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Abelacimab vs Rivaroxaban en Pacientes con Fibrilación Auricular

Un estudio reciente publicado en NEJM revela que el abelacimab, un anticuerpo monoclonal que inhibe el factor XI de la coagulación, reduce significativamente los eventos hemorrágicos en comparación con rivaroxabán en pacientes con fibrilación auricular y riesgo moderado a alto de accidente cerebrovascular. Lo resumimos en INFOMED.

Puntos Clave

  • Abelacimab, un anticuerpo monoclonal que inhibe la activación del factor XI,
    demostró reducir significativamente los eventos hemorrágicos en pacientes con fibrilación auricular en comparación con rivaroxabán.
  • En el estudio, los pacientes tratados con abelacimab (150 mg o 90 mg mensuales) tuvieron una incidencia de hemorragia significativamente menor que aquellos que recibieron rivaroxaban (8.4 eventos vs. 3.2 y 2.6 eventos por 100 personas-año, respectivamente).
  • El ensayo fue interrumpido prematuramente debido a la marcada reducción de sangrados observada con abelacimab, lo que destacó su perfil de seguridad.
  • La reducción de los niveles de factor XI libre alcanzó un 99% con abelacimab 150 mg y un 97% con abelacimab 90 mg, confirmando su potente efecto anticoagulante.
  • Los eventos adversos fueron similares entre los grupos, lo que sugiere que la
    inhibición selectiva del factor XI podría ofrecer una alternativa segura y eficaz a los anticoagulantes orales directos actuales.

Abelacimab es un anticuerpo monoclonal humano que se une a la forma inactiva del factor XI e impide su activación. La seguridad de abelacimab en comparación con un anticoagulante oral directo en pacientes con fibrilación auricular (FA) aún no ha sido establecida.

Se realizó un estudio aleatorizado en el que pacientes con FA y riesgo moderado-alto de accidente cerebrovascular (ACV) fueron asignados en una relación 1:1:1 a recibir
abelacimab en dosis de 150 mg o 90 mg mensuales por vía subcutánea (de manera
cegada) o rivaroxabán 20 mg diarios por vía oral (de manera abierta).

El criterio de valoración principal fue la incidencia de hemorragia mayor o clínicamente relevante no mayor.

Un total de 1287 pacientes fueron aleatorizados; la mediana de edad fue de 74 años y el 44% eran mujeres. A los tres meses, la reducción mediana de los niveles de factor XI libre con abelacimab 150 mg fue del 99% (rango intercuartil [RIQ]: 98-99) y con abelacimab 90 mg fue del 97% (RIQ: 51-99).

El ensayo fue interrumpido prematuramente por recomendación del comité independiente de monitorización de datos debido a una reducción mayor de la esperada en los eventos hemorrágicos con abelacimab.

La tasa de incidencia de hemorragia mayor o clínicamente relevante no mayor fue de 3,2 eventos por 100 personas-año con abelacimab 150 mg y de 2,6 eventos por 100
personas-año con abelacimab 90 mg, en comparación con 8,4 eventos por 100
personas-año con rivaroxabán.

La razón de riesgo (HR) para abelacimab 150 mg frente a rivaroxabán fue de 0,38 (IC del 95%: 0,24-0,60; P<0,001) y para abelacimab 90 mg frente a rivaroxabán fue de 0,31 (IC del 95%: 0,19-0,51; P<0,001). La incidencia y severidad de eventos adversos fueron similares entre los grupos.


Estos hallazgos destacan el potencial de abelacimab como una opción terapéutica más segura en la prevención del ACV en pacientes con FA, dado que la reducción en la incidencia de eventos hemorrágicos fue significativa en comparación con rivaroxabán.

La inhibición selectiva del factor XI parece conferir un perfil de seguridad superior sin comprometer la eficacia en la prevención de eventos tromboembólicos. La interrupción temprana del estudio debido a la marcada reducción de sangrados refuerza la relevancia clínica de estos resultados y sugiere un cambio potencial en la estrategia anticoagulante en este grupo de pacientes.

Los resultados de este estudio representan un avance significativo en la terapia anticoagulante para pacientes con FA.

La menor incidencia de sangrados con abelacimab podría traducirse en una mejor seguridad y adherencia al tratamiento a largo plazo.

No obstante, se requieren estudios adicionales para evaluar su eficacia en la prevención de eventos tromboembólicos y su aplicabilidad en diferentes subgrupos de pacientes.

Si se confirman estos hallazgos en ensayos clínicos de fase avanzada, abelacimab podría posicionarse como una alternativa innovadora y más segura frente a los anticoagulantes orales directos actuales.

Ventajas y desventajas de la droga abelacimab

# Ventajas:


1. Menor riesgo de sangrado: Abelacimab es un anticuerpo monoclonal que inhibe
selectivamente, el factor XI en su forma inactiva, lo que permite una anticoagulación
eficaz con un menor impacto sobre la hemostasia y una reducción significativa de los
eventos hemorrágicos en comparación con los anticoagulantes tradicionales.

2. Mecanismo de acción innovador: A diferencia de los anticoagulantes orales
directos, que inhiben factores de la coagulación activos (como el factor Xa o la
trombina), abelacimab actúa de manera más específica, evitando la activación del
factor XI y reduciendo el riesgo de hemorragias espontáneas sin comprometer la
eficacia antitrombótica.

3. Dosificación mensual: Se administra por vía subcutánea una vez al mes, lo que
mejora la adherencia al tratamiento y reduce la carga diaria de medicación en
comparación con los anticoagulantes orales.

4. Potente efecto anticoagulante: Logra una reducción de hasta el 99% en los niveles de factor XI libre, lo que sugiere una anticoagulación sostenida y efectiva sin la necesidad de ajustes frecuentes de dosis.

5. Perfil de seguridad favorable: No se han reportado diferencias significativas en la
incidencia de eventos adversos graves en comparación con otros anticoagulantes, lo
que indica una buena tolerabilidad en los pacientes.

# Desventajas:

1. Falta de evidencia a largo plazo: Aunque los estudios iniciales han demostrado un perfil prometedor, aún no hay suficiente evidencia sobre su eficacia en la prevención de eventos tromboembólicos a largo plazo en comparación con los anticoagulantes establecidos.

2. Vía de administración subcutánea: Aunque la inyección mensual puede ser
conveniente para algunos pacientes, otros podrían preferir un anticoagulante de
administración oral en lugar de una inyección periódica.

3. Disponibilidad y costo: Como un nuevo fármaco biológico, es probable que su
costo inicial sea elevado y que su disponibilidad esté restringida en algunos sistemas
de salud, limitando su acceso en comparación con los anticoagulantes orales más
comunes.

4. Posibles interacciones y contraindicaciones desconocidas: Al ser un fármaco
en desarrollo, aún no se han determinado completamente sus posibles interacciones
con otras terapias o su seguridad en poblaciones específicas, como pacientes con
insuficiencia renal grave o aquellos con alto riesgo de trombosis.

5. Impacto clínico por definir: Si bien su capacidad para reducir sangrados es clara,
se necesitan estudios adicionales para confirmar que esta ventaja no compromete
su eficacia en la prevención de eventos tromboembólicos, especialmente en
poblaciones de alto riesgo.

En conclusión, abelacimab representa un avance significativo en la anticoagulación con un mecanismo de acción innovador y un perfil de seguridad favorable, pero aún se requieren más estudios para definir su rol en la práctica clínica y su comparación con las terapias anticoagulantes actuales.

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