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Viruela del mono: ¿Hay riesgo de contagio por las superficies y el aire?

por | 22, Oct, 2022 | Infectología

9 minutos de lectura

Un grupo de investigadores británicos publicó el 7 de octubre en The Lancet (1) los resultados de una investigación en la que analizan muestras del aire y de las distintas superficies del entorno de los pacientes con viruela del mono, y evalúan la probabilidad de contagio a partir de estas. La misma fue analizada en The BMJ (2). Lo revisamos en INFOMED.

PUNTOS CLAVE

  • Un grupo de científicos británicos tomó muestras de distintas superficies y de aire en las habitaciones de aislamiento de pacientes con viruela del mono, en busca de ADN y de partículas virales.

  • Encontraron ADN y partículas virales viables en las superficies del entorno de los pacientes, hasta a 1.5 metros de distancia, y 2 metros de altura. Además, documentaron la presencia del virus, también viable, en el aire de la habitación, en particular durante el tendido de la cama, y en las superficies de las áreas de cambio de ropa del personal de salud.

  • Esta es la primera vez que se documenta la presencia del virus de la viruela del mono en el aire de una habitación.

  • Estos hallazgos aportan información para mejorar las medidas de prevención y de desinfección, por ejemplo, en lugares donde los pacientes están menos tiempo, como una guardia o un consultorio, y sugiere la posibilidad potencial de contagio ambiental.

Los trabajadores de la salud que tratan a pacientes con viruela del mono deben usar un equipo de protección personal (EPP), desinfectar regularmente las superficies, y practicar la higiene de las manos, para protegerse de la infección.

A esta recomendación llegó un grupo de investigadores británicos, después de descubrir que el ADN del virus circulaba ampliamente en el aire y en las superficies de las salas de aislamiento de los pacientes infectados.

Estos resultados sugieren que el virus de la viruela del mono se propaga en el entorno de los pacientes hospitalizados, y plantea un riesgo de infección que debe ser controlado.

¿Qué sabemos hasta ahora de la viruela del mono?

Este año se han confirmado más de 70.000 casos de viruela del mono y 26 muertes, en 108 países. La mayoría de los casos se registraron a partir de mayo de este año, cuando la enfermedad zoonótica se propagó a muchos países que anteriormente no habían notificado brotes.

Aunque la viruela del mono se transmite en gran medida a través del contacto físico directo entre 2 personas, principalmente a través del contacto de piel con piel con lesiones, costras o fluidos corporales, varios trabajadores de la salud, que tratan a pacientes en el Reino Unido y los Estados Unidos, han contraído la enfermedad.

En agosto, 2 enfermeras brasileñas, que trataban a un paciente infectado con viruela del mono en su casa contrajeron la enfermedad, probablemente por superficies contaminadas.

Se ha demostrado la presencia del virus en superficies del entorno de pacientes con síntomas. También, en condiciones de laboratorio (es decir, ideales), virus de la familia Orthopoxvirus se mantuvieron viables en aerosoles hasta 90 horas.

Se cree que la transmisión de la viruela del mono es por contacto directo con fluidos corporales, fómites y gotas respiratorias grandes. No ha habido reportes, antes de este estudio, de la presencia de partículas virales en suspensión, en entornos hospitalarios.

El nuevo estudio británico

Para determinar el riesgo de propagación de la enfermedad, un grupo de investigadores del Reino Unido tomó muestras de superficies que se tocan con frecuencia, del EPP de los trabajadores de la salud, y muestras de aire tomadas durante los cambios de la ropa de cama en las habitaciones de aislamiento de los pacientes con viruela del mono del Royal Free Hospital de Londres, del 24 de mayo al 17 de junio de 2022.

Hisoparon todas las superficies, y con filtros, tomaron muestras del aire, de las habitaciones de 7 pacientes con monkeypox.

Usaron una PCR cuantitativa para la detención del ADN viral. El análisis del Ct, o umbral de ciclo en que la PCR se vuelve positiva, permite inferir la carga viral. A menor valor de Ct, quiere decir que la PCR tuvo que hacer menos ciclos de amplificación del ADN de la muestra para detectarlo, porque había más cantidad de partículas virales. Sabemos que cuando hay muchas partículas virales, hay más riesgo de infección.

Las muestras positivas se sometieron luego a pruebas con cultivos virales.

Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?

El ADN del virus que excretaron los pacientes se detectó en:

  • 93% (56/60) de las superficies de las salas de aislamiento, con un Ct de 24.1 a 37.4.
  • 25/% (5/20) de las muestras de aire, con un Ct de 26.1 a 35.6. 3 de 4 de las muestras de aire tomadas antes y durante el cambio de la ropa de cama (75%) en la habitación de un paciente, fueron positivas, con un Ct de 32.7 a 36.2.
  •  En los equipos de protección personal de los trabajadores de la salud, y en las áreas donde se cambiaban estos (Ct 26.1 a 35.6).

Los valores de Ct relativamente bajo, y la amplia distribución del ADN dentro de algunas de las habitaciones, incluidos los pisos, fueron llamativos.

El virus se detectó en las habitaciones a más de 1.5 metros del paciente, y en superficies, como el piso, y paredes, hasta una altura de 2 metros.

El hallazgo de que el virus muestreado en el aire era capaz de replicarse en células en condiciones de laboratorio (cultivos celulares), sugiere que este podría infectar a otras personas.

Se detectó una mayor cantidad de ADN viral en las muestras de aire tomadas cuando se cambiaba la ropa de cama, lo que sugiere que reemplazar las sábanas de una persona infectada aumenta el riesgo de exposición.

Es probable que las partículas de piel con el virus, hayan caído en las sábanas, y luego se hayan dispersado en el aire cuando se cambiaron las mismas. Sabemos que el virus se encuentra en las partículas de la piel que se desprenden, y hasta el 50% del polvo doméstico, son células de la piel que cayeron.

La detección de virus vivos en muestras de aire se sumó a la evidencia de que las partículas que circulan en el aire podrían ser una ruta de transmisión en entornos comunitarios o domésticos. Al agitar el polvo doméstico, se forman aerosoles, esas partículas que vemos moviéndose lentamente por el aire cuando la luz del sol entra por una ventana.

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

Estos datos muestran que existe contaminación en la habitación en la que los pacientes están en aislamiento, y que, durante ciertas actividades, como por ejemplo al tender la cama, las partículas virales quedan en suspensión en el aire, siendo esta otra potencial vía de contagio.

También es importante, también para el manejo y limpieza de los ambientes donde los pacientes están menos tiempo, cómo por ejemplo una guardia o un consultorio.

Esta es la primera vez que se documenta la presencia de ADN y partículas virales de monkeypox, con las muestras tomadas en el momento de hacer las camas y durante la limpieza de la habitación. En efecto, la re-aerosolización puede ayudar a su diseminación.

Se vio la contaminación también del equipo de protección personal después del contacto con el médico y durante actividades específicas, y de las superficies duras, de los sitios donde el personal se cambia como, por ejemplo, el piso.

Toda esta información hace que los protocolos de limpieza, uso del EPP y los procedimientos de cambio, tengan una importancia particular, para prevenir contagios. El EPP debe incluir protección respiratoria y de contacto.

La exposición a gotitas respiratorias, o aerosoles respiratorios de corto alcance que contienen virus, contribuye a la transmisión cuando las personas tienen contacto cercano, pero no es la principal vía de contagio.

La principal vía de contagio sigue siendo por contacto con las lesiones cutáneas y fluidos de los pacientes con síntomas. Las investigaciones de casos y brotes, no sugieren que la viruela del mono se propague como los virus de la tos, el resfrío y la gripe.

Que se detecte el virus con viabilidad, no implica que los individuos que entren en contacto con él se vayan a infectar sí o sí, ya que una infección depende de distintos factores, cómo el inóculo viral, la ruta de transmisión, la susceptibilidad del huésped, y factores ambientales.

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Sobre el autor

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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