antes.

La diferencia la hace una mutación

La proteína S o de pico de JN.1 tiene solo una mutación más que la proteína de pico de BA.2.86.

Esa mutación, llamada L455S, mejora la capacidad del virus para unirse al receptor de la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE-2), la puerta de entrada del SARS-CoV-2 a las células.

Los expertos creen que BA.2.86 no despegó hasta que sumó esta mutación, qué la convirtió en JN.1.

JN.1 parece ser muy contagiosa, quizás más que cualquier otro miembro de la familia Ómicron.

A medida que JN.1 gana fuerza, los indicadores de los niveles de infección por SARS-CoV-2 crecen: en un informe del CDC del 5 de enero, estimaron qué, en comparación con el mismo período del año pasado, los niveles de actividad viral en las aguas residuales son un 27% más altos, y el porcentaje de positividad de las pruebas de Covid-19 son un 17% más altas.

Sin embargo, las noticias no fueron del todo malas:

  • A pesar de los niveles de infección aparentemente más altos, los enfermos con Covid-19 que requieren atención médica, son menos que hace un año.
  • Las visitas al departamento de emergencias por Covid-19 bajaron un 21%.
  • El porcentaje de todas las muertes de los Estados Unidos atribuidas al Covid-19 para el fin de semana del 30 de diciembre de 2023, fue del 3.6% (839 muertes), en comparación con 5.2% (3.658 muertes) para la misma semana del año 2022.

Es claro que JN.1 está impulsando una ola de contagios, pero afortunadamente no parece que esté aumentando la gravedad de la enfermedad.

Dadas las altas tasas de infección por JN.1, las personas con síntomas respiratorios tienen que asumir que tienen Covid-19, aunque puedan dar negativo durante los primeros días. Es decir, la persona que tenga algún síntoma de enfermedad respiratoria, no debería asistir a un evento público o privado, especialmente en espacios interiores.

Las tasas más altas de circulación de Covid-19 y de otras infecciones respiratorias, llevaron a los hospitales de algunos estados a restablecer la obligación de usar barbijos, al menos para el personal que interactúa directamente con los pacientes en sus habitaciones, o en otras áreas de atención clínica.

La última vacuna es lo suficientemente buena

Los componentes de la vacuna Covid-19 se definen con al menos unos meses de antelación, para dar tiempo a su fabricación y distribución, por lo cual no sorprende que no coincidan exactamente con las variantes que circulan actualmente.

La vacuna Covid-19 más reciente se dirige contra XBB.1.5, una subvariante de Ómicron cuya prevalencia en Estados Unidos ya se había reducido a menos del 3% cuando la gente comenzó a recibir los nuevos refuerzos en septiembre del 2023 (estos son los refuerzos monovalentes, todavía no disponibles en Argentina, donde usamos refuerzos bivalentes actualmente).

En el período de 2 semanas que finalizó el 6 de enero, XBB.1.5, que surgió de una rama diferente del árbol genealógico de Ómicron, distinta de la rama de BA.2.86 y JN.1, parecía estar fuera de circulación en los Estados Unidos.

Afortunadamente, las investigaciones de laboratorio y las tasas de hospitalizaciones y muertes por Covid-19 sugieren que la vacuna contra XBB.1.5 todavía protege contra la enfermedad grave en la era de JN.1.

En efecto, en pruebas de laboratorio se vio qué JN.1 es de 3 a 5 veces menos susceptible a los anticuerpos neutralizantes que la variante XBB.1.5, presente en el refuerzo actualizado que se está aplicando.

La mayoría de los científicos no están muy preocupados por esta susceptibilidad reducida, porque los títulos de anticuerpos neutralizantes permanecen en un rango que se cree que es efectivo.

BA.2.86 y JN.1 portan más de 30 mutaciones en sus proteínas de pico o S, en comparación con XBB. JN.1 parece ser una de las variantes del SARS-CoV-2 que más evaden el sistema inmunológico hasta la fecha. Como ejemplo de esto se vio, en pruebas de laboratorio, que, la nueva variante muestra una fuerte resistencia a los sueros de la vacuna monovalente XBB.1.5, en comparación con BA.2.86.

Sin embargo, a pesar de la rápida propagación de JN.1 y de sus diferencias con XBB.1.5, nadie pide que se actualicen las vacunas contra el Covid-19 para atacar la nueva variante. Dada la evolución actual del SARS-CoV-2 y la amplitud de las respuestas inmunitarias demostradas por las vacunas monovalentes XBB.1.5 contra las variantes circulantes, la OMS recomendó mantener la composición actual de la vacuna.

Aunque es posible que la última vacuna contra el Covid-19 no prevenga de manera consistente las infecciones causadas por JN.1 u otras subvariantes de Ómicron circulantes, sí disminuyen la gravedad de la enfermedad en quienes se enferman. El objetivo principal de una vacunación es disminuir la gravedad de las enfermedades, no las infecciones.

Bajas tasas de refuerzo

La aceptación de la última vacuna contra el Covid-19 fue baja: aunque todas las personas de 6 meses de edad tenían indicación de recibir la vacuna bivalente disponible a partir de septiembre del 2022, solo el 17% de la población estadounidense la había recibido al 10 de mayo del 2023.

Según una encuesta realizada la primera semana de diciembre del 2023, alrededor del 29% de los adultos estadounidenses dijeron que habían recibido la última vacuna contra el Covid-19, en comparado con el 47% que dijeron que habían recibido la vacuna contra la gripe el mismo año.

Las personas que vemos hospitalizadas hoy generalmente son personas en las categorías de alto riesgo, que no han actualizado su refuerzo de vacuna Covid-19.

Volver al futuro

Inevitablemente, JN.1 alcanzará su punto máximo (si es que no lo ha hecho ya) a medida que la reemplacen variantes más nuevas e inteligentes del SARS-CoV-2.

En los próximos meses, muchas personas se van a infectar con JN.1. A medida que las personas adquieran inmunidad anti-JN.1, el SARS-CoV-2 va a evolucionar para evadirla.

A estas alturas, la mayor parte del planeta ha sido vacunada o infectada, o ambas cosas. El virus está bajo presión para seguir mutando para poder evadir la inmunidad e infectar mejor. Como resultado, este otoño (en el hemisferio norte) seguramente traerá otra vacuna Covid-19 nueva.

Este es un virus animal que sigue evolucionando para adaptarse a su nuevo huésped, que son las personas.

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Sobre el autor

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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