Se publicó el 3 de diciembre del 2020, en The Journal of Bone and Joint Surgery, Evidencia Actual del uso me la marihuana como tratamiento médico, una excelente revisión de la evidencia disponible al momento sobre el tema.
El objetivo de esta revisión fue educar al cirujano ortopédico en la historia y la en la farmacología de la marihuana como un tratamiento médico, con énfasis en el rol de esta y sus derivados en el tratamiento del dolor musculoesquelético producto de las lesiones, cirugías y enfermedades, además de conocer los potenciales efectos adversos. Todo esto se puede volcar también a informar a otras especialidades médicas en general.
En la actualidad el uso del cannabis medicinal está aprobado en 33 estados de los Estados Unidos de América. En el año 2017, las ventas de cannabis medicinal representaron 9 billones de dólares, y para el momento de la publicación, en diciembre del 2020, se esperaba superar los 20 billones. Las evidencias del uso medicinal de la planta del cannabis datan de más de 5000 años. El cannabis medicinal se comenzó a utilizar en los Estados Unidos a partir de 1850, para el tratamiento desde enfermedades mentales, hasta el cólera.
En 1942 fue retirada del mercado para su uso farmacológico, y en 1970 fue considerada una droga que podía generar adicción, en la misma categoría que la heroína. En 1985 la FDA aprobó su uso como tratamiento de las náuseas en los pacientes que realizaban quimioterapia, y más adelante como un estimulante del apetito en pacientes con anorexia por SIDA.
Más recientemente se aprobó, se aprobó el uso de un compuesto de cannabidiol (CBD) oral para una rara forma de epilepsia infantil (síndromes Lennox-Gastaut y Dravet). Estas son las 3 indicaciones aprobadas por la FDA para el uso médico del cannabis. No existe aprobación por la FDA para su uso en Ortopedia y Traumatología. En la actualidad, el crecimiento del apoyo público y político al uso de la marihuana como tratamiento médico está superando el crecimiento de la evidencia científica.
A pesar de la evidencia limitada, los compuestos a base de marihuana (incluido el cannabidiol) se promueven como alternativas a analgésicos opioides, en el tratamiento del dolor corporal continuo, para el que las personas buscan atención. La investigación clínica sobre las aplicaciones médicas de los compuestos a base de marihuana está limitada por las regulaciones federales, y la mayoría de los productos disponibles comercialmente no están disponibles para que los investigadores los estudien.
Los ingredientes activos de la marihuana son el tetrahidrocannabinol (THC, responsable de los efectos psicoactivos conocidos) y el cannabidiol (CBD, sin efectos psicoactivos conocidos). Hay más de 100 compuesto que se han aislado a partir de la planta de marihuana (llamados cannabinoides). Las aplicaciones médicas de la marihuana y de otros cannabinoides más comunes son el tratamiento de la epilepsia, glaucoma, náuseas, trastornos del estado de ánimo y del sueño, y dolores corporales relacionados con la neuropatía, cáncer o espasticidad neurogénica.
Los datos que apoyan al uso de marihuana para estas condiciones son limitados en calidad y cantidad. El papel potencial de la marihuana en el tratamiento del dolor corporal de diversas etiologías ha ganado apoyo, particularmente en el contexto de la epidemia de uso de opioides en curso en los Estados Unidos. 2 serían las aplicaciones potenciales en ortopedia:
– Tratamiento del dolor: es una de las indicaciones más comunes. No está claro el mecanismo exacto de acción definitivo. Actúa a nivel sistema nervioso central y periférico. Una revisión sistemática de la literatura en 2015 y una revisión de la biblioteca Cochrane en 2018 no encontró ventajas en el uso del cannabis para el tratamiento del dolor neuropático. Algunos trabajos han mostrado cierta evidencia en el uso conjunto con los opioides, con efecto sinérgico, coadyuvante o como sustituto de estos, aunque los resultados son contradictorios.
– Tratamiento de patologías ortopédicas: su potencial utilidad sería en la artrosis y la osteoporosis, está descripto ya que existen receptores cannábicos en hueso, aunque no hay estudios en humanos que reporten resultados en estas patologías.
Entre las reacciones adversas del uso de cannabis, se destacan:
– Efectos psicomotores: pérdida de la memoria, retraso cognitivo, alteraciones de la coordinación; su uso durante el embarazo está asociado a nacimientos pretérmino; el 12% de los consumidores frecuentes, a largo plazo pueden desarrollar dependencia farmacológica asociado a ansiedad, alteraciones del sueño y depresión; todos estos efectos son más manifiestos con el uso de marihuana inhalatoria.
En conclusión, a pesar de la recomendación pública del uso del cannabis medicinal, esto no se acompaña de estudios científicos que prueben sus beneficios cuando se los compara con los tratamientos habituales o placebos.
Los efectos adversos del uso de cannabis medicinal no son claros aún. El uso de cannabis para el tratamiento del dolor con el fin del disminuir el consumo de opiáceos, no está probado científicamente.