El consumo de alimentos ultraprocesados por madres, tanto en el embarazo y durante la crianza, se asoció con obesidad y sobrepeso en sus hijos, a lo largo de la niñez y la adolescencia. A esta conclusión llegó un grupo de investigadores estadounidenses, y sus resultados fueron publicados el 5 de octubre en The BMJ (1). Lo revisamos en INFOMED.
PUNTOS CLAVE
- El sobrepeso y la obesidad infantil son una epidemia en los Estados Unidos: 4 de cada 10 niños se ven afectados.
- Las dietas poco saludables, ricas en alimentos ultraprocesados, contribuyen al desarrollo de ambas enfermedades.
- La dieta materna, durante el embarazo, influye en el desarrollo de sobrepeso y obesidad en los niños y niñas. Se desconoce si el consumo de alimentos ultraprocesados por parte de la madre, durante la crianza, influye en el desarrollo de estas enfermedades en sus hijos.
- Un grupo de investigadores analizó 3 grandes cohortes, en forma prospectiva, con casi 20.000 niños, hijos de más de 14.500 madres, en busca de respuestas para este interrogante.
- Al comparar a las madres que consumieron más alimentos ultraprocesados durante el período en torno al embarazo y crianza materna, con las que tuvieron la dieta más saludable, los niños de las primeras tuvieron un riesgo 26% mayor de padecer sobrepeso y/u obesidad hasta los 18 años, que los niños de las madres con una dieta más saludable. Esta asociación se mantuvo aun habiendo nacido con peso normal, e independiente del estilo de vida y/o dieta que los niños adoptaran.
- Es fundamental tratar de mejorar la dieta de las mujeres en edad reproductiva y embarazadas, para promover la salud de sus hijos.
La obesidad infantil alcanza cifras alarmantes en los Estados Unidos. En niños de 2 a 19 años, la prevalencia de sobrepeso, obesidad y obesidad grave fue de 16.1, 19.3, y 6.1%, respectivamente, en el período 2017-18, un porcentaje muy superior al de décadas anteriores.
Esto quiere decir que, en esta población, al menos 1 de cada 4 niños/adolescentes, tiene algún grado de exceso de peso corporal.
La obesidad infantil es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, y muerte prematura.
Uno de los principales elementos relacionados con la obesidad infantil es la dieta occidental, poco saludable, caracterizada por un alto consumo de alimentos ultraprocesados. Estos constituyen más del 50% de las calorías diarias ingeridas por los adultos de los Estados Unidos.
Las comidas ultraprocesadas son muy saborizadas, con alta densidad calórica, aditivos, y un alto contenido de sodio, azúcar y grasas. Contienen poco o ningún alimento sin procesar. Son sabrosas, atractivas, fáciles de preparar, y rápidas para ingerir.
Su consumo se asocia al sobrepeso y a la obesidad en adultos y niños.
El desarrollo de la obesidad depende de una suma de factores, tales como la dieta, la susceptibilidad genética y factores ambientales. La dieta materna también podría llegar a influir en el desarrollo de la obesidad y el sobrepeso en los hijos.
La elección de una dieta saludable por parte de las mujeres embarazadas, se ha asociado con una menor incidencia de obesidad infantil en sus hijos. El impacto específico, del consumo materno de alimentos ultraprocesados, durante el embarazo y la crianza, sobre sus hijos, no se ha estudiado todavía.
Para responder este último interrogante, un grupo de investigadores llevó adelante un interesante estudio de cohorte prospectiva.
El nuevo estudio
Usaron 3 grandes cohortes de los Estados Unidos:
Cohorte del Nurse’s Health Study II (NHS-II)
Incluye a 116.429 mujeres enfermeras, de 25-39 años al momento de enrolarse en 1989, que respondieron periódicamente cuestionarios sobre estilos de vida y alimentación, incluido uno de análisis semicuantitativo de la frecuencia de la dieta, que se realizó cada 4 años.
Cohorte del Growing Up Today Study I y II (GUTS)
GUTS-I incluyó 16.882 niños de 8-15 años al inicio del estudio (año 1996), todos hijos de la cohorte anterior de enfermeras, y GUTS-II, en el año 2004, con 10.918 niños del estudio anterior.
Luego de aplicar criterios de inclusión y de exclusión, analizaron 19.958 niños, nacidos de 14.553 madres (45% varones, 7-17 años al momento del enrolamiento), que se siguieron un tiempo medio de 4 años (2-5 años), hasta la edad de 18, o hasta el desarrollo de sobrepeso u obesidad. Este grupo incluyó a un subgrupo de 2925 pares de madre-hijo con información de la dieta durante el embarazo.
Se aplicó un análisis multivarible sobre distintas características y factores de riesgo de los participantes (hijos y madres).
El principal resultado medido fue el riesgo al nacimiento de desarrollar obesidad y sobrepeso, hasta los 18 años de edad.
Calcularon el índice de masa corporal de los participantes de GUTS-I y II (es decir, de los hijos de las enfermeras) en cada contacto del seguimiento.
Se usa acá el término período de crianza o crianza («child rearing period») para referirse al período en el cual un niño no es capaz de valerse por sí mismo, y necesita ayuda de sus padres para sobrevivir.
Los resultados: ¿Qué encontraron?
2471 (12.4%) niños desarrollaron sobrepeso u obesidad. Luego de ajustar estos hallazgos por los factores de riesgo maternos, el consumo de alimentos ultraprocesados por los niños y las madres durante el embarazo, la actividad física, y el sedentarismo, el consumo de alimentos ultraprocesados por las madres durante el período en torno al embarazo y la crianza de los niños se asoció con un riesgo 26% mayor (hazard ratio, HR o razón de probabilidades 1.26) en los hijos de padecer sobrepeso u obesidad a lo largo de su infancia y adolescencia, al comparar al grupo de madres que consumió más cantidad de alimentos ultraprocesados (grupo 5), con el grupo de madres con menos consumo de estos (grupo 1).
Al analizar el efecto de ciertos subgrupos de alimentos ultraprocesados, los panes ultraprocesados y las comidas para el desayuno se asociaron con un mayor riesgo de que los niños sufran de sobrepeso u obesidad (+10%).
Estos hallazgos se vieron aún en niños con peso normal al nacer, o con madres sin complicaciones obstétricas, sin ganancia excesiva de peso durante el embarazo, y sin obesidad.
Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?
El consumo de alimentos ultraprocesados por parte de las madres durante el período en torno al embarazo y a la crianza de los niños, está asociado con un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad infantil en estos últimos, independientemente de los factores de riesgo y estilos de vida del niño en la infancia (consumos de alimentos ultraprocesados, sedentarismo, actividad física).
Estos datos apoyan la importancia de redefinir las recomendaciones sobre la dieta, y de generar programas para mejorar la nutrición de las mujeres en edad reproductiva, para promover la salud de sus hijos.
En este trabajo vemos una influencia transgeneracional de la dieta de la madre sobre la salud de sus hijos. Un buen motivo para orientar los esfuerzos hacia un cambio más saludable.
Distintas hipótesis tratan de explicar estos efectos:
- La dieta materna le «da forma» a los gustos y preferencias de dieta y estilo de vida de sus hijos, 2 potentes contribuyentes para la obesidad y sobrepeso.
- Un mecanismo epigenético que modifique y de forma a genes, hoy no identificados, que tengan influencia sobre los estilos de vida y el riesgo de obesidad o sobrepeso, o afecte a genes relacionados con los depósitos de grasa de la progenie.
- La presencia de elementos proinflamatorios en los alimentos ultraprocesados, como el sodio, emulsificantes, azúcar y endulzantes, que podrían transmitirse durante la lactancia, y en la vida intrauterina.