El SARS-COV-2 puede persistir en entornos médicos (fómites) hasta 21 días con infectividad conservada, no así en tela de algodón al 100%, dónde se degrada en menos de 24 horas.
Estabilidad del SARS-CoV-2 en el equipo de protección personal crítico fue publicado el 13 de enero del 2021 en la Revista Nature, a cargo de un grupo canadiense. Revisaron, en condiciones experimentales, equiparables al mayor grado de contaminación del entorno, a partir de un paciente gravemente enfermo por neumonía por Covid-19 en cuidados críticos, cuán estable es el SARS-COV-2 (o sea, cuánto mantiene su infectividad) en los elementos que se encuentran comúnmente en este medio, actuando como fómites (superficies inanimadas que intervienen en la transmisión de distintos patógenos).
Evaluaron 8 materiales: guantes de nitrilo, guantes reforzados residentes a productos químicos, máscaras N95, máscaras respiratorias para partículas N100, traje Tyvek ( encapsulado, tipo Ébola), plástico, algodón y acero inoxidable, todos elementos comunes en una Unidad de Cuidados Críticos, por ejemplo , que van desde partes del EPP hasta un picaportes. Los resultados, no fueron muy alentadores.
El virus, en las condiciones estudiadas, persistió hasta 21 días (21 días en plástico, máscaras N95 y N100, 14 días en acero inoxidable y Tyvek, 7 días en guantes de nitrilo y 4 días en guantes resistentes a químicos). Llamativamente, y para tener en cuenta en el diseño de futuros EPP, cuando se aplicó el SARS-CoV-2 en una tela de algodón al 100%, el virus sufrió una rápida degradación y se volvió indetectable en 24 horas.
Las implicancia de esto, son muchas, ya que abarca desde la limpieza del entorno y de las superficies de atención, hasta un correcto reciclado o esterilización de los materiales reutilizables, así como la potencial utilidad de las mascarillas de algodón al 100% para limitar la transmisión del SARS-CoV-2. En el algodón pesado (100%), a la hora de la inoculación, el inóculo disminuyo 99.995%