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Inmunología: Reírnos más y sus beneficios sobre la salud

Un revisión y metaanálisis recientemente publicada en 2023 evalúo a la risa espontánea como medicina. En efecto, llevaron adelante una revisión espontánea de los efectos de la risa en los niveles de cortisol, un importante inmunomodulador natural. Lo resumimos en INFOMED.

Puntos Clave

  • La risa como expresión de humor ha sido reconocida como una buena medicina durante siglos, un concepto directamente relacionado con el neurodesarrollo humano.
  • Darwin y otros autores las percibieron como una respuesta natural que restaura la homeostasis en diversas especies, incluyendo al homo sapiens.
  • Investigaciones más recientes vincularon la risa y el humor con mayores niveles de tolerancia al dolor y un impacto positivo en el bienestar general en diversos entornos médicos como la oncología, la psiquiatría y la rehabilitación de pacientes.
  • A pesar del reconocimiento desde hace mucho tiempo del humor como medicina, el impacto de la risa espontánea en la respuesta neuroendocrina al estrés sigue siendo poco claro.
  • Un grupo de investigadores, llevó adelante una revisión sistemática y metaanálisis de estudios de intervención para evaluar el impacto de la risa espontánea en los niveles de cortisol.
  • En total, se analizaron 315 participantes. La edad media fue de 38.6 años.
  • Cinco estudios evaluaron el impacto de ver un vídeo de humor/comedia. Dos estudios evaluaron sesiones de risa administradas por un risoterapeuta capacitado. Un estudio evaluó un programa de risa autoadministrado.

  • La evidencia actual demuestra que la risa espontánea está asociada con una mayor reducción de los niveles de cortisol en comparación con las actividades habituales.

Reímos antes de hablar

La risa como expresión de humor ha sido reconocida como una buena medicina durante siglos, un concepto directamente relacionado con el neurodesarrollo humano.

Específicamente, la capacidad de reír en humanos precede al desarrollo neuronal del habla, alto probado con estudios de neuroimagen que sugieren una vía neuronal única para la risa espontánea (es decir, risa genuina), que es intuitiva y subcortical.

Se han reportado reacciones ancestrales homólogas a la risa humana en otros animales (perros, chimpancés e incluso ratas).

Darwin y otros autores las percibieron como una respuesta natural que restaura la homeostasis en diversas especies, incluyendo al homo sapiens.

En 1976, una publicación en The New England Journal of Medicine destacó un papel terapéutico potencial para la risa espontánea. En efecto, el autor describió su régimen de “prescripción” de risa como una terapia complementaria que proporcionó un potente efecto anestésico, y que permitió atenuar los síntomas causados por la espondilitis anquilosante. Encontró que 10 minutos de risa genuina tenían un efecto anestésico y le daban al paciente al menos 2 horas de sueño sin dolor.

Investigaciones más recientes vincularon la risa y el humor con mayores niveles de tolerancia al dolor y un impacto positivo en el bienestar general en diversos entornos médicos como la oncología, la psiquiatría y la rehabilitación de pacientes.

Los datos de un reciente ensayo controlado aleatorio demostraron un efecto positivo y sólido de tener un diario de humor en el bienestar: esto sugiere que las intervenciones humorísticas son estrategias simples, pero poco utilizadas, que pueden ayudar a afrontar una situación adversa.

El rol del cortisol en todo esto

La activación del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, la consiguiente elevación de los glucocorticoides (principalmente cortisol), es una respuesta fisiológica clave a los estresores físicos (es decir, enfermedades agudas y crónicas) o psicológicos (es decir, reconocimiento anticipado de una amenaza).

Acoplado con el sistema nervioso autónomo, este eje representa un sistema neuroendocrino vital que se regula dinámicamente en un modo de circuito de retroalimentación para mantener la homeostasis de prácticamente todo el cuerpo humano.

Risa y respuesta neuroendócrina: ¿Cómo se relacionan?

A pesar del reconocimiento desde hace mucho tiempo del humor como medicina, el impacto de la risa espontánea en la respuesta neuroendocrina al estrés sigue siendo poco claro.

Informes previos en adultos han sugerido que la risa espontánea puede afectar al eje hipotálamo-hipofisario-adrenal reduciendo los niveles de cortisol. Sin embargo, los pequeños tamaños de muestra impiden conclusiones definitivas basadas en estos estudios individuales, no permitieron sacar conclusiones definitivas.

Un metaanálisis en busca de las respuestas

Un grupo de investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá), con la colaboración de colegas de Brasil y Estados Unidos, llevó adelante una revisión sistemática y metaanálisis de estudios de intervención para evaluar el impacto de la risa espontánea en los niveles de cortisol. Los resultados se publicaron en el sitio científico Plos One.

Tras buscar en MEDLINE/PubMed, EMBASE, PsycINFO, Scopus y Clinicaltrials.gov estudios de intervención (ensayos aleatorios controlados con placebo o estudios cuasi-experimentales), realizados en adultos, que compararon cualquier intervención de risa espontánea con un entorno controlado y reportaron cambios en los niveles de cortisol.

Examinaron así el impacto de la risa en el cambio porcentual en los niveles de cortisol.

Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?

Ocho estudios cumplieron los criterios de inclusión.

En total, se analizaron 315 participantes. La edad media fue de 38.6 años.

De estos 8, 4 fueron ensayos clínicos controlados y aleatorizados, y 4 estudios cuasi-experimentales.

# Los métodos…

Cinco estudios evaluaron el impacto de ver un vídeo de humor/comedia.

Dos estudios evaluaron sesiones de risa administradas por un risoterapeuta (algo así como un “especialista en risa”) capacitado.

Un estudio evaluó un programa de risa autoadministrado.

# Los resultados…

La combinación de estos datos mostró una reducción significativa en los niveles de cortisol del 31.9% inducida por la intervención de risa en comparación con el grupo control.

Los análisis de sensibilidad demostraron que incluso una sola sesión de risa indujo una reducción significativa del 36.7% en el cortisol.

Además, los análisis que incluyeron los 4 ensayos clínicos controlados y aleatorizados reforzaron estos resultados al demostrar una reducción significativa en los niveles de cortisol promovida por la risa en comparación con el grupo placebo (37.5%).

Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?

La evidencia actual demuestra que la risa espontánea está asociada con una mayor reducción de los niveles de cortisol en comparación con las actividades habituales, lo que sugiere la risa como una posible terapia médica complementaria para mejorar el bienestar.

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