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Dietas Detox con jugos: ¿Cuál es su impacto sobre la microbiota?

¿Qué ocurre con la microbiota durante una dieta detox con jugos? Un grupo de investigadores de Estados Unidos analizó los cambios microbianos medibles y su impacto clínico tras 3 días de ingesta exclusiva de jugos. Los resultados se publicaron en una revista científica internacional de nutrición. Lo resumimos en INFOMED.

Puntos Clave

  • En los últimos años, aumentó el consumo de los famosos jugos verdes o “detox”, a base de frutas, verduras, especies, etcétera, con el objetivo de desintoxicar al organismo, y promover la salud. La evidencia acerca de su beneficio es escasa, y muchas veces, baja calidad.
  • Un grupo de científicos de Estados Unidos analizó el efecto de una dieta basada en jugos Detox en la microbiota. Los resultados fueron publicados en Nutrients, una importante revista científica.
  • La dieta exclusiva de jugos redujo la presencia de Streptococcus salival en un 45% y triplicó la de Haemophilus y Neisseria, aumentando el riesgo de inflamación oral.
  • A su vez, en la mucosa oral aumentó significativamente la presencia de Prevotella y Veillonella, 2 bacterias que se asocian al desarrollo de caries, periodontitis y halitosis o más aliento.
  • En la materia fecal, la presencia de Ruminococcus gnavus aumentó un 41%, la de Bilophila pasó de 1,3% a 4,2% y la de Desulfovibrio se duplicó. Todos estos géneros bacterianos están vinculados con un aumento de la permeabilidad e inflamación de la mucosa intestinal.
  • La diversidad intestinal no cambió globalmente, pero se afectaron géneros clínicamente relevantes.
  • No se observaron beneficios a nivel de las bacterias protectoras como Faecalibacterium, ni sobre la concentración de ácidos grasos de cadera corta.
  • La microbiota oral mostró recuperación parcial a los 14 días de la intervención, lo que sugiere una disbiosis persistente.
  • La dieta a base de jugos verdes o Detox excluyó fibra, alterando el metabolismo microbiano intestinal, y favoreciendo la disbiosis.
  • Clínicamente, se desaconsejan los planes detox basados en jugos como estrategia de salud intestinal u oral. Tenemos acá evidencia al respecto, aunque faltan estudios para sustentar los efectos beneficiosos tan publicitados.

El contexto

En las últimas décadas, hubo un aumento global de enfermedades crónicas, particularmente en poblaciones industrializadas caracterizadas por una dieta baja en fibra y alta en azúcares y grasas.

Las recomendaciones dietéticas basadas en evidencia, informadas por ensayos aleatorios, han explorado relaciones causales entre factores dietéticos específicos (por ejemplo, alimentos procesados y las grasas trans) y enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, la diabetes y el cáncer colorrectal.

Los estudios científicos muestran que la ingesta NO óptima de 3 factores dietéticos (granos integrales, frutas y sodio) es un factor de riesgo en más del 50% de las muertes atribuibles a la dieta.

Dentro de este contexto, se ha demostrado que una dieta equilibrada que contenga alimentos integrales, especialmente frutas y verduras, tiene numerosos beneficios para la salud.

Además, las frutas y verduras son fuentes cruciales de compuestos fenólicos, que pueden influir en la sensibilidad a la insulina y el estado anabólico del tejido adiposo. Los polifenoles generalmente se descomponen en el colon, donde afectan la diversidad bacteriana intestinal con propiedades antioxidantes, inmunomoduladoras y antimicrobianas.

La literatura también destaca los beneficios para la salud de las fibras de frutas y verduras, ya que aumentan la saciedad, reducen la ingesta total de energía y previenen el aumento de peso. Las fibras son una fuente importante de energía para las bacterias intestinales del colon, influyendo en la producción de ácidos grasos de cadena corta, lo cual tiene diversos efectos en el metabolismo, la inmunidad y la salud.

En reconocimiento de estos beneficios para la salud, las Guías Alimentarias Estadounidenses 2020-2025 recomiendan que los adultos consuman de 1.5 a 2 tazas o porciones de frutas y de 2 a 3 tazas de verduras al día.

Sin embargo, cumplir con estas recomendaciones dietéticas puede ser un desafío, y las estrategias para consumir porciones de frutas y verduras “a escondidas”, como los jugos, están recibiendo cada vez más atención.

Jugos “Detox”

Existe un creciente interés público en la práctica de los “ayunos de jugos” o “limpiezas de jugos”, definidos como prácticas dietéticas a corto plazo durante las cuales una persona consume voluntariamente solo jugos de frutas, verduras u otras plantas, o sus extractos, o tés de frutas.

Algunos estudios destacaron que el 26% de los consumidores han probado un programa de limpieza o desintoxicación con jugos por los beneficios percibidos como desintoxicación, pérdida de peso y mejor digestión, y el mercado está creciendo en consecuencia.

Los estudios han demostrado que hacer jugos es una forma viable de obtener los beneficios nutricionales de las frutas y verduras, mejorando los niveles de betacaroteno, vitamina C y vitamina E.

Dependiendo de las frutas y verduras utilizadas para hacer el jugo, los niveles de azúcar, los carbohidratos totales y la carga glucémica pueden variar.

El proceso de extracción del jugo puede afectar negativamente los beneficios para la salud de las frutas y verduras enteras al alterar propiedades como el contenido de fibra. Estos cambios pueden influir en cómo las frutas y verduras interactúan con la salud del consumidor a través de múltiples vías, incluyendo la microbiota intestinal.

Un nuevo estudio: dietas Detox, jugos verdes y microbiota

Un grupo de investigadores de Estados Unidos e Italia público en Nutrients los resultados de su estudio, en el que analizaron la microbiota oral (saliva, mucosa) e intestinal en adultos antes y después de una intervención de 3 días con jugos de frutas y verduras, con formulaciones similares a los famosos jugos verdes o Detox.

Incluyeron en el estudio a 14 adultos sanos. La edad media fue de 29. El 57 % mujeres.

Se les indicó una dieta en 3 fases o etapas:

  • Fase 1.

Eliminación completa de alimentos ultraprocesados (día 1-2)

  • Fase 2.

Esta es la de la intervención (día 3-5). Aplicaron 3 planes distintos.

Grupo A: jugos Detox o verdes exclusivamente.

Grupo B: jugos Detox o verdes + alimentos vegetales sólidos

Grupo C: dieta vegetal sin jugos verdes o Detox.

  • Fase 3.

De seguimiento (día 6 al 19).

Les tomaron muestras de saliva, de mucosa oral y de materia fecal los días 0, 5 y 19.

En estas analizaron distintos parámetros: 16S rRNA, diversidad alfa y beta, distribución de colonias bacterianas, distintos parámetros de inflamación, etcétera.

Los resultados: ¿qué encontraron en este estudio, y cuál podría ser su significado clínico?

Con la intervención, en el grupo de jugos Detox solos, estos fueron los hallazgos:

# Microbiota oral.

Saliva

1. Streptococcus: su población disminuyó del 58.1 al 32.9% en el grupo A. Sabemos que el Streptococcus salivarius y otras especies comensales son protectoras frente a patógenos. Su reducción puede dejar espacio a bacterias pronflamatorias.

2. Haemophilus y Neisseria. En conjunto, ambas aumentaron del 6.7 al 23.5%. Es sabido que ambos géneros pueden inducir procesos inflamatorios gingivales y son frecuentes en estados de disbiosis oral.

Mucosa oral (hisopado)

1. Prevotella. Su presencia pasó del 7.1 a 16.2. Esta bacteria está asociada a periodontitis, halitosis y a una mayor fermentación de azúcares.

2. Veillonella. Está paso del 1.2 al 4.9%. Esta bacteria se caracteriza por generar ácido propiónico y lactato, acidificando el medio y favoreciendo la caries.

3. Leptotrichia. Esta presentó un aumento del 226% (es decir, aumento 2.26 veces su concentración). Su proliferación está vinculada con el desarrollo de gingivitis y cuadros de halitosis.

Vemos a nivel oral como el alto contenido de azúcares fermentables de los jugos (fructosa, glucosa) y la falta de fricción masticatoria por la ausencia de fibra en la dieta, promueven un ambiente ácido en la boca, alterando el equilibrio bacteriano.

Esto puede predisponer a caries, erosión dental, inflamación gingival y mal aliento.

# Microbiota intestinal

1. Diversidad global.

No hubo cambios estadísticamente significativos en la diversidad global.

La diversidad alfa (Shannon, Simpson) no se modificó significativamente. Esto quiere decir que la estructura general de la comunidad se mantuvo estable, lo que sugiere resiliencia intestinal en adultos sanos frente a intervenciones cortas.

Diversidad alfa y beta en poblaciones microbianas: ¿de qué estamos hablando?

La Diversidad alfa se refiere a la variedad y distribución de especies en una muestra (hay multitud de criterios de identificación).

La Diversidad beta es un índice comparativo del número de especies compartidas entre las muestras.

2. Cambios en géneros específicos

  • Ruminococcus gnavus aumentó un 41%. Esta produce polisacáridos sulfatados, que se asocian con la colitis ulcerosa, la permeabilidad intestinal e inflamación sistémica.
  • Bilophila wadsworthia. Está paso de un 1.3 a 4.2%. Esta bacteria reduce sulfatos a sulfuro de hidrógeno, vinculado con colitis, la resistencia a insulina y las enfermedades metabólicas.
  • Desulfovibrio. Esta duplicó su presencia: paso del 0.8 al 1.6%. Este género de bacterias sulfato- reductoras proinflamatorias, se han asociado con la enfermedad inflamatoria intestinal.

Estos cambios no se traducen en síntomas inmediatos, pero podrían representar un riesgo en personas predispuestas o en presencia de comorbilidades.

La falta de fibra fermentable reduce la producción de ácidos grasos de cadena corta como el butirato, que son clave en la integridad del epitelio intestinal y la regulación inmune.

# Recuperación post-intervención.

A los 14 días (día 19), la microbiota intestinal retornó en su mayoría a valores basales.

En la cavidad oral, Streptococcus aún no alcanzaba su nivel inicial, y Prevotella y Veillonella seguían elevadas.

Este hallazgo sugiere que la microbiota oral podría tener menor capacidad de recuperación rápida tras intervenciones extremas.

Además, su disbiosis sostenida puede actuar como fuente crónica de inflamación local y sistémica.

Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?

Las dietas líquidas sin fibra disminuyen la producción de ácidos grasos de cadena corta y reducen la presencia de bacterias beneficiosas como Faecalibacterium prausnitzii y Akkermansia muciniphila.

El exceso de azúcares simples favorece bacterias acidogénicas, tanto orales como intestinales.

La exclusión total de sólidos impide la masticación, que estimula la producción de saliva y modula el ecosistema oral.

No se observaron mejoras en la diversidad ni en marcadores de salud microbiana.

Este estudio tiene algunas limitaciones:

  • Muestra pequeña (n=14), sin aleatorización.
  • Seguimiento corto (14 días post-intervención)
  • No se midieron síntomas digestivos, marcadores de inflamación ni ácidos grasos de cadena corta.
  • Solo se hizo un análisis taxonómico: no se evaluó el metabolismo funcional.

En síntesis, una intervención dietaria de solo 3 días con jugos puede inducir una disbiosis oral significativa y un cambio sutil pero clínicamente relevante en la microbiota intestinal. Estas alteraciones pueden favorecer un entorno inflamatorio y aumentar el riesgo de enfermedades bucales e intestinales. Los resultados respaldan la recomendación de evitar dietas líquidas extremas y favorecer alimentos vegetales integrales con fibra.

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