Una investigación recientemente publicada en Heart, analizó el efecto de la dieta mediterránea sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres (1). Lo revisamos en INFOMED.
PUNTOS CLAVE
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Un grupo de investigadores australianos llevó adelante un meta-análisis y revisión sistemática de 16 estudios científicos que analizaron a más de 772 mil mujeres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, con un promedio de 12.5 años de seguimiento.
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Analizaron el efecto de la dieta mediterránea, sobre la prevención de distintos eventos adversos cardiovasculares, en mujeres.
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Una alta adherencia a la dieta mediterránea se asoció con una menor incidencia de enfermedad cardiovascular: esta fue un 24% menos frecuente (razón de probabilidades, HR o hazard ratio, 0.76), comparado con el grupo de menor adherencia a la dieta.
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En el grupo de mujeres con alta adherencia a la dieta mediterránea, la mortalidad total fue un 23% menor (HR 0.77), y la incidencia de enfermedad coronaria fue un 25% menor (HR 0.75), en comparación al grupo de menor adherencia.
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La dieta mediterránea parece tener importantes efectos beneficiosos en la prevención de la enfermedad cardiovascular en mujeres.
¿De qué hablamos cuando hablamos de dieta mediterránea?
La dieta mediterránea es más que una dieta. En el año 2010 fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2).
Esta comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos. Se originó en las comunidades de la cuenca del Mediterráneo, de dónde vienen gran parte de nuestros ancestros.
Comprende una pauta nutricional, rica y saludable (3).
El tipo de grasa que la caracteriza es derivada del aceite de oliva, el pescado y los frutos secos. Las proporciones de los nutrientes principales (cereales y vegetales como base de los platos, y carnes o similares como guarnición) la riqueza de micronutrientes que contiene, fruto de la utilización de vegetales de estación, hierbas aromáticas y condimentos, la hacen única.
Entre las principales características tenemos:
- Usa aceite de oliva como principal grasa agregada. Este es rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos mono-insaturados, con efecto cardioprotector.
- Incluye abundantes alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hongos y legumbres.
- El pan y los alimentos derivados de cereales (pasta, arroz, y en particular, productos integrales), forman parte de la alimentación diaria, siendo fuente de hidratos de carbono.
- Uso de alimentos poco procesados, frescos, de temporada (principalmente frutas y verduras, consumidas en su mejor momento nutricional).
- Consumo diario de lácteos, principalmente yogur y quesos. Estos son fuente de proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo y vitaminas, además de contener microorganismos que mejoran el equilibrio de la flora intestinal.
- Consumo de carne roja con moderación, principalmente cortes magros, y formando parte de platos a base de verduras y cereales.
- Consumo de pescado en abundancia (1-2 veces por semana mínimo), y huevos con moderación (3-4 huevos a la semana, siendo una alternativa a las carnes y al pescado).
- Fruta fresca como postre habitual (con consumo de dulces y pasteles en forma ocasional).
- Agua, bebida por excelencia, con consumo moderado de vino, durante las comidas.
- Realizar actividad física diariamente (esta tan importante como una dieta saludable).
La dieta mediterránea se asocia a una mejor incidencia de enfermedad cardiovascular y muerte.
Distintos estudios científicos encontraron que podría reducir la inflamación, y los factores de riesgo cardiovascular, a través de distintos componentes antioxidantes, y por su efecto beneficioso sobre la flora intestinal.
Otros elementos de la dieta, como polifenoles, nitratos, ácidos grasos Omega-3, un alto contenido de fibra dietaria, así como una baja carga de glucosa, podrían también tener un rol en este beneficio.
El nuevo estudio australiano
Un grupo de investigadores australianos llevó adelante una revisión sistemática y meta-análisis de 16 estudios publicados entre 2006-2021, que reportaron los efectos del consumo de una dieta mediterránea, en mujeres, (históricamente, la mayor parte de los estudios incluyeron una mayoría masculina en los análisis).
La población de estudio fue principalmente de origen europeo y norteamericano. Fueron 772.495 mujeres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. El tiempo medio de seguimiento fue de 12.5 años.
Los incidentes de enfermedad cardiovascular reportados fueron enfermedad coronaria, stroke, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, muerte de causa cardiovascular, evento mayor cardiovascular, evento mayor cerebrovascular, y enfermedad cardiovascular reportada por el paciente.
Estratificaron a la población según la adherencia a la dieta mediterránea, desde «alta adherencia», hasta «baja adherencia». Esta fue reportada mediante cuestionarios, completados por los mismos pacientes.
Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?
Una alta adherencia a la dieta mediterránea se asoció con una menor incidencia de enfermedad cardiovascular: esta fue un 24% menos frecuente (razón de probabilidades, HR o hazard ratio, 0.76), comparado con el grupo de menor adherencia a la dieta.
En este grupo, la mortalidad total fue un 23% menor (HR 0.77), y la incidencia de enfermedad coronaria fue un 25% menor (HR 0.75), en comparación al grupo de menor adherencia.
Estos resultados fueron similares tanto en mujeres de origen europeo, como norteamericano, así como entre las distintas razas incluidas.
Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?
Un grupo de investigadores australianos llevó adelante un meta-análisis y revisión sistemática de 16 estudios científicos que analizaron a más de 772 mil mujeres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, con un promedio de 12.5 años de seguimiento.
Analizaron el efecto de la dieta mediterránea, sobre la prevención de distintos eventos adversos cardiovasculares, en mujeres.
Una alta adherencia a la dieta mediterránea se asoció con una menor incidencia de enfermedad cardiovascular: esta fue un 24% menos frecuente (razón de probabilidades, HR o hazard ratio, 0.76), comparado con el grupo de menor adherencia a la dieta.
En el grupo de mujeres con alta adherencia a la dieta mediterránea, la mortalidad total fue un 23 % menor (HR 0.77), y la incidencia de enfermedad coronaria fue un 25% menor (HR 0.75), en comparación al grupo de menor adherencia.
La dieta mediterránea parece tener importantes efectos beneficiosos en la prevención de la enfermedad cardiovascular en mujeres.
