Se publicó el 1 de septiembre en The NEJM Resurgimiento de las infecciones por SARS-CoV-2 en personal sanitario altamente vacunado, a cargo de un grupo de profesionales de San Diego, Estados Unidos. Toma como muestra de estudio al personal sanitario del sistema University California San Diego Health (UCSDH), y la variación entre porcentaje de infección por SARS-CoV-2 y estado de vacunación, a lo largo del tiempo.
En diciembre del 2020 se experimentó un aumento dramático de las infecciones por SARS- CoV-2. La vacunación con vacunas de ARNm comenzó a mediados de diciembre del 2020; en marzo, el 76% de la población activa estaba completamente vacunada y, en julio, el porcentaje había aumentado al 83%. Las infecciones habían disminuido drásticamente a principios de febrero de 2021.
Entre marzo y junio, menos de 30 trabajadores de la salud dieron positivo cada mes. Sin embargo, coincidiendo con el final del uso obligatorio de máscaras en California, y el rápido dominio de la variante B.1.617.2 (delta), que representó más del 95% de los aislamientos de UCSDH a fines de julio, las infecciones aumentaron rápidamente, incluidos los casos entre personas completamente vacunadas.
Entre marzo y julio de este año, 227 trabajadores de la salud dieron positivo en el hisopado nasal para PCR de SARS-CoV-2. De estos, 130 (57.3%), estaban completamente vacunados.
109 (83.8%) de los 130 trabajadores de la salud completamente vacunados, y 80 (88.9%) de los 90 trabajadores de la salud no vacunados, presentaban síntomas (los 7 trabajadores restantes estaban parcialmente vacunados). No se reportaron muertes entre los grupos. Una sola persona, no vacunada, requirió hospitalización.
Se calculó también la efectividad de la vacuna mes a mes: de marzo a junio, fue mayor al 90%, pero cayó al 65.5% en julio. Esto sugiere que la efectividad de las vacunas ARN contra la enfermedad sintomática por la variante Delta es menor en comparación a la evidenciada en los ensayos de Fase 3, y que esta cae con el tiempo.
Estos hallazgos subrayan la importancia de restablecer rápidamente las intervenciones no farmacéuticas, como el uso de máscaras en interiores y las estrategias de pruebas intensivas, además de los esfuerzos continuos para aumentar las vacunas,
Además, si estos hallazgos sobre la disminución de la inmunidad se verifican en otros entornos, esto podría apoyar aún más la aplicación de las dosis de refuerzo.