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Olor a amigo: cómo el ser humano olfatea a sus amistades

por | 19, Jul, 2022 | Medicina Interna

7 minutos de lectura

Se publicó el 24 de junio en Science Advances Hay química en la química social (1), con los resultados de una investigación llevada adelante por científicos del Instituto de Ciencias Weizmann, en Israel. Analizaron si el olfato tiene que ver con la elección de los amigos. Estos fueron los resultados.

La relación cercana no romántica entre 2 personas del mismo sexo, es un pilar fundamental de la salud psicológica. La amistad es de suma importancia para el ser humano.

A veces, se construye lentamente a lo largo del tiempo, pero, ocasionalmente, se da en una forma casi espontánea, es decir, «a primera vista», o «click friendships», algo así como decir «amistad de un clic»: surge un fuerte sentimiento de unión casi instantáneamente.

Las similitudes o «cosas en común» que tienen 2 personas, son un predictor positivo conocido para que se forme una pareja de amigos, y que actúan principalmente en la primera fase de esta relación: la edad, la raza, la educación, la religión, e incluso el parecido físico suelen favorecer esa interacción. También influyen cuestiones más complejas, como la personalidad, los valores, e incluso patrones de actividad neuronal y modelado genético.

Creemos que el sentido de la visión es muy importante en esto. Solemos asignar un rol menos importante al olfato en estas relaciones entre humanos, al menos hasta ahora.

Los mamíferos terrestres no humanos, como el perro, constantemente se olfatean a sí mismos, y a sus pares, y deciden así cual va a ser su amigo, o enemigo. Los humanos también lo hacen con ellos mismos, y con otros.

Las similitudes en el olor corporal pueden llevar a que se tenga afinidad con un amigo o con un extraño. Es más, hay evidencia que apoya el hecho de que los humanos, a partir del olor corporal, pueden detectar estados de ánimo, desde el miedo, hasta la felicidad.

El olor corporal propio y el de un amigo inducen un patrón de actividad cerebral similar, mientras que el olor del cuerpo de un extraño produce una patrón diferente de respuesta a nivel del sistema límbico.

Para evaluar esta relación, un grupo de investigadores israelíes llevó adelante un interesante estudio.

El estudio

1. Definiendo «amistad de un clic» (primer estudio)

La hipótesis fue que las similitudes en el olor corporal juegan un rol en la formación de la amistad, y que este rol es particularmente más importante en la «amistad de un clic», o «a primera vista» (o, mejor dicho, «primer olor»). Es decir, el olor corporal podría promover inconscientemente la amistad.

No hay una definición única o aceptada para la frase «amistad de un clic». Para poder definirla, se les pidió a los 235 participantes del estudio 1, que dijeran con sus palabras, qué es para ellos «amistad de un clic». Solo 10 individuos, de 235, no sabían lo que era.

Lo describieron como un evento social verdadero. «Química» dijeron algunos, «una buena amistad que se forma rápidamente», «matchear», y «amistad que se forma inmediatamente al conocerse», otros. Se asoció en general a una relación positiva, sólida, y duradera.

2. El olor corporal de los amigos de un clic es más similar que el esperado por azar (estudio 2 y 3)

Se llevó adelante un reclutamiento a partir de redes sociales durante 6 meses, buscando amigos que definieran el comienzo de su amistad como «de un clic», con los criterios tomados del punto anterior.

Se seleccionaron 20 pares de amigos de Israel (10 hombres, 10 mujeres, edad media 24.75 años, con una amistad promedio de 6.18 años). Eran parejas de amigos del mismo sexo (la atracción física no tenía que ser un elemento de confusión en los resultados).

A estos se les «cosechó» el olor corporal, mediante distintas técnicas. Para evaluar si había una similitud en el olor entre los «amigos de un clic», se usó una nariz electrónica (eNose), que permite diferenciar patrones específicos de olores.

La nariz electrónica es un dispositivo capaz de identificar distintos componentes químicos relacionados con los olores. Vieron, que la «proximidad» entre los amigos a primera vista era mayor que si las parejas se formaban al azar, por medio de una distancia media Euclideana: 5.075 unidades arbitrarias entre los «amigos de un clic», versus 6.53 entre las parejas formadas al azar.

Esto quiere decir que las similitudes químicas entre los olores de los amigos a primera vista, es significativamente mayor que si se los une al azar.

Para ver si estas similitudes eran equivalentes a las que hubiera percibido una «nariz humana», se llevó adelante el estudio 3. Se evaluó si la similitud entre las parejas de amigos subjetivamente, a partir de 24 «olfateadores» humanos independientes, coincidían en sugerir que los «amigos de un clic» olían más parecido entre ellos, comparado con las parejas formadas al azar.

En un segundo estudio (estudio 2), reclutaron personas completamente extrañas entre sí, se los «olfateó» con una nariz electrónica, y se los relacionó mediante una interacción no verbal, entre individuos del mismo sexo.

3. Una nariz electrónica puede predecir la interacción social (estudio 4 y 5)

Trataron de evaluar la calidad de interacción social entre los integrantes de las distintas parejas. Reclutaron a 17 extraños, y les «cosecharon» su olor corporal.

Usaron un «juego de espejos»: los pusieron uno enfrente de otro, a 50 cm de distancia (esta es la menor distancia que les permite percibir el olor corporal), y durante 2 minutos, trataron de repetir los movimientos de la mano del otro. No tenían permitido hablar entre ellos durante el estudio. Mediante distintas técnicas, midieron la calidad de la interacción.

Vieron acá, mediante el uso de la nariz electrónica, que las parejas de extraños que olían de forma más parecida entre ellos, tenían una interacción más positiva, que las que no tenían olores similares.

La conclusión

La similitud en el olor corporal de los humanos se relaciona con mecanismos involucrados en la formación de la amistad. Al parecer, hay química en la química social.

«A veces encontramos personas, incluso perfectos extraños, que nos empiezan a interesar a primera vista, de una forma súbita, de una vez, incluso antes de que se emita una palabra.»

Fiódor Dostoyevski, «Crimen y Castigo», 1866.

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Sobre el autor

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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