La infección por COVID-19 se manifiesta con un amplio espectro de fenotipos clínicos que se caracterizan por respuestas inmunes del huésped exageradas y mal dirigidas. Si bien la activación inmunitaria innata patológica está bien documentada en la enfermedad grave, el impacto de los autoanticuerpos sobre la progresión de la enfermedad está comenzarse a dejarse ver con una serie de estudios que ponen en manifiesto su papel, tanto en la infección como en el síndrome post COVID.
En este estudio se utilizó una técnica de descubrimiento de autoanticuerpos de alto rendimiento (AAb) llamada Perfilado rápido de antígenos extracelulares (REAP) para analizar una cohorte de 194 pacientes COVID-19 infectados con SARS-CoV-2 y trabajadores de la salud en busca de autoanticuerpos contra 2770 proteínas extracelulares y secretadas (el «exoproteoma«).
Se encontró que los pacientes con COVID-19 exhiben aumentos drásticos en activación de autoanticuerpos en comparación con los controles no infectados, con una alta prevalencia de autoanticuerpos contra las proteínas inmunomoduladoras, incluidas las citocinas, las quimiocinas, los componentes del complemento y las proteínas de la superficie celular.
Establecieron que estos autoanticuerpos perturban la función inmune y deterioran el control virológico al inhibir la señalización de inmunorreceptores y al alterar la composición de las células inmunes periféricas, y que en el laboratorio, los sustitutos murinos (sintéticos) de estos autoanticuerpos exacerbaban la gravedad de la enfermedad en un modelo de ratón. Estos autoanticuerpos tambíen son dirigidos contra tejidos específicos, pudiendo estar en relación a características clínicas específicas y la gravedad de la enfermedad.
Por ejemplo, se identificó un autoanticuerpo contra el receptor de orexina que, in vivo juega un papel importante en la regulación de la vigilia y el apetito. Diez pacientes COVID-19 desarrollaron autoanticuerpos contra dicho receptor, teniendo una marcada correlación negativa entre los niveles de autoanticuerpos y puntuaciones GCS excepcionalmente bajas. Otro análisis reciente ( Broad Auto-Reactive IgM Responses are Common in Critically Ill Patients Including Those with COVID-19, Cell Reports Medicine (2021, doi: https://doi.org/10.1016/j.xcrm.2021.100321) informó que más del 90% de los pacientes con COVID-19 en estado crítico tienen anticuerpos IgM autorreactivos.
En resumen, estos análisis revelaron un panorama expansivo de autoanticuerpos en pacientes con COVID-19 e identificaron autoanticuerpos distintos que ejercieron sorprendentes resultados inmunológicos y clínicos. Estos resultados implican vías inmunológicas previamente subestimadas en la etiología de COVID-19 y sugieren nuevos paradigmas terapéuticos centrado en modular estas vías, así como en atenuar los propios autoanticuerpos.