Usando la base de datos de empleados de una gran compañía, evaluaron 18.148 adultos en edad laboral, de los cuales tenían registros de antecedentes demográficos y médicos, entre ellos los niveles de vitamina D antes y durante la pandemia, y pruebas de IgG para SARS-CoV-2 durante pandemia (2020).
Se definió como nivel bajo de vitamina D, a aquel que tenía menos de 20 o 30 ng/ml. El principal resultado medido, la seropositividad al SARS-CoV-2 (el tener anticuerpos como signo de una infección previa). Se realizó con los resultados un análisis multivariable, en el cual no solo tuvieron en cuenta el nivel de vitamina D y de seropositividad al SARS-CoV-2, sino también la edad, el sexo, la raza o etnia, la educación, el BMI, la presión arterial, el tabaquismo y la ubicación geográfica.
La mediana de edad fue de 47 años. 2/3 eran mujeres. El 84.7% (15374 personas) tenían niveles menores del 30 ng/ml (niveles bajos de vitamina D) antes de la pandemia. El 5% (900 personas) tenían anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 (personas seropositivas).
Al analizar solo los niveles de vitamina D y la seropositividad al SARS-CoV-2, impresiona que los niveles de vitamina D bajos están asociados con la seropositividad al SARS-CoV-2 (parece que los niveles bajos de vitamina D son un factor de riesgo para contraer Covid-19), pero cuando se realiza un análisis teniendo en cuenta todas las otra variables, las conclusiones son otras.
Cuando ajustamos esto por los otros factores de riesgo, se concluye que los niveles bajos de vitamina D NO están independientemente asociados con la seropositividad al SARS-CoV-2, o sea, con el riesgo de tener Covid-19.