¿Qué sabemos de la viruela del mono?

por | 19, May, 2022 | Infectología

8 minutos de lectura

Ante reportes recientes de casos de viruela símica (1,2), revisamos la última comunicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al respecto (3).

PUNTOS CLAVE

  • La viruela símica es una enfermedad rara, que se da principalmente en zonas remotas de África Central y Occidental, cerca de las selvas tropicales.
  •  El virus de la viruela símica se transmite a las personas a partir de distintos animales salvajes, como roedores y primates (fuente zoonótica). Existe también transmisión de persona a persona (menos frecuente).
  •  Durante los brotes de viruela símica, la tasa de letalidad es del 1 al 10%. La mayor parte de las defunciones son en los más jóvenes.
  •  No hay tratamiento ni vacuna específica. No obstante, la aplicación previa de la vacuna contra la viruela ha sido muy eficaz en la prevención de la viruela símica.

Avanzada la pandemia del Covid-19, luchando por poder considerar esta enfermedad una endemia, y en medio de una epidemia de virus respiratorios como influenza y virus sincicial respiratorio, tras casi 2 años de muy baja actividad, un virus enciende las alarmas en varias partes del mundo, el de viruela símica, viruela del mono o monkeypox, de la familia del erradicado virus de la viruela.

Un caso reportado en el Reino Unido el 7 de mayo, encendió las alarmas. Con el correr de los días, se identificaron 9 casos en total. Todos tenían algo en común: las relaciones sexuales.

Estados Unidos también reportó un caso, de un viajero de Canadá. Portugal y España, también reportaron casos. Hoy hay al menos 45 casos en total. La mayoría, adultos jóvenes, hombres.

La viruela del mono es una enfermedad emergente de carácter zoonótico, es decir, que puede pasar de animales a humanos.

 ¿Qué es la viruela símica?

La viruela símica es una zoonosis viral rara. Es un virus, de la familia del virus de la viruela, que se transmite de animales a humanos y produce una enfermedad clínica parecida a la viruela, aunque menos grave.

La principal característica son las lesiones cutáneas, y entre estas, las pústulas (vesículas con pus), y la presencia de linfoadenopatías.

Al erradicar la viruela en 1980, y con el posterior cese de la vacunación, este virus se convirtió en el ortopoxvirus más importante. Sigue apareciendo esporádicamente en zonas de la selva tropical de África Central y Occidental.

Hay 2 subtipos de virus: uno de la cuenca del Congo, y otro del África Occidental. El primero es más virulento.

Virus del género Orthopoxvirus.

Brotes epidémicos

La primera vez que se detectó en humanos fue en 1970 en la República Democrática de Congo (Zaire en ese momento), en un lugar en que se había erradicado la viruela en 1968. Desde entonces los reportes de casos son en la República Democrática de Congo, donde es una endemia, y en África Occidental. En 1996-1997 hubo un brote importante en ese país.

En 2003 hubo casos en Estados Unidos, en relación a contacto con perros infectados, a partir de ratones llegados de África. Hubo casos esporádicos en África Occidental y Central. Hasta ahora se detectaron casos en 10 países de África. En 2017 Nigeria sufrió el mayor brote documentado, con 172 casos. En su mayoría, hombres jóvenes.

¿Cómo se transmite?

Se transmite por contacto directo con sangre, líquidos corporales y de las lesiones en piel o mucosas de los animales infectados.

Se describieron contagios por manipulación de monos, ratas y ardillas infectadas. Es menos contagiosa que la viruela humana. El principal reservorio del virus son los roedores y las ardillas. Estos infectan a otras especies, como los primates.

Existe también transmisión secundaria de persona a persona, principalmente por gotitas respiratorias o a partir de lesiones cutáneas de los individuos infectados. También existe la transmisión a través de la placenta.

Hasta el momento no se pudo demostrar la transmisión de la viruela símica en forma sostenida de persona a persona.

¿Cuáles son los síntomas y los signos que produce en los infectados?

Se incuba de 6 a 16 días (5-21). La infección se divide en 2 períodos:

– Periodo de invasión (0-5 días)

Fiebre, cefalea, inflamación de ganglios linfáticos (linfoadenopatías), dolor lumbar, mialgias, astenia. Todos síntomas comunes a otras infecciones virales.

– Periodo de erupción cutánea

(1-3 días luego de inicio de la fiebre). Aparece el exantema, primero en rostro, luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son la cara (95%), las palmas de las manos y las plantas de los pies (75%). El exantema evoluciona desde maculo-pápulas, a vesículas, pústulas y luego costras, en aproximadamente 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar 3 semanas.

Las lesiones pueden ser desde pocas hasta miles. Hay lesiones también en mucosas: boca (70%), genitales (30%) y conjuntiva palpebral (20%) y córnea.

La enfermedad generalmente se autolimita en 14 a 21 días. Los casos más graves se dan en niños, y su evolución depende del grado de exposición, del estado de salud del paciente y de las complicaciones.

La tasa de letalidad es menor al 10%.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es clínico inicialmente: hay que diferenciar de otras enfermedades exantemáticas (viruela, varicela, sarampión), sarna, sífilis, infecciones bacterianas de la piel y reacciones a medicamentos.

El diagnóstico definitivo es por pruebas de laboratorio: a partir de secreción de las vesículas, se hace un frotis o hisopado, o se toma material de las costras. También se pueden hacer pruebas en sangre, pero con menos rédito.

¿Con qué se trata?

No hay tratamiento ni vacunas específicas

La vacuna contra la viruela demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica. Esta vacuna ya no se produce, tras la erradicación mundial de la viruela.

¿Cómo se previene?

Durante los brotes, su transmisión se previene disminuyendo el contacto con las personas infectadas. Evitando el contacto físico con los infectados, usando guantes y equipos de protección. Aislando a los pacientes en su domicilio o en centros de salud.

También se debe reducir el contacto, en las zonas endémicas, con los animales salvajes. En caso de consumirlos, limitar la exposición directa a la sangre y a la carne, y cocinarlos adecuadamente.

Durante de la manipulación de los animales enfermos, usar guantes y ropa de protección adecuada.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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