Puntos Clave
- La producción de plásticos aumenta constantemente y se prevé que esta tendencia se mantenga hasta 2050.
- Una vez liberados en la naturaleza, los plásticos son susceptibles a la degradación, lo que lleva a la formación de 2 tipos de partículas de distintos tamaños, los microplásticos (partículas de menos de 5 mm) y los nanoplásticos (partículas de menos de 1000 nanómetros).
- Varios estudios han demostrado que los micro y nanoplásticos ingresan al cuerpo humano a través de la ingestión, inhalación y exposición cutánea, donde interactúan con tejidos y órganos.
- Estudios recientes, realizados en modelos preclínicos, sugieren que los micro y nanoplásticos son un nuevo factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
Hasta ahora se desconoce la relevancia clínica de estos hallazgos: falta evidencia para demostrar que estas partículas se infiltran en las lesiones vasculares en humanos o para respaldar una asociación entre la carga de micro y nanoplásticos y la enfermedad cardiovascular. - Un grupo de investigadores Italianos analizó su presencia en las placas de arterias carótidas extirpadas quirúrgicamente, mediante distintas técnicas diagnósticas.
Luego buscaron determinar si la presencia de los micro y nanoplásticos estaba asociada con un punto final compuesto de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa. - Los pacientes en los que se detectaron micro y nanoplásticos dentro del ateroma tuvieron un riesgo mayor de sufrir un evento final primario, que aquellos en los que no se detectaron estas sustancias.
Cada vez más…
La producción de plásticos aumenta constantemente y se prevé que esta tendencia se mantenga hasta 2050.
Los plásticos pueden contaminar el medio ambiente a través de las corrientes oceánicas, los vientos atmosféricos y los fenómenos terrestres, lo que contribuye a su amplia distribución.
Una vez liberados en la naturaleza, los plásticos son susceptibles a la degradación, lo que lleva a la formación de 2 tipos de partículas de distintos tamaños:
- Microplásticos (definidos como partículas de menos de 5 mm).
- Nanoplásticos (partículas de menos de 1000 nanómetros).
Ambos tipos de partículas desencadenan una serie de efectos tóxicos.
Varios estudios han demostrado que los micro y nanoplásticos ingresan al cuerpo humano a través de la ingestión, inhalación y exposición cutánea, donde interactúan con tejidos y órganos.
Se han encontrado micro y nanoplásticos en tejidos humanos como la placenta, pulmones, hígado, y sangre, así como en fluidos en la leche materna y orina.
Estudios recientes, realizados en modelos preclínicos, sugieren que los micro y nanoplásticos son un nuevo factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. En efecto, los datos de estudios “in vitro” sugieren que estas partículas específicas promueven el estrés oxidativo, la inflamación y la apoptosis de las células endoteliales y de otras células vasculares. Además, existen modelos animales qué respaldan un papel de los micro y nanoplásticos en la alteración de la frecuencia cardíaca, el deterioro de la función cardíaca, la fibrosis miocárdica y la disfunción endotelial.
Hasta ahora se desconoce la relevancia clínica de estos hallazgos: falta evidencia para demostrar que estas partículas se infiltran en las lesiones vasculares en humanos o para respaldar una asociación entre la carga de micro y nanoplásticos y la enfermedad cardiovascular.
Un nuevo estudio: micro y nanoplásticos en el riesgo cardiovascular
Para explorar este tipo de partículas son detectables dentro de la placa aterosclerótica, y si la carga de estas está asociada con la enfermedad cardiovascular, un grupo de investigadores Italianos analizó su presencia en las placas de arterias carótidas extirpadas quirúrgicamente, mediante distintas técnicas diagnósticas.
Luego buscaron determinar si la presencia de los micro y nanoplásticos estaba asociada con un punto final compuesto de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa. Los resultados fueron publicados en The NEJM en marzo del 2024.
El estudio italiano
Llevaron adelante un estudio observacional, multicéntrico y prospectivo en pacientes sometidos a endarterectomía carotídea por enfermedad de la arteria carótida asintomática.
La población fueron adultos (18-75 años), con estenosis carotídea > 70% (todos tenían un riesgo cardiovascular alto), asintomática.
Las muestras de las placas carotídeas extirpadas se analizaron para detectar la presencia de nanopartículas, mediante el uso de una técnica de pirólisis-cromatografía de gases-espectrometría de masas, análisis de isótopos estables y microscopía electrónica.
Se evaluaron también distintos biomarcadores inflamatorios titulares, como por ejemplo interleucina-18, interleucina-1β, factor de necrosis tumoral α (TNF-α), interleucina-6, CD68, CD3 y colágeno.
El criterio de valoración principal fue una combinación de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa entre los pacientes que tenían evidencia de nanopartículas en la placa, en comparación con los pacientes con placa que no mostraba evidencia de nanopartículas.
Los resultados: ¿qué encontraron en este estudio?
Se incluyeron en el estudio un total de 304 pacientes, y 257 completaron un seguimiento medio de 33.7 ± 6.9 meses (alrededor de 3 años).
# Análisis de las placas.
Se detectó polietileno en la placa de la arteria carótida de 150 pacientes (58.4%), con un nivel medio de 21,7 por miligramo de placa. 31 pacientes (12.1%) también tenían cantidades medibles de cloruro de polivinilo, con un nivel medio de 5.2 μg por miligramo de placa.
La microscopía electrónica reveló partículas extrañas visibles de bordes irregulares entre los macrófagos de la placa, así como dispersas en los restos externos.
El examen radiográfico mostró que algunas de estas partículas incluían cloro.
# Eventos cardiovasculares mayores.
Un evento de punto final primario (infarto de miocardio no fatal, accidente cerebrovascular no fatal o muerte por cualquier causa) ocurrió en:
- 8 de 107 pacientes (7.5%) en el grupo que no tenía evidencia de micro y nanoplásticos (2.2 eventos por cada 100 pacientes-año).
- 30 de 150 pacientes (20%) en el grupo que tenía evidencia de micro y nanoplásticos (6.1 eventos por cada 100 pacientes-año).
Los pacientes en los que se detectaron micro y nanoplásticos dentro del ateroma tuvieron un riesgo mayor de sufrir un evento final primario, que aquellos en los que no se detectaron estas sustancias (cociente de riesgos, 4.53: esto quiere decir, el riesgo fue 4.53 veces mayor en las personas con estas partículas en sus placas ateroma).
Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?
Los pacientes con placas en la arteria carótida en la que se detectaron micro y nanoplásticos tuvieron un riesgo mayor de un compuesto de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa a los 34 meses de seguimiento, comparado con aquellos en los que no se detectaron estás partículas.