El uso de las vacunas Covid-19 rAd-26-rAd-5 (Sputnik, de Rusia), ChAdOx1 (Oxford-AstraZeneca, del Reino Unido) y BBIBP-CorV (Sinopharm, de China) se asoció con una importante disminución de las infecciones por Covid-19, de la mortalidad por todas las causas y de las muertes asociadas al Covid-19, tras evaluar a 663.002 adultos mayores de la Ciudad de Buenos Aires, en los primeros 5 meses de iniciado el plan de vacunación Covid-19 en la Argentina.
Esto se vio con el uso de una sola dosis de vacuna Covid-19, y fue mucho más marcado con las 2 dosis. El uso pragmático de las vacunas Covid-19 disponibles mostró reducir en modo significativo la morbilidad y la mortalidad.
Estas son alguna de las conclusiones de la investigación original publicada el 29 de octubre en JAMA Network Open, Evaluación de una campaña de vacunación Covid-19 e infección y mortalidad por SARS-CoV-2 entre los adultos de 60 años o más en un país de ingresos medios, llevada a cabo por las autoridades sanitarias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Argentina.
Analizaron los datos de los primeros 5 meses de la campaña de vacunación Covid-19 (hasta mayo del 2021) en contexto de un número de casos de infecciones por SARS-CoV-2 en ascenso, escasez de vacunas, con 3 vacunas disponibles, de las cuáles una sola tenía informes internacionales y revisados por pares, y las otras 2, sin informes de eficacia en mundo real.
Se sumó en ese momento la falta de disponibilidad del segundo componente de la vacuna Sputnik. Además, no había acceso a las vacunas Covid-19 basadas en ARN mensajero, probadas y con numerosos informes de experiencia del «mundo real», disponibles en países más desarrollados, con altos ingresos.
Ante la escasez, se planteó la política sanitaria de inocular primeros a personal de salud y más vulnerables, con 1 dosis para cubrir la mayor parte de la población objetivo, y aumentar el intervalo entre dosis, para administrar mejor la crisis sanitaria. Este fue un enfoque pragmático, empujado por la necesidad.
El estudio fue de cohorte observacional retrospectivo. La población estudiada, todos los residentes de CABA de 60 años o más (663.062 personas, de un total de 3.08 millones de habitantes).
Todas los casos de Covid-19 confirmados por RT-PCR, hospitalizaciones y muertes fueron registrados en una base de datos por el gobierno, en el SISA (Sistema Integrado de Información en Salud Argentino), y todos los vacunados fueron registrados en otra. Las 3 vacunas usadas requieren 2 dosis, separadas de al menos 21 días.
El objetivo principal, determinar la densidad de la incidencia (expresada en casos/ 100.000 personas-día) de infección por Covid-19 documentada, mortalidad por todas las causas y mortalidad asociada al Covid-19 (aquel que muere en los 30 días posteriores a un diagnóstico de Covid-19), entre las personas no vacunadas, vacunadas con una dosis y vacunadas con las dos dosis.
Se estrarificó a la población en 3 grupos: 60-69, 70-79, > 80 años.
El estudio evaluó los casos confirmados de Covid-19. No fue diseñado para detectar los casos asintomáticos.
Analizamos los resultados
– De 663.602 habitantes mayores de 60 años o más, 540.792 (81.4%) recibieron al menos una dosis de vacuna, 83.226 (12.2%) personas, recibieron las 2 dosis.
– La vacuna más usada fue Sputnik (6-7 de cada 10), seguida de Oxford-AstraZeneca (2-3 de cada 10), y finalmente Sinopharm.
– Menos del 4% de la población tenía antecedentes de infección por SARS-CoV-2 antes de la vacunación Covid-19.
– La densidad de la incidencia de infección por Covid-19 confirmada en esta población fue de 36.5, 19.13 y 4.33 casos /100.000 personas-día, entre los no vacunados, vacunados con una dosis, y vacunados con las 2 dosis, respectivamente.
– La disminución de la tasa de infección por SARS-CoV-2 en los que recibieron las 2 dosis fue del 88.1%, versus 47.2% para los que recibieron una sola dosis de vacuna Covid-19.
– Al evaluar la mortalidad por todas las causas , la densidad de la incidencia fue del 11.74, 4.1 y 0.4 casos /100.000 personas-día, para los no vacunados, vacunados con una sola dosis y vacunados con las dos dosis, respectivamente.
– Una dosis de vacuna Covid-19 se asoció una reducción en la mortalidad de cualquier causa del 65.8%, versus una reducción del 96.6% con las 2 dosis (muy alta protección contra muerte del esquema completo).
– Al evaluar las muertes asociadas al Covid-19 , la densidad de la incidencia fue 2.31, 0.59, 0.04 casos/ 100.000 personas-día, para los no vacunados, vacunados con una sola dosis y completamente vacunados, respectivamente.
– La reducción de las muertes asociadas al Covid-19 fue del 74.5% para los vacunados con una dosis, versus 98.3% para los completamente vacunados Covid-19.
– No hubo grandes diferencias entre los resultados de los que recibieron 2 dosis de Sputnik y Oxford-AstraZeneca.
– Lo que recibieron 2 dosis de Sinopharm, tuvieron un riesgo significativamente mayor de infección por SARS-CoV-2, en comparación con los que recibieron cualquiera de las otras 2 vacunas, pero sin grandes diferencias estadísticamente significativas en mortalidad por todas las causas. Este es uno de los motivos por lo cual se recomienda hoy un esquema de 3 dosis para Sinopharm.
Este en un muy buen trabajo cientifico, en que se colectan datos de la experiencia del «mundo real» de 2 vacunas de las cuáles escasea este tipo de información: Sputnik y Sinopharm.
La publicación fue en una importante revista científica, y se sometió a revisión por pares. Estos datos apoyan la estrategia poblacional adoptada ante la falta de vacunas, al vacunar con 1 sola dosis a todos los que se pudo en el menor tiempo posible.
Se muestra acá como la vacunación Covid-19, con las únicas vacunas disponibles en un momento dado de la pandemia en CABA, se asoció un una importante disminución en la morbilidad y en la mortalidad de la población de 60 años o más de CABA, en plena segunda ola de Covid-19.
También permite sacar conclusiones prácticas sobre efectividad en «mundo real» de un producto derivado de la vacuna de 2 dosis del instituto Gamaleya: Sputnik Light, portadora del primer componente de la vacuna original, en individuos de 60 años o más (la eficacia en este grupo fue moderada contra la infección documentada y contra la mortalidad, con un 74.5% de protección contra está última).