5 mitos y verdades sobre la gripe y su vacuna

por | 27, Abr, 2024 | Infectología, Pacientes

10–11 minutos de lectura

Resumimos una publicación de Medscape acerca de mitos y verdades sobre la gripe y su vacuna, de la mano de un experto del Área de Influenza del CDC de los Estados Unidos (1), para explicarle mejor a nuestros pacientes.

PUNTOS CLAVE

  • Bajan las temperaturas, y la temporada de gripe llega, año tras año. Aun así, la gente decide ignorar sus peligros, y evita la vacuna anual contra la gripe.
  • La vacuna contra la gripe, NO puede causar gripe, nunca. Puede pasar que justo no se haya alcanzado la protección (porque nos infectamos antes de generar suficientes anticuerpos), o que nos agarramos un virus similar (gripe no incluido en la vacuna, o de otra familia), o síntomas menores por la vacuna, o un virus de la gripe que estaba circulando (pero seguro vamos a tener una enfermedad más leve).
  • Una persona sana, también puede vacunarse contra la gripe: se protege a sí misma, y a los que la rodean, como por ejemplo, niños muy pequeños, adultos mayores y personas con inmunocompromiso.
  • La gripe no es simplemente un resfrío fuerte: todos los años mueren en el mundo decenas de miles de personas por esta enfermedad, incluso individuos sanos y saludables hasta el momento en que se contagiaron.
  • La eficacia de la vacuna contra la gripe depende de la «calidad» del sistema inmune de quien la recibe, así como del tipo de virus de influenza que nos toca enfrentarnos (principalmente si está incluido en la vacuna que recibimos o no).
  • La vacuna contra la gripe no solo protege contra la gripe: sabemos hoy que esta reduce hasta en un tercio el riesgo de sufrir un evento cardiovascular mayor, en particular en personas con enfermedad coronaria activa.

Winter is coming…

Bajan las temperaturas, y la temporada de gripe llega, año tras año. Aun así, la gente decide ignorar sus peligros, y evita la vacuna anual contra la gripe.

De hecho, en los Estados Unidos, más del 40% de los adultos en una encuesta dijeron que no se habían vacunado contra la gripe, y que no tenían intención de hacerlo.

Esto es desafortunado, porque la influenza puede afectar incluso a los más sanos y, como mínimo, se la hace pasar mal a quien la padece.

Parte de esa evitación tiene que ver con conceptos erróneos sobre la gripe y las vacunas diseñadas para prevenirla.

Mito 1: La vacuna contra la gripe puede causar gripe (o «me vacuné, y me engripé…»)

La vacuna contra la gripe por sí sola NO puede causar nunca, y de ninguna manera, gripe.

La mayoría de las vacunas contra la gripe que se utilizan hoy en día contienen virus muertos, virus debilitados o ningún virus, por lo que una persona no puede contraer la gripe con ninguna vacuna.

Por ejemplo, existe una vacuna en aerosol, para inhalar por la nariz. Esta vacuna en realidad contiene un virus vivo, aunque atenuado (debilitado), pero estos virus solo pueden replicarse a temperaturas más frías dentro de la nariz, y no pueden infectar los pulmones u otras partes del cuerpo donde las temperaturas son más calientes. Ni siquiera esta vacuna puede causar gripe.

La pregunta es: ¿qué es lo que le pasa a la gente y qué hace que digan que tuvieron «gripe» después de vacunarse?

Distintas situaciones podrían explicar los síntomas de la «gripe»:

– El cuerpo tarda aproximadamente dos semanas en generar una respuesta inmunitaria a cualquier vacuna contra la influenza, tiempo durante el cual las personas no estarán protegidas contra la infección por influenza, sin importar cuán buena sea la vacuna. En ese período, se pueden contagiar de gripe.

– Una gran cantidad de otros virus del tracto respiratorio superior tienen el mismo patrón estacional que la influenza, y estos pueden causar síntomas leves similares a los de la influenza (es decir, se agarraron otro virus respiratorio).

– Las personas también pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe a pesar de vacunarse si han estado expuestas a un virus en la comunidad que difiere de los de la vacuna estacional, por lo que no estarán protegidas contra él (es decir, se agarraron una cepa del virus, contra la cual no están vacunados).

– La mayoría de los efectos secundarios están relacionados con el lugar donde se administró la vacuna (dolor o hinchazón en el brazo).

– Una persona, que esta vacunada contra la influenza, aun así, puede contraer la enfermedad, aunque esta va a ser menos grave (y mortal) de lo que podría haber sido, sin una vacuna.

En un estudio del CDC (2), los pacientes hospitalizados con gripe que no habían sido vacunados antes de la hospitalización, tenían entre 2 y 5 veces más probabilidades de morir que los pacientes hospitalizados que habían sido vacunados previamente.

Mito 2: las personas sanas no necesitan vacunarse contra la gripe (o «soy sano, nunca me vacuné, y nunca me engripé…»).

Sabemos que algunas personas son más vulnerables a enfermarse gravemente de gripe que otras: aquellas con enfermedades pulmonares o cardíacas crónicas, o aquellas cuyo sistema inmunológico está comprometido de alguna manera.

Ni siquiera los expertos pueden predecir, individualmente, quién de nosotros enfermará más gravemente de gripe.

A veces, adultos perfectamente sanos e incluso niños, que no tienen factores de riesgo de enfermedad grave, se enferman lo suficiente como para requerir hospitalización o incluso morir a causa de la gripe.

Dado que no se puede identificar con antelación quién se verá más gravemente afectado, se recomienda que todas las personas, a partir de los 6 meses de edad, se vacunen anualmente contra la gripe.

Esta es una recomendación para Estados Unidos.

En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación recomienda la vacuna en las poblaciones más vulnerables. No obstante, cualquier persona de más de 6 meses, sin una contraindicación puntual, se la puede aplicar (y siempre que se pueda, hay que procurar hacerlo).

Los adultos que cuidan a bebés demasiado pequeños como para ser vacunados (menos de 6 meses), y que son especialmente vulnerables a contraer la gripe a través de sus cuidadores y de cualquier persona a su alrededor que albergue la infección, deberían recibir la vacuna antigripal.

En un estudio del CDC (3) la vacuna contra la gripe redujo el riesgo de muerte relacionada con la gripe en un 51% entre los niños con afecciones médicas de alto riesgo, y en un 65% entre los niños sanos.

El mensaje a transmitir a estos padres y cuidadores sería: «si no se vacuna por usted mismo contra la gripe, hágalo para proteger a las personas más vulnerables a su alrededor, que pueden correr un mayor riesgo de contraer la enfermedad y sufrir sus consecuencias potencialmente fatales».

Mito 3: «La gripe es simplemente un resfrío fuerte»

La gripe NO es un resfrío común: las personas muchas veces incluso, pueden identificar la hora en que comenzó la infección.

La influenza se anuncia por síntomas como:

  • Fiebre elevada
  • Escalofríos o temblores
  • Dolor muscular
  • Dolor de cabeza
  • En el peor de los casos, las personas pueden desarrollar síntomas graves del tracto respiratorio inferior, como tos intensa e incluso neumonía.

Por el contrario, el resfrío es algo molesto, pero no suele ser grave. Entre sus síntomas se incluyen:

  • Picazón en la garganta
  • Secreción nasal
  • Fiebre (en varios pacientes)

Todos estos síntomas también pueden estar presentes en la gripe. Sin embargo, las personas rara vez, o nunca, son hospitalizadas por un resfrío, pero por gripe, sí.

Durante la temporada de influenza 2017-2018, en los Estados Unidos (4), el CDC estimó que:

  • 48.8 millones de personas enfermaron de gripe
  • 22.7 millones de personas buscaron algún tipo de atención médica debido a síntomas similares a los de la gripe
  • 959.000 fueron hospitalizadas
  • 79.400 personas murieron (alrededor de 600 de estos, fueron niños)

Dicho esto, la carga de enfermedad durante la temporada de influenza 2017-2018 fue particularmente alta, en comparación con otras temporadas, y las infecciones fueron graves para todas las edades entre la población.

Mito 4: La vacuna contra la gripe no es eficaz

Algunas personas creen que ninguna vacuna es eficaz contra la gripe, especialmente en adultos mayores.

Las vacunas contra la influenza brindan la mejor protección contra la enfermedad en niños menores de 8 años, en quienes tienen aproximadamente un 65% de protección contra la gripe.

Después de eso, la eficacia de la vacuna depende tanto de la edad del paciente, como de qué tan bien los virus de la vacuna estacional, coinciden con los que circulan en la comunidad.

La eficacia de la vacuna, para la población general, en el peor de los casos es de alrededor del 40%.

Durante la temporada de influenza 2016-2017, por ejemplo, la vacunación contra la influenza evitó aproximadamente 85.000 hospitalizaciones relacionadas con la influenza en todo Estados Unidos.

Es importante destacar que los niños de entre 6 meses y 8 años que se vacunan por primera vez contra la influenza necesitan 2 inyecciones de la vacuna, con un intervalo de al menos 4 semanas.

La vacuna contra la gripe también se recomienda ampliamente para las mujeres embarazadas, no solo para proteger a la madre de contraer la gripe durante el embarazo, sino porque vacunarse durante el embarazo ayuda a proteger al recién nacido de la gripe mediante la transferencia de anticuerpos maternos en el útero.

La vacuna contra la gripe no solo protege a las personas de la enfermedad gripal: según un metaanálisis de importantes ensayos clínicos (5) la vacunación de adultos contra la gripe reduce el riesgo de sufrir un evento cardiovascular importante en más de 1/3, un efecto que es especialmente pronunciado entre pacientes con enfermedad coronaria activa.

Mito 5: Es demasiado tarde para vacunarse contra la gripe

A medida que avanza el invierno, muchas personas afirman que es demasiado tarde para vacunarse contra la gripe. Es cierto que se recomienda que las personas se vacunen a tiempo para estar protegidas contra los brotes de gripe.

Sin embargo, mientras los virus de la gripe sigan en circulación, no es demasiado tarde para vacunarse: mientras la gripe esté circulando en la comunidad, es razonable recibir una vacuna.

Referencias

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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