La apertura de las escuelas para la educación presencial es posible y segura, con el cumplimiento de los protocolos adecuados. En este Punto de Vista, de un equipo del CDC de Estados Unidos, publicado el 26 de enero del 2021, se revisa la evidencia para poder abrir de un modo seguro las clases presenciales en las escuelas primarias y secundarias.
Después de los cierres iniciales, al principio de la pandemia, muchas escuelas siguieron con educación online el resto del año escolar.
Luego del trimestre escolar de otoño, en el Hemisferio Norte, 24 % de las escuelas siguieron la educación completamente online, 51 % usaron un modelo híbrido, y 17 % estaban completamente abiertas a la educación presencial. 51 % de los distritos tenían estudiantes participando en programas deportivos escolares. Los datos acumulados sugieren que la la vuelta a un modelo de atención totalmente en persona es posible y seguro.
Entre las acciones para lograrlo, están el tomar medidas para limitar la transmisión comunitaria, limitar las actividades relacionadas con la escuela, como la práctica de deportes en interiores o las competencias que pudieran incrementar el riesgo de transmisión. El cierre de las escuelas afecta enormemente el aprendizaje, las relaciones sociales, la salud mental y el acceso a los servicios esenciales de los estudiantes.
Un estudio publicado en MMWR (CDC) en diciembre del 2020, que controló las exposiciones de niños de 0 a 18 años con y sin infección por SARS-CoV-2 en Mississippi, mostró que el haber asistido a reuniones y funciones sociales fuera del hogar, y el haber tenido visitas en el hogar, se asoció con un mayor riesgo de infección, no así la asistencia presencial a las escuelas.
En el otoño del 2020, 11 distritos con más de 90 mil estudiantes estuvieron abiertos a las clases presenciales. En ese período, 32 infecciones fueron adquiridas en el colegio, versus 773 que fueron adquiridas en la comunidad, y no hubo caso de transmisión de estudiantes al personal. La incidencia de Covid-19 fue menor en las escuelas que el personal. Datos similares de 17 escuelas de Winscosin, publicados por el CDC el 26 de enero de este año, con alta adherencia al uso de máscaras, mostraron que fueron más seguras las escuelas que la comunidad, en lo que respecta a contagios, durante 13 semanas (191 casos comunitario versus 7 en las escuelas).
Datos del CDC Europeo mostraron que no hay más contagios en las escuelas que en la comunidad. Los datos de brotes asociados a transmisión en escuelas se asociaron al no cumplimiento del uso de máscaras, distancia social, ventilación adecuada, y al uso de aires acondicionados con recirculación de aire, con ventanas cerradas, en plena ola de calor (Israel). No se reportó en entornos educativos la incidencia de contagios similar a la que se vio en viviendas congregadas (geriátricos) y lugares de trabajo de alta densidad, entre otros.
Algunas actividades, asociadas a las escuelas, si han aumentado el riesgo de transmisión y deberían evitarse. El contacto físico durante las prácticas deportivas, y las reuniones sociales asociadas a los deportes de equipo, así como las prácticas deportivas en lugares cerrados, si pueden aumentar el riesgo de transmisión.
