El problema de la superdiseminación

por | 4, Mar, 2021 | Covid 19

4 minutos de lectura

La diseminación del SARS-CoV-2, el virus causante de la enfermerdad Covid-19, no es uniforme, como se suele mostrar en los modelos de contagio, con la representación del R0 o número reproductivo básico, que es el número de personas que se contagian a partir de cada infectado, clásicamente calculado para el SARS-CoV-2 entre 2 y 3.5. En realidad, una característica fundamental del crecimiento de casos durante la pandemia del Covid-19, que comparte con el SARS y el MERS, son los eventos de superdiseminación: eventos en que muchas personas, habitualmente más de 10, se infectan a la vez a partir de 1 solo individuo.

Esta forma de transmisión desigual, parcheada y explosiva hace que unos pocos, menos de un 10 % de los individuos, sean responsables del 80 % de las infecciones secundarias, mientras que el resto, de solo un caso o de ninguno. Si a esto le sumamos las nuevas variantes del virus más transmisibles, es problema es mucho mayor. El problema de la superdiseminación , publicado en la Revista Nature el 25 de febrero del 2021, aborda este tema, revisa los probables factores determinantes, y esboza una interesante estrategia de como podría esto ser usado a favor nuestro, para poder terminar con esta pandemia.

Los elementos claves de los eventos de superdiseminación son: reuniones prolongadas, en espacios interiores con poca ventilación, de mucha gente ( tales como bares, restaurantes, clases de canto, ejercicios aeróbicos como una sesión de spinning, dónde se generan muchas gotitas infecciosas que son exhaladas por unos e inhaladas por otros). Una estrategia sería cerrar o restringir estos puntos calientes de contagio, y poder así mantener funcionando otros lugares, como las empresas. En estos sitios se generan el 80% de los contagios.

Por ejemplo, una convención de ventas en Boston, con 90 casos, género 20 mil casos en esa comunidad. En la superdiseminación intervienen también características individuales, tales como el hablar en voz alta versus hacerlo en voz baja (aumenta hasta 50 veces la eliminación de partículas), ser más sociable versus ser más tímido, no mantener la distancia en las conversaciones, no usar máscara, gritar y cantar (99 veces más emisiones). Los obesos, los ancianos y los inmunocomprometidos, generan más partículas y contagian más.

Los niños y las mujeres (por menor capacidad pulmonar), al parecer diseminan menos. Otra condición: que el superdiseminador este asintomático o levemente sintomático. El motor de estos fenómenos parecen ser las personas menores de 60 años, que son la porción que trabaja y sociabiliza más de la población. Proponen acá una estrategia novedosa de rastreo de contactos: en lugar de rastrear hacia adelante, la idea sería rastrear los contactos intensivamente hacia atrás, lo más que se pueda, para así poder identificar el individuo o evento superpropagador, lo que resultó en una estrategia exitosa en Japón.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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