Dolor de cabeza relacionado con el uso de equipos de protección personal (EPP) durante la pandemia del COVID-19.
Autores: Jonathan J. Y. Ong y Amanda C. Y. Chan y Chandra Bharatendu y HockLuen Teoh y YeeCheun Chan y Vijay K. Sharma.
Revista:Current Pain and Headache Reports
Fecha de Publicación: 15/06/2021
Introducción
El COVID-19, atribuida al virus SARS-CoV2, fue declarada pandemia mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en marzo de 2021. La pandemia continúa siendo un problema de salud pública en curso con más de 393 millones de casos registrados a nivel mundial.
Dado que la principal vía de diseminación del virus SARS-CoV-2 es por gotas respiratorias, el personal de atención médica de todo el mundo recibió el mandato de usar el equipo de protección personal (EPP), mientras cuida a los pacientes con COVID-19 sospechoso o confirmado. Esencialmente, la colocación del EPP completo requiere el uso de un barbijo de un tamaño adecuado (por ejemplo, N95), protección ocular (gafas o protector facial), bata y guantes.
El barbijo más utilizado es la máscara facial N95, que ha sido diseñado para filtrar al menos el 95% de las partículas que son >0.3 micrones, impidiendo que estas entren en los pulmones. Es importante aclarar que cada país tiene su propio estándar de certificación para cada tipo de mascarilla.
En la práctica del mundo real, la colocación de EPP es a menudo angustiosa, especialmente cuando se usa durante un período prolongado, como en el caso del COVID-19.
La cefalea que surge, de la compresión sostenida de los tejidos blandos pericraneales por el uso de objetos con bandas apretadas o correas (por ejemplo, cascos, gafas), viene siendo informada previamente en la literatura.
Otros efectos adversos no mecánicos, como la dificultad para respirar y los mareos, también se han informado previamente, como posibles factores etiológicos que afectan la satisfacción general, y la salud ocupacional de los profesionales de la salud.
El dolor o molestias (cefaleas, dolor facial y/o molestias en el lóbulo de la oreja) derivados de respiradores de ajuste hermético y correas elásticas para la cabeza confiere una limitación de la tolerabilidad, especialmente cuando es utilizado durante un período prolongado de tiempo.
Debido a la escasa bibliografía y a las controversias en este tema, se discute en esta revisión, la epidemiología, características clínicas, probable etiopatogenia, pronóstico y tratamiento de las cefaleas asociadas al uso de EPP en el contexto de la actual pandemia de COVID19. También se propondrán direcciones futuras para la investigación y el desarrollo de nuevos EPP.
Epidemiología
La incidencia de dolores de cabeza asociados con el EPP entre trabajadores de la salud en el contexto de la pandemia de COVID-19 oscila entre 26,5 % y 90,7 %.
Al usar la máscara facial N95 durante la epidemia de SARSde 2003 en Singapur, se observó una incidencia de 37.3% de dolores de cabeza de nueva aparición asociados a la mascarilla facial.
Desde el comienzo del COVID-19 en diciembre del 2019, ha habido un total de 6 estudios publicados, realizados específicamente para entender el dolor de cabeza asociado con el EPP entre los profesionales de la salud.
En estos estudios, se han encontrado varios factores para conferir una mayor probabilidad de desarrollar cefalea“de novo” asociada al uso del EPP. Estos incluyen:
- Tener un diagnóstico de dolor de cabeza primario preexistente (por ejemplo, migraña o cefalea tipo tensional),
- Realizar turnos de trabajo de más de 8 horas, o más a 12 horas seguidas, y
- El uso de una máscara con filtro (en contrapartida a una máscara quirúrgica).
- Uso combinado de EPP (respirador N95 y gafas protectoras) durante >4 horas por día, o
- Tener antecedentes de asma, también se encontraron que se podría correlacionar con el desarrollo de dolores de cabeza.
Características clínicas de cefaleas de novo asociadas a EPP
Estudios publicados recientemente que analizan específicamente el dolor de cabeza asociado con el EPP entre los trabajadores de la salud durante COVID-19 proporciona información interesante sobre el fenotipo de esta insólita entidad.
El estudio HAPPE (cefaleas asociadas con el equipo de protección personal) fue el primer estudio en todo el mundo en caracterizar las características clínicas de los dolores de cabeza asociados con el EPP de novo en el contexto del COVID-19. Este y otros estudios realizados han ayudado a definir las siguientes características:
- La cefalea suele ser bilateral, con la incomodidad experimentada localizándose en áreas donde el respirador, el protector facial, los anteojos, y sus correas que lo acompañan, hace contacto con la cabeza, la cara y cuello.
- Usualmente los describen como una sensación de “presión”, “pesadez” o de «tirón», aunque algunos pueden experimentar un dolor de cabeza “pulsátil”.
- Por lo general, de intensidad leve a moderada, aunque se puede experimentar un dolor de cabeza más intenso, en una proporción de individuos.
Duración:
Se han informado de ataques en el rango <30 minutos, a 2 horas.
Síntomas asociados:
Una proporción puede experimentar náuseas y/o vómitos,fotofobia, fonofobia, malestar en el cuello y sensibilidad al movimiento.Fatiga, taquipnea, mareos y palpitaciones también se han observado.
Criterios ICHD-3 (2018):
- Al menos 2 episodios de cefalea que cumplan los criterios 2-4.
- Provocado por y que ocurre dentro de 1 hora durante un evento externo sostenido de compresión de la frente o el cuero cabelludo.
- Máximo en el sitio de compresión externa.
- Se resuelve dentro de 1 hora después de aliviar la compresión externa.
- No se explica mejor por otro diagnóstico.
En resumen, la cefalea asociada a EPP de novo puede presentarse con características migrañosas, o de tipo tensional, y puede verse como un subtipo de dolor de cabeza por compresión externa.
Diagnóstico de dolor de cabeza preexistente y dolores de cabeza asociados con EPP concomitantes
Los dolores de cabeza pueden afectar el curso de la migraña o de la cefalea tipo tensión. La incidencia de los dolores de cabeza de novo asociados con EPP, entre aquellos con un trastorno de dolor de cabeza de base (por ejemplo, migraña, cefalea de tipo tensional) se ha informado que varía de 29,0 a 93,5%.
Se ha encontrado que, la mayor frecuencia de uso de EPP,se correlaciona con un aumento en la frecuencia y duración de los ataques, así como de la frecuencia y de la respuesta de los medicamentos para aquellos con dolores de cabeza preexistentes, aunque hay otros factores que contribuyen en forma negativa,como la privación del sueño, el estrés, las comidas irregulares, y la hidratación inadecuada.
Etiopatogenia
Se han postulado varias etiologías y mecanismos propuestos para explicar el desarrollo de las cefaleas asociadas a la EPP.
Factores mecánicos y físicos como presión, tensión o fuerzas de tracción del respirador y/o protección anteojos y las bandas o correas que los acompañan pueden causar daño tisular localizado o ejercer un efecto irritante sobre nervios sensoriales superficiales (en particular trigémino u occipital ramas nerviosas) que inervan la cara, la cabeza y las regiones cervicales. Además, la tensión en el cuello por la colocación de dicho equipo podría desencadenar cefalea tipo tensional.
En la actualidad, existen opiniones encontradas en relación al papel de la hipoxemia y/o hipercapnia hacia el desarrollo de dolores de cabeza asociados con el EPP.
Pronóstico, manejo e implicaciones en la salud ocupacional y la calidad de Vida
Nuestra experiencia con el estudio HAPPE y otros informes sugiere que los dolores de cabeza asociados con el EPP generalmente tienen un pronóstico favorable ya que los eventos son en su mayoría de corta duración y sin secuelas prolongadas.
Mientras que la mayoría de los sujetos en el estudio HAPPE no requirieron tratamiento agudo sintomático, Zaheer et al. y Hayjij observaron que la mayoría de los pacientes requirieron la administración de tratamiento en el período agudo, empleando en la mayoría de los casos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), triptanes y en raras ocasiones opioides.
Esta diferencia tal vez refleje la variación en la demografía y las condiciones de trabajo que existe entre las diferentes poblaciones de estudio asociado a PPE.
Se ha percibido que los dolores de cabeza tienen un impacto negativo sobre la salud ocupacional, el desempeño laboral y la productividad de trabajadores de la salud, así como en la vida familiar, personal o social, especialmente en aquellas personas que utilizaban N95 en lugar de mascarilla quirúrgica.
Se puede postular que la frecuencia e intensidad de la cefalea, la utilización de analgésicos y el rendimiento laboral podría empeorar si la pandemia se prolonga por más tiempo.
Horarios de trabajo más cortos y descansos frecuentes, se traducen en una duración más corta del uso de EPP y podría ser una estrategia viable a largo plazo para evitar el impacto negativo del uso del equipo de protección, especialmente cuando se usa durante un tiempo prolongado.
Estrategias de modificación ambiental, como el mantenimiento de una temperatura ambiente óptima y una adecuada ventilación, también puede ayudar a aliviar la incomodidad del uso de EPP, especialmente en lugares donde las altas temperaturas y la humedad se experimentan durante todo el año.
Evitar los factores desencadenantes habituales de cefalea, como la falta de sueño, el estrés físico y psicológico, realizar comidas irregulares y la hidratación adecuada deberían formar parte de la estrategia de manejo para disminuir la aparición de dolor de cabeza.
Medidas simples como el uso de correas de mascarilla alrededor de la cabeza para evitar la presión sobre las orejas podría ayudar.
Direcciones futuras
En la actualidad, los EPP convencionales priorizan la adecuación del ajuste sobre la comodidad o la tolerabilidad, incluso cuando estos equipos sean utilizados durante un período prolongado como en el contexto de brotes de enfermedades.
Existe una necesidad urgente de desarrollar equipos de nueva generación, quizás mediante el uso de un material novedoso, que no sólo sean seguras sino también mejor toleradas y, que en consecuencia generen menor propensión al desarrollo de cefalea.
Tales esfuerzos son importantes ya que ayudan a aumentar el cumplimiento y uso de EPP, mejorando la seguridad laboral entre los trabajadores de la salud.
Conclusiones y comentarios
El uso de EPP entre los trabajadores de atención médica de primera línea para protegerse contra el SARS-CoV-2 es innegablemente esencial.
Los dolores de cabeza asociados con el EPP se reconocen cada vez más como un forma de cefalea secundaria que ha surgido recientemente debido a la actual pandemia de COVID-19.
Una jornada laboral prolongada con turnos extendidos aumenta potencialmente la exposición a la carga viral. Hay por lo tanto una necesidad urgente de mejorar las condiciones y derechos de trabajo y luego el diseño de las opciones de EPP existentes, que no sólo cumpla con los estándares de seguridad convencionales, sino también de comodidad y tolerabilidad del usuario.
Este es quizás uno de los mayores problemas que enfrentan los profesionales de la salud hoy en día, que necesita priorización global no solo para COVID-19 sino también futuras pandemias.