– Las reinfecciones por SARS-CoV-2 son un evento poco frecuente.
– La tasa de reinfección en población general es muy baja.
– Una infección por SARS-CoV-2 previa ofrece cierta protección contra las reinfecciones.
Estas son algunas de las conclusiones de la carta de investigación publicada en JAMA el 28 de mayo, por Vitali y colegas, Evaluación de la reinfección por SARS-CoV-2 1 año después de una infección primaria en una población en Lombardia, Italia. Se incluyeron pacientes de cualquier edad, con resultados positivos de PCR para SARS-CoV-2 durante la primera ola de la pandemia en Lombardia, en el norte de Italia.
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Durante el seguimiento, con una media de 280 días, 5 reinfecciones se registraron, sobre una cohorte de 1579 infecciones primarias. 1 solo de los reinfectados requirió hospitalización. Los 5 estaban relacionados a los cuidados de la salud. El intervalo promedio entre la primera y la segunda infección fue de 230 días (casi 8 meses). El riesgo de una reinfección fue 15 veces menor en los pacientes que habían tenido una infección previa por SARS-CoV-2.
Esto muestra como el antecedente de una infección primaria protege en gran parte contra las reinfecciones. Este estudio se terminó antes de poder evaluar el efecto de la introducción de las variantes de preocupación como agente etiológico de las nuevas infecciones. La inmunidad natural parece conferir un efecto protector durante al menos 1 año, al igual que los informes de los estudios de vacunas.
2 salvedades:
– No sé sabe cuánto dura la inmunidad natural.
– No sé sabe si la inmunidad conferida por el virus tipo salvaje funciona igual contra las variantes del SARS-CoV-2.
Probablemente la inmunización más la infección natural sean juntas más protectoras que la infección natural sola, por lo que habría que sostener la recomendación de vacunas a todos, tanto a aquellos con antecedentes de una infección previa por SARS-CoV-2 como a aquellos sin un contacto previo con el virus, como bien se aclara aquí en la Nota del Editor (Protección debido a una infección previa por SARS-CoV-2). Uno de los principales aportes de está publicación es que la cohorte de estudio fue población general, no trabajadores de la salud.
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