Revisamos en INFOMED una investigación holandesa, a cargo de un veterinario y un microbiólogo, acerca de los riesgos microbiológicos ocultos que puede tener el dormir con las mascotas (1).
PUNTOS CLAVE
- La costumbre de tener mascotas está en aumento. A los perros y a los gatos se los considera, cada vez más, miembros de la familia.
- Sin embargo, los animales pueden ser portadores de distintos patógenos, potencialmente peligrosos para sus dueños.
- Otro punto a tener en cuenta es que dentro de las pautas de higiene del sueño, el dormir con un animal en la cama, no ayuda a un sueño reparador.
- Un grupo de investigadores de la Universidad de Utrecht, se propuso medir el riesgo de infecciones zoonóticas en los individuos que comparten su lecho con sus mascotas.
- Los resultados de este estudio preliminar confirman que las mascotas pueden constituir un riesgo potencial en la transmisión de patógenos zoonóticos a su dueño, especialmente durante el contacto directo al dormir en la misma cama.
«Yo soy tu amigo fiel…»
En los países desarrollados, la costumbre de tener mascotas está en aumento. En 2021, se estimó que 90 millones de hogares europeos (el 45% del total), tenían al menos un animal de compañía: 25% de los hogares tenían perros y el 25% tenían gatos.
En Europa hubo un aumento del 26% del número total de perros, 34% en el de gatos, en 11 años (2010-2021).
A los perros y los gatos, cada vez más, se los considera miembros de la familia: viven en nuestras casas, se sientan en nuestras piernas, nos lamen la cara, y son tratados casi como humanos.
La gente cree que los animales tienen conciencia, pensamientos y sentimientos. Este comportamiento se llama antropomorfismo, personificación o humanización.
Cada vez más propietarios llevan esta “humanización” o “antropomorfismo” hasta el punto de permitir que sus mascotas duerman en su cama con ellos.
La humanización de las mascotas en números
Algunos números con relación a la humanización de las mascotas surgen de una investigación en la que se estudiaron los parásitos zoonóticos (aquellos que, a partir de los animales, se contagian a los humanos):
- 50% de los propietarios permiten que las mascotas les laman la cara
- 60% las mascotas visitan el dormitorio
- 45% de los perros, y el 60% de los gatos están «permitidos» en la cama
- 18% de los perros, y el 30% de los gatos, duermen con su dueño en la cama
- 6% de las mascotas siempre duermen en el dormitorio
Pros y contras
Las mascotas pueden ser beneficiosas para sus dueños, al brindar apoyo psicológico y aliviar el estrés.
Sin embargo, los animales no prestan atención dónde caminan en la calle o en el parque, y no se limpian los pies después de llegar a casa, por lo cual pueden ser portadoras de distintos patógenos, potencialmente peligrosos para sus dueños.
Los perros y gatos se lamen regularmente el ano y/o los genitales, para luego lamerse el pelaje.
Los perros a menudo comen su propia materia fecal (coprofagia), y les gusta revolcarse en los cadáveres de otros animales. Todo esto hace que las mascotas pueden infectarse o colonizarse con una variedad de patógenos zoonóticos, a los que el dueño puede estar particularmente expuesto, si comparte la cama con ellos.
Dormir con mascotas puede exponer a los dueños a cualquier patógeno que estos puedan portar. Además, la exposición puede ocurrir simplemente permitiéndoles entrar en el hogar, y acariciándolos.
Sin embargo, compartir la cama con una mascota significa una mayor tasa de exposición y, por lo tanto, un mayor riesgo de contraer infecciones zoonóticas.
Aparte de estos riesgos zoonóticos, existen riesgos de mordeduras de perros y gatos, arañazos, reacciones alérgicas y transmisión de enfermedades transmitidas por vectores.
Aunque las mascotas no transmiten enfermedades transmitidas por artrópodos a las personas (como la ehrlichiosis, la anaplasmosis y la borreliosis de Lyme), sí traen vectores de enfermedades zoonóticas, como las garrapatas y las pulgas, en las proximidades de las personas, por ejemplo, cuando duermen junto a sus dueños. Incluso la Yersinia pestis (agente etiológico de la peste), se trasmite por este medio.
En general, más del 90% de las pulgas de importancia veterinaria, tanto en gatos como en perros son las pulgas de gato, Ctenocephalides felis.
Las pulgas de gato transmiten Bartonella henselae, el agente causante de la enfermedad por arañazo de gato, de gato a gato y de gato a humano, a través de heces de pulgas infectadas.
También transmiten B. clarridgeiae, que puede causar síntomas similares a los de B. henselae en humanos.
Además, la cercanía con las mascotas se ha asociado a aumentos significativos de la incidencia dermatofitosis o tiña, una infección fúngica zoonótica común de la piel humana, que afecta principalmente en niños, causada por Microsporum spp., Trichophyton spp. o Arthroderma spp. El contacto con mascotas infectadas con estos hongos en la cama puede aumentar el riesgo de infección en humanos.
Otro punto a tener en cuenta: dentro de las pautas de higiene del sueño (2), el dormir con un animal en la cama, no ayuda a un sueño reparador. Además, el ciclo de sueño canino suele consistir en una media de 16 minutos de sueño y 5 de vigilia. Después, un perro puede volver a dormirse y comenzar un nuevo ciclo. Esto quiere decir que un perro podría llegar alcanzar hasta 23 ciclos sueño-vigilia en 8 horas (3).
Por instinto, los animales además tienden a estar en un estado más alerta que los humanos, por lo cual, pequeños ruidos o estímulos del medio, pueden hacer que despierte, ladre, e interrumpa el sueño de su amo (4).
Durmiendo con el enemigo: una evaluación de riesgos
Dado que cada vez más las mascotas son parte de la familia, y la íntima interacción animal-humano, un grupo de investigadores de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, se propuso medir el riesgo de infecciones zoonóticas en los individuos que comparten su lecho con sus mascotas. En línea con esto, evaluaron la presencia de los siguientes microorganismos, en 28 perros y 22 gatos sanos:
- Parásitos zoonóticos
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- Cheyletiella (ácaros de la piel)
- Ctenocephalides spp (pulgas)
- Toxocara spp (gusanos redondos de perros y gatos)
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- Hongos
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- Microsporum canis (dermatofito, productor de tinea).
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- Bacterias
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- Clostridium difficile
- Salmonella spp
- Campylobacter jejuni
- Enterobacteriaceae (bacterias de la materia fecal, incluida Escherichia coli, entre estas E. Coli 0157:H7, productora de diarrea con sangre).
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Todos estos patógenos son fáciles de detectar, y actúan de centinela. Todos estos pueden causar enfermedades en los humanos (es decir, son zoonóticos).
Para determinar su presencia, se tomaron muestras del pelaje, de las almohadillas de las patas, y, de la cama del animal. Estas muestras se sometieron a cultivos y a distintas pruebas diagnósticas.
Los propietarios, a su vez, completaron un cuestionario sobre usos, costumbres y datos sobre la interacción con sus mascotas.
Los resultados: ¿qué encontraron en este estudio?
Respecto a los propietarios de perro, el 75% eran mujeres, con una edad media de 42 años. En relación a los gatos, el 59% eran mujeres, y la edad media fue de 41.
La mayoría de los propietarios de perros no sabían las recomendaciones de desparasitación (4 o más veces por año), ni sobre el tratamiento de las pulgas. En promedio, los perros se desparasitaron 3.2 veces por año, y se les aplicó tratamiento/prevención de pulgas, 4.3 veces por año. Algo similar sucedió con los gatos (con menos adherencia a las recomendaciones).
El 18% de las mascotas se alimentaron con carne cruda.
Carne cruda: algunos riesgos
La carne cruda puede estar contaminada por patógenos zoonóticos, como Salmonella, Escherichia Coli 0157:H7, Clostridium perfringes, Clostridium difficile, Estafilococco aureus y Listeria. Otro parásito relacionado con el consumo de carne cruda por los gatos es el Toxoplasma gondii, productor de la toxoplasmosis.
- De 50 mascotas, 29 (58%) dormían en la cama, y de estas 15 mascotas (30% del total) lo hacían «dentro» de la cama (debajo de las sábanas).
- El 86% de los perros, y el 32% de los gatos, dieron positivo para Enterobacteriaceae, en el pelaje o las almohadillas de las patas.
- Se encontraron pulgas en el 23% de los lugares favoritos para dormir de los gatos, y en 7% de los lugares favoritos para dormir de los perros.
- Se encontraron altos niveles de colonias de bacterias aeróbicas, (hasta 216 unidades formadoras de colonias/cm²) en el pelaje de los animales.
Recuento de colonias aeróbicas: ¿qué quiere decir esto?
Es una forma de medir cuan «sucio» esta algo.
El impacto de encontrar un gran número de bacterias aeróbicas en el pelaje de los animales refleja el nivel de higiene, y puede evaluarse comparándolo con las pautas microbianas para hospitales o cocinas.
Estos estándares se basan en el hecho de que un recuento medio de colonias aeróbicas elevado, conduce a mayores posibilidades de que haya bacterias patógenas. Por lo tanto, en las superficies donde se preparan los alimentos, y las superficies de un hospital que se tocan con las manos con frecuencia (por ejemplo, manijas de puertas, interruptores de luz y ropa de cama), el recuento medio de bacterias aeróbicas no debe exceder las 5 ufc/cm².
Los recuentos medios de bacterias aeróbicas encontradas en este estudio, de 22,5 ufc/cm² para gatos y 34,3 ufc/cm² para perros, superan estos máximos de 4 a 7 veces.
Estos números muestran la importancia de una higiene adecuada cuando se está en contacto directo con las mascotas.
En este estudio NO se encontraron otros patógenos.
En total, el 45% de los perros, y el 75% de los gatos, dieron positivo para uno a más patógenos potencialmente zoonóticos.
Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?
Los resultados de este estudio preliminar confirman los reportes de la literatura de que las mascotas pueden constituir un riesgo potencial en la transmisión de patógenos zoonóticos a su dueño, especialmente durante el contacto directo al dormir en la misma cama.
En total, el 45% de los perros, y el 75% de los gatos, dieron positivo para uno a más patógenos potencialmente zoonóticos.
Por lo tanto, los propietarios deben estar informados sobre estos riesgos. Además, tienen que ser educados para interactuar con sus mascotas de una manera más responsable, para prevenir la transmisión de enfermedades.
Esto por supuesto no quiere decir que no hay que tener mascotas, solo que hay que tener cuidados con ellas: evitar que duerman en la cama o en la habitación, seguir las recomendaciones de sanidad y desparasitación, y algo fundamental que no nombra este estudio: lavarnos las manos regularmente si interactuamos con nuestras mascotas.