Autor: Marcos Tabossi

Hace unos cuantos días estamos todos los argentinos viviendo bajo los efectos de la pasión y resulta encantador.

Las carreras, en sentido amplio, ofrecen ese lugar de depósito de las propias inseguridades, de aquello para lo cual aún no se está preparado, y como portadoras de un poder hacer con nuestro deseo.

¿Qué pasa cuando no hay motivación o no hay posibilidades de estudiar?

Los consultantes de Orientación Vocacional llegan con la ilusión de que su conflicto sea resuelto por otro.

El 67,5% de los inscriptos a las universidades argentinas (públicas y privadas) en los años 2020 y 2021, son mayores de 20 años, es decir, por fuera del rango ¿esperable?

Si en la última década la oferta educativa creció exponencialmente y cada año surgen tantas carreras como brotes en primavera ¿por qué, entonces, los jóvenes siguen apostando a las carreras clásicas?