Baños de agua caliente: ¿Tienen beneficios sobre la salud cardiovascular?

por | 20, Sep, 2024 | Cardiología

10 minutos de lectura

Un grupo de investigadores del Departamento de Fisiología Humana de la Universidad de Óregon, Estados Unidos, analizó los efectos sobre la salud cardiovascular de la inmersión recurrente en agua caliente, en un grupo de adultos sedentarios. Los resultados fueron publicados en una importante revista científica (1). Los resumimos en INFOMED.

PUNTOS CLAVE

  • La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo: 6 de cada 10 personas mueren tras un accidente cerebrovascular, un infarto agudo de miocardio, enfermedad vascular periférica o una muerte súbita de causa cardíaca.

  • Durante años se ha hablado de los beneficios hacia la salud cardiovascular, de la inmersión en agua caliente en forma recurrente (una forma de terapia de calor pasiva).

  • Un estudio prospectivo reciente, con 30 años de seguimiento, mostró que el uso del sauna, durante toda la vida, redujo la mortalidad por causas cardiovasculares y por todas las causas.

  • Actualmente, se desconocen las adaptaciones cardiovasculares específicas que causan esta protección a largo plazo de la terapia de calor pasiva.

  • Para tratar de explicar esto, un grupo de investigadores de la Universidad de Óregon, Estados Unidos, investigó los efectos de 8 semanas de inmersión repetida en agua caliente («terapia de calor») sobre varios biomarcadores de salud cardiovascular en adultos jóvenes y sedentarios.

  • Incluyeron a 20 adultos jóvenes de 18 a 30 años sanos, pero sedentarios. Se los asignó a 2 grupos: inmersión recurrente en agua 4-5 veces por semana (n=10), versus en agua a la temperatura corporal la misma cantidad de veces (n=10), durante 2 meses.

  • Midieron distintos parámetros de salud cardiovascular, como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el espesor de la pared arterial y distintos metabolitos, entre otras determinaciones.

  • Encontraron que la terapia de calor aumentó la dilatación mediada por flujo, redujo la rigidez arterial, redujo la presión arterial media y diastólica y redujo el espesor de las túnicas íntima-media carotídea, con cambios todos iguales o mayores, que lo que se observa típicamente en sujetos sedentarios con entrenamiento físico.

  • Estos resultados mostraron por primera vez que la terapia de calor tiene efectos generalizados sobre la función vascular y, como tal, podría ser una opción de tratamiento viable para mejorar la salud cardiovascular en ciertos pacientes, particularmente aquellos con tolerancia y/o capacidades limitadas para el ejercicio.

  • La terapia de calor pasiva (es decir, la inmersión en agua caliente), podría mejorar la función endotelial, la rigidez arterial y la presión arterial, en personas sedentarias, que por distintas razones, no practican actividad física.

La #1 (y los efectos del calor)

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en los Estados Unidos y en gran parte del mundo. Es por esto que sus tratamientos son un objetivo primordial de las ciencias médicas.

La terapia de calor, en forma de baños calientes y saunas, se ha utilizado durante siglos. Se ha propuesto que mejora la calidad de vida, y produce un aumento de la sensación de bienestar general.

En un estudio prospectivo, publicado en 2015, con 30 años de seguimiento, se vio que el uso de la sauna durante toda la vida resultó en una incidencia significativamente menor de muerte relacionada con la enfermedad cardiovascular, muerte súbita de causa cardíaca y de muerte por todas las causas.

Pocos estudios investigaron los posibles beneficios fisiológicos para la salud. Sabemos que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares se caracterizan por disfunción vascular, incluyendo alteración de la dilatación dependiente del endotelio y endurecimiento arterial.

¿Y por qué el calor?

La exposición al calor aumenta la temperatura central, la frecuencia cardíaca y la contractilidad, la redistribución del flujo sanguíneo y los cambios en la tensión endotelial de los vasos conductores: se cree que todo esto podría mejorar a largo plazo la función vascular.

Además, la exposición al calor induce la expresión de proteínas de choque térmico, que a su vez estabilizan una variedad de otras proteínas importantes para el sistema cardiovascular. Estas incluyen proteínas que reducen el estrés oxidativo, y reducen la inflamación vascular.

Además, se ha propuesto que muchos de los beneficios vasculares del entrenamiento físico están mediados por aumentos en la temperatura central. Todo esto sugiere que la terapia de calor pasiva puede inducir efectos protectores cardiovasculares a largo plazo a través de mecanismos similares.

Analizando la inmersión en agua caliente

Un grupo de investigadores de la Universidad de Óregon, Estados Unidos, trato de explicar los cambios fisiológicos que se dan en las personas tras la exposición recurrente al agua caliente, y cómo estos podrían mejorar la salud cardiovascular. Para esto, analizaron los efectos de 8 semanas de terapia de calor sobre distintos parámetros de la salud cardiovascular (o arterial):

  • Dilatación dependiente del endotelio
  • Rigidez arterial
  • Grosor de las túnicas íntima-media (es decir, el grosor de la pared arterial)
  • Presión arterial

Incluyeron a 20 adultos jóvenes (18-30 años), sanos, sin consumo habitual de medicamentos. Todos eran, por distintas razones, sedentarios. Dado que el entrenamiento físico tiene importantes efectos cardiovasculares en los individuos sedentarios, se esperó encontrar mejoras similares con la terapia de calor.

Los asignaron a 2 grupos (10 por grupo), que durante 8 semanas se iban a exponer recurrentemente (4-5 veces por semana), a inmersión en jacuzzis con hidromasaje:

«Agua caliente»

Agua a 40.5 grados centígrados, hasta que la temperatura rectal de los participantes llegue a 38.5 grados (25-30 minutos). Luego se sentaban con el agua hasta la cintura, para mantener una temperatura entre 38-39 grados, otros 60 minutos.

«Agua termoneutral (grupo control)»

Se hizo la inversión, con los mismos tiempos que el grupo anterior, en agua a 37 grados centígrados (similar a la temperatura corporal).

Durante todo esto se hizo monitoreo cardiovascular y de distintos parámetros, y se les tomó la presión arterial. Se realizaron además exámenes de sangre y orina, y ecografías con Doppler de distintos territorios arteriales (arterias carótidas, branquiales y femorales).

Se les dejó tomar agua a demanda, y se los pesó antes y después de la inmersión, para asegurar que se hayan hidratado bien.

Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?

En el análisis final incluyeron a 20 adultos jóvenes sedentarios. Los sujetos toleraron bien la terapia de calor. Algunos reportaron mareos durante los primeros 20 a 30 minutos de inmersión total, pero ocurrieron solo los primeros 3 días.

La terapia de calor resultó en elevaciones sustanciales en la temperatura rectal y frecuencia cardíaca (esto no se vio en grupo de agua termoneutral).

A medida que los sujetos se aclimataron al calor, la temperatura rectal promedio, durante toda la sesión, fue bajando en forma significativa durante 8 semanas, en comparación con el inicio. Sin embargo, el tiempo en que se tardó en llegar a los 38.5 grados, fue siempre constante.

Dilatación dependiente del endotelio

Hubo efectos significativos en el grupo de terapia de calor (P = 0,002) como del tiempo transcurrido desde la terapia de calor. Ya a las 2 semanas aumentó significativamente a las 2 semanas. Esto no se vio nunca en el grupo «control».

Rigidez arterial

No hubo efectos de ninguna de las 2 exposiciones sobre la compliancia arterial dinámica de la arteria carótida, o el índice de rigidez β.

Sin embargo, hubo efectos significativos de la terapia de calor sobre la compliancia arterial dinámica y el índice de rigidez β en la arteria femoral superficial. En el grupo de terapia de calor, esta aumentó significativamente con respecto al valor inicial a las 4 semanas de terapia de calor, mientras que el índice de rigidez β se redujo significativamente con respecto al valor inicial a las 8 semanas.

La terapia de calor también redujo la velocidad de la onda de pulso carótido-femoral, principalmente al cabo de las 8 semanas. No se observaron cambios en el grupo control.

Espesor y diámetro de la pared del vaso

La terapia de calor redujo significativamente el espesor de la pared de la arteria carótida a las 8 semanas, pero no tuvo efecto en el espesor de la pared de la arteria femoral superficial.

Presión arterial y frecuencia cardíaca

Hubo disminuciones significativas en la presión arterial media y diastólica en reposo a lo largo de las 8 semanas. No se observaron cambios significativos en la frecuencia cardíaca en reposo.

Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?

En este estudio, que la terapia de calor pasivo, aplicada en adultos jóvenes sanos, pero sedentarios, produce aumentos robustos y clínicamente relevantes en la dilatación, dependiente del endotelio y reducciones en la rigidez arterial, el grosor de la pared y la presión arterial.

Todas estas variables mejoraron continuamente a lo largo de las 8 semanas y estos cambios están asociados con una mejor salud cardiovascular.

Además, se observaron cambios en ninguna variable en respuesta a 8 semanas de inmersión en agua termoneutral. Este es el primer estudio que investigó de manera integral los efectos fisiológicos de la terapia de calor pasivo de cuerpo entero a largo plazo en humanos.

Este es un estudio experimental de fisiología humana, con individuos sanos y jóvenes. Se los expuso a temperaturas elevadas, bajo monitoreo estricto. Estas condiciones son difíciles (poco recomendables de alcanzar), en la vida diaria. Estos resultados ayudan a explicar el porqué de los beneficios cardiovasculares vistos en otros estudios de la exposición recurrente al calor (por ejemplo, al vapor de agua de un sauna).

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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