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¿El asma y las enfermedades alérgicas se asocian con un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2?

por | 14, Jun, 2022 | Covid 19

9 minutos de lectura

En un estudio multicéntrico de vigilancia del SARS-CoV-2, basado en un grupo de pacientes con asma y/o enfermedades alérgicas, los participantes con asma no tuvieron un mayor riesgo de infección, comparado con los que no padecían de asma. En cambio, el antecedente de alergia alimentaria se asoció con un menor riesgo de infección por SARS-CoV-2. Revisamos está investigación en InfoMed.

PUNTOS CLAVE

  • Un grupo de Investigadores de Estados Unidos, con auspicio del NIH, llevó adelante una investigación en casi 1400 hogares, con más de 4100 participantes. Estos eran mayormente niños y adolescentes con asma o alergia mayor, y sus convivientes.
  • Buscaron evaluar el riesgo de infección por SARS-CoV-2 en relación al antecedente de asma y de enfermedades alérgicas.
  • El asma no aumenta el riesgo de infección por SARS-CoV-2.
  • Tener una alergia alimentaria se asocia con un menor riesgo de infección (50% menos).
  • Un IMC aumentado, eleva el riesgo de infección. Es decir, la obesidad y el sobrepeso no solo son factores de riesgo para tener resultados adversos, sino también para infectarse por SARS-CoV-2.
  • Probablemente la inflamación de tipo 2, característica de las enfermedades alérgicas, puede disminuir la cantidad de receptores ACE-2 en la superficie de las células del tracto respiratorio, lo cual podría justificar el efecto protector en estos pacientes contra la infección por SARS-CoV-2 (menos receptores, menos infección).

Un grupo de investigadores de Denver, Colorado, en los Estados Unidos, publicó el 31 de mayo, en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, Factores de riesgo para la infección por SARS-CoV-2 y su transmisión en hogares con niños con asma y alergia: un estudio de vigilancia prospectivo (1), con algunos de los resultados del estudio HEROS.

El contexto de esta investigación

La edad avanzada, la obesidad, varias comorbilidades y pertenecer a ciertas etnias y razas se asoció con un mayor riesgo de presentar formas graves del Covid-19. El pertenecer a la población pediátrica, y tener asma no se lograron asociar a un mayor riesgo de tener Covid-19 grave.

Típicamente, los niños con asma son una población de riesgo para sufrir una enfermedad grave cuando se infectan con distintos virus respiratorios, motivo por el cual son un grupo objetivo de las vacunas para prevenirlos, como la de la gripe.

Varios estudios propusieron que la presencia de una alergia, puede proteger contra la infección por SARS-CoV-2. Los individuos con atopia, pero no con asma alérgico, tienen menos cantidad de ACE-2 en la vía aérea, el receptor del SARS-CoV-2, lo que podría explicar en parte estos resultados.

Hasta el momento no sabemos si los niños con asma y/o alergia tienen un riesgo mayor de infectarse por SARS-CoV-2.

Para responder este interrogante, un grupo de investigadores, con apoyo del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, llevó adelante un estudio prospectivo observacional: el estudio HEROS (Human Epidemiology and Response to SARS-CoV-2).

El objetivo fue determinar cuál es la incidencia de infección por SARS-CoV-2 en hogares con niños, y si el antecedente de asma y/o enfermedades alérgicas se asoció con el riesgo de infección y de transmisión en el domicilio. Es decir, quería ver si tener asma o una enfermedad alérgica era protector, o un factor de riesgo, para infectarse y/o diseminar el virus.

¿En qué consistió el estudio?

De marzo del 2020 a febrero del 2021, durante 6 meses, en 1.394 hogares, le hicieron hisopados nasales para PCR cada 2 semanas, y ante síntomas, a 4.142 participantes.

Reclutaron niños (<13 años) y adolescentes (13-21 años) que ya estaban participando de una cohorte de estudio sobre asma y alergia del NIH (National Institute of Health, que sería el ministerio de salud de los Estados Unidos). Agregaron a este grupo de estudio a sus convivientes.

50% de los enrolados eran niños o adolescentes, con una edad media de 10.2 años. 22.2% de los cuidadores o convivientes tenían asma, así como el 32.9% de los niños y adolescentes.

Una condición de alergia mayor, distinta al asma, se reportó en el 52.1% de los cuidadores o convivientes, y en el 56.9% de los niños o adolescentes.

Se incluyeron dentro de las enfermedades alérgicas la alergia alimentaria (10.2% de los cuidadores/convivientes, y 20.7% de los niños/adolescentes), el eczema (10.2 y 24%, respectivamente) y alergia respiratoria superior (47 y 44.5%, respectivamente). Como alergia respiratoria superior se consideró a la fiebre del heno, más conocida en nuestro país como rinitis alérgica.

El 63, 14.7 y 22.3% de los adultos, adolescentes, y niños, respectivamente, tenían un IMC aumentado (obesidad y/o sobrepeso). El objetivo del estudio fue identificar las infecciones por SARS-CoV-2.

La investigación fue llevada adelante en una etapa de la pandemia en que no había vacunas, y que aún no circulaban las variantes del SARS-CoV-2 hoy conocidas.

Se hizo un análisis estadístico de la probabilidad de infección y de transmisión entre los participantes de cada hogar, usando el tiempo hasta el evento analizado (en este caso, la infección). También se evaluaron los factores asociados con el riesgo de infección y transmisión, usando análisis de regresión.

Los resultados: ¿Qué encontraron?

En 147 hogares (10.5% de los mismos), hubo 261 participantes con un test positivo para SARS-CoV-2.

Al analizar las edades, el riesgo de infección fue el mismo prácticamente a cualquier edad (niños, adolescentes y adultos, 14,12 y 14%, respectivamente).

A mayor edad, mayor posibilidad de tener una infección con síntomas: entre niños, adolescentes y adultos, el 24.5, 41.2 y 62.5%, respectivamente, tuvieron una infección sintomática. Se ve acá la gran proporción de niños con enfermedades asintomáticas.

El reportar asma, alergia respiratoria superior y eczema, no fue un factor de riesgo para la infección por SARS-CoV-2 (razón de riesgo ajustada: 1.04): solo aumentó el riesgo un 4%, un valor sin significancia estadística.

El reportar una alergia alimentaria se asoció con un menor riesgo de infección (razón de riesgo ajustada, 0.50): los individuos con una alergia alimentaria tuvieron un 50% menos riesgo de infección por SARS-CoV-2.

Para cotejar el antecedente de alergia autoreportado por los pacientes, con la presencia real de alergias, en un subgrupo de pacientes se midió en sangre el nivel de inmunoglobulina E específica contra diversos alérgenos. La concordancia entre los que reportaron con alergia, y los valores elevados de Ig E fue alta, lo que apoyó la asociación.

En cambio, un índice de masa corporal (IMC) elevado se asoció con un aumento de casi un 10% el riesgo de infección (razón de riesgo ajustada 1.09). El riesgo de infección secundaria en domicilio fue del 57.7% (tasa de ataque secundaria). El asma no se asoció con un mayor riesgo de transmisión.

En cambio, la alergia alimentaria si se asoció con un menor riesgo de transmisión: 57% menos (razón de riesgo ajustada: 0.43). El tener una alergia alimentaria parece ser protector contra la infección por SARS-CoV-2.

¿Qué conclusiones sacamos de este estudio?

El asma no aumenta el riesgo de infección por SARS-CoV-2. Tener una alergia alimentaria se asocia con un menor riesgo de infección. Habría que estudiar esta relación, para poder identificar nuevos blancos para la prevención de la infección por SARS-CoV-2.

Un IMC aumentado, eleva el riesgo de infección. Es decir, la obesidad y el sobrepeso no solo son factores de riesgo para tener resultados adversos, sino también para infectarse por SARS-CoV-2.

Probablemente la inflamación de tipo 2, característica de las enfermedades alérgicas, puede disminuir la cantidad de receptores ACE-2 en la superficie de las células del tracto respiratorio, lo cual podría justificar el efecto protector en estos pacientes contra la infección por SARS-CoV-2 (menos receptores, menos infección).

Como crítica a este estudio, la principal es que se llevó adelante en una etapa de la pandemia sin vacunas y sin las variantes de preocupación que circulan en la actualidad (Ómicron no existía aún).

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Sobre el autor

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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