Los adultos jóvenes, que cursaron Covid-19 leve, y que nunca estuvieron internados, tiene 5 veces más riesgo de reportar trastornos de la memoria, 8 meses después de la enfermedad aguda (11% del total de pacientes). El 82% de los pacientes con Covid-19 que reportaron problemas de memoria, relato un empeoramiento en su calidad de vida. También reportaron, en un número importante, depresión, menor energía y dolor. El 41% de los pacientes que tuvieron Covid-19, reportó un empeoramiento significativo en su calidad de vida, respecto al año previo.
Estas son algunas de las conclusiones publicadas en JAMA Network Open el 29 de julio en Problemas de memoria autoinformados 8 meses después de la infección por Covid-19, de la mano de un grupo de investigadores de la Universidad de Olslo, Noruega.
Al día de la fecha hay 211 millones de casos, con 4.420.000 fallecidos s nivel mundial (1). El 72% de los sobrevivientes reporta al menos 1 síntoma persistente 30 días después de la fecha de inicio de síntomas, y estos síntomas persitentes se dan incluso en personas relativamente sanas, que nunca estuvieron internadas (2). Los síntomas persitentes más comunmente reportados son astenia, disnea, ansiedad, depresión, insomnio y deterioro cognitivo.
Muchas investigaciones abordaron las secuelas cognitivas a largo plazo del Covid-19, aunque la evidencia al día de la fecha, es muy diversa. Los datos más sólidos surgen de los pacientes con Covid-19 que estuvieron internados (hasta 1/3 de los que tuvieron enfermedad grave o crítica, tiene al año de seguimiento puntajes en pruebas cognitivas consistentes injuria cerebral moderada). No contamos con esta calidad de datos en los pacientes con Covid-19 que cursaron una enfermedad leve, sin internación.
Las secuelas post-agudas del SARS-CoV-2 (PASC, post-accute sequelae ir SARS-CoV-2 ) representan una importante carga para los sobrevivientes y para el sistema de salud. Este grupo noruego evaluó problemas de memoria autoinformados 8 meses después de la infección por Covid-19, en pacientes que no estuvieron internados, y que cursaron una enfermedad aguda relativamente leve. Este es el trabajo más grande al respecto publicado a la fecha.
La cohorte estudiada fue de 13.001 adultos, que fueron invitados a participar (I) luego de tener realizada una prueba diagnóstica para SARS-CoV-2, o (II) luego de ser seleccionados al azar entre la población general de Noruega. En el período evaluado en Noruega, se testeo a casi todos los pacientes con síntomas de Covid-19. No se incluyeron pacientes que estuvieron internados (o sea, todos eran ambulatorios, con enfermedad leve).
Completaron encuestas online sobre datos demográficos, comorbilidades, de la calidad de vida relacionados con la salud y estado basal de su memoria (antes del Covid-19) y 8 meses después. La edad media, 47 años, con un 66% de mujeres.
En el seguimiento, a una media de 257 días, respondieron la encuesta 9705 participantes (75%):
– En el grupo con un test positivo para SARS-CoV-2, 72 de 651 (11%) personas informaron problemas de memoria.
– En el grupo con un test negativo para SARS-CoV-2, 254 (4%) de 5.712 personas informaron problemas de memoria.
– En el grupo de población general seleccionados al azar, o sea, aquellos que nunca fueron testeados y que nunca tuvieron sintomas de Covid-19 (lo que los tenían, se testeaban), 80 (2%) de 3342 personas informaron problemas de memoria.
Tras aplicar distintos modelos estadísticos, se llegó a la conclusión de que las personas que tuvieron Covid-19 (aquellas con un test positivo para SARS-COV-2), tuvieron 5 veces pasa posibilidades de reportar problemas de memoria subjetivos a los 8 meses del seguimiento.
En el seguimiento de los pacientes con una prueba para SARS-CoV-2 positiva, 267 (41%) de 649 pacientes informaron un empeoramiento significativo de la salud en relación a 1 año antes, y 81 (12%) de 651 participantes informaron también problemas para concentrarse.
Entre las debilidades de este estudio, el autoinforme de síntomas y la falta de pruebas objetivas, y que la población fue solo de Noruega, lo que dificulta la generalización de los resultados. No obstante, se vió en adultos mayores, que los problemas subjetivos de memoria se asocian con un mayor riesgo en el futuro de sufrir deterioro cognitivo leve (27%) o demencia (4%).
Estos hallazgos refuerzan en hecho de continuar con las medidas de prevención para prevenir la infección por SARS-CoV-2, ya que incluso los individuos sanos, con enfermedad leve, pueden sufrir secuelas post-agudas del Covid-19, que deterioran su calidad de vida.
