Se publicó en The BMJ un muy buen análisis en el que comparan el Covid-19 y la gripe, a casi 3 años del inicio de la pandemia. Lo revisamos en INFOMED (1).
La «gripalización» del Covid-19…
Al decir, «el Covid-19 es como la gripe”, se trató de minimizar el daño que produce esta enfermedad.
A medida que avanzó la pandemia, distintos grupos de expertos comenzaron a hablar sobre la posible transición del SARS-CoV-2 hacia algo más “similar a la gripe”, como parte de la evolución natural, en la que un virus se vuelve menos mortal, para poder continuar su propagación en la población. Al matar menos huéspedes, existe una mayor probabilidad de que este se transmita a otros.
Actualmente, estamos llegando a «vivir con el virus», de la misma manera que cada año vivimos con la influenza, que mata de 290.000 a 650.000 personas en todo el mundo cada año, según la Organización Mundial de la Salud.
¿A qué apuntan los virus?
Tanto el SARS-CoV-2, como el virus de la influenza, tienen como blanco el epitelio respiratorio, por lo que, en ese sentido, las células objetivo que infectan son bastante similares.
Sin embargo, hay diferencias en lo que requiere cada virus para infectar a las personas:
- La influenza requiere de la hemaglutinina y de la neuraminidasa.
- El SARS-CoV-2 usa a la proteína S para infectar a los humanos.
¿Cómo difieren sus síntomas?
Hay similitudes cuando se habla de infecciones respiratorias agudas: las personas generalmente tienen dolor de garganta, secreción nasal y a veces una sensación general de fiebre y dolor.
Pero, el Covid-19 también causa una variedad de síntomas, que generalmente no se ven con la gripe, como la pérdida del sentido del olfato y el gusto.
Una diferencia entre los 2 es que el SARS-CoV-2 a veces parece desencadenar una respuesta inmunitaria más importante, lo que hace que algunas personas se enfermen gravemente
La respuesta inmunológica puede ser diferente de una persona a otra, y vemos que eso puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Cómo se compara la mortalidad?
En los primeros días de la pandemia, la tasa de mortalidad por la infección del Covid-19, es decir, la proporción de personas que murieron después de contraer la enfermedad, era mucho más alta que la de la gripe.
Las estimaciones de la mortalidad del Covid-19 varían del 0,49 % al 2,53 %.
Se cree que los factores que afectan la mortalidad del Covid-19 incluyen la edad, la ubicación y el origen étnico de una persona, así como el lugar donde vive y trabaja.
En un estudio que analizó la mortalidad por la enfermedad en 190 países, para la misma enfermedad, varió en un factor de más de 30, lo que demuestra cuán cambiante puede ser. Otra variable importante que afecta la mortalidad es el grado de vacunación de las personas. A medida que avanzó la campaña de vacunación, el Covid-19 se ha vuelto menos fatal.
Asimismo, la aparición de las nuevas variantes del Covid-19 ayudó a reducir la mortalidad de la enfermedad.
Un análisis indicó que la mortalidad por la infección del Covid-19 ahora se ha vuelto igual o menor que la de la gripe (alrededor del 0,04%), mientras que a mediados del 2020 era 20 veces más probable que Covid-19 matara a las personas que la gripe.
¿Qué pasa con las variantes?
Como bien sabemos, el SARS-CoV-2 muta y evoluciona, formando nuevas variantes que han estado alimentando nuevas olas de contagios.
Este patrón de comportamiento es similar a lo que sucede cada año con las nuevas variantes de influenza, por lo que la vacuna contra la influenza debe reformularse cada año, en función de las variantes que surgen en los primeros meses de invierno del hemisferio sur.
Una gran diferencia con el SARS-CoV-2 es que este ha evolucionado mucho más rápido: solo este año se han visto al menos 4 «subvariantes bajo monitoreo» de Ómicron, incluidas BA.4 y BA.5, que actualmente son responsables de la mayoría de las infecciones del mundo.
A diferencia de la influenza, esta ha continuado incluso durante los meses más cálidos, lo que representa un desafío para que los esfuerzos de la vacunación se mantengan al día.
¿Cómo se maneja la vacunación?
La pandemia ahora se centra en las nuevas variantes y la disminución de la inmunidad, con énfasis en los refuerzos regulares, particularmente ajustados a las nuevas variantes, para aumentar la inmunidad.
Esto no es diferente a la vacuna anual contra la gripe, aunque la velocidad con la que surgen nuevas variantes de Covid-19 es un problema para el desarrollo de nuevas formulaciones de vacunas de refuerzo.
En términos de implementación, las vacunas de refuerzo de Covid-19 se están tratando de vincular con el esfuerzo anual bien establecido de vacunación contra la influenza.
En el Reino Unido, la temporada anual de vacunas contra la gripe de invierno coincidirá con la campaña de refuerzo de Covid-19, en la que 26 millones de personas en Inglaterra serán elegibles para la vacuna. Están alentando a los centros de salud a tratar de vacunar a los pacientes contra el Covid-19 y la gripe simultáneamente, siempre que sea posible.
Para el Covid-19, al igual que para la gripe, se prioriza a las personas más vulnerables (personas mayores o inmunocomprometidas, y con determinadas patologías como el asma grave).
En las primeras etapas del lanzamiento de la vacuna Covid-19, se administró a quiénes más la necesitaban («grupos prioritarios»), antes de ofrecerse a personas de todas las edades.
Esto es diferente de la campaña de vacunación contra la gripe, que se dirige a personas vulnerables y mayores. Pero el último consejo del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido indica que, a la mayoría de las personas menores de 50 años, no se les ofrecerá un refuerzo de otoño este año, a menos que sean vulnerables, de acuerdo con la forma en que se implementa la vacuna contra la gripe.
Algunos expertos dicen que los mayores de 60 años podrían continuar siendo vacunados prácticamente para siempre, mientras que las personas más jóvenes probablemente no, al igual que la gripe.
A diferencia de la gripe, todavía no estamos en la etapa en la que la vacunación esté disponible o se recomiende para todos. Pero eso, por supuesto, podría cambiar dependiendo de si surge una variante más potente.
¿Qué pasa con los tratamientos?
Además de las vacunas, ahora contamos con una variedad de tratamientos para el Covid-19, incluidos los antivirales. Gran parte del conocimiento que tenemos ahora sobre cómo tratar el Covid-19 proviene del ensayo Recovery, que probó varias intervenciones y su eficacia.
Es difícil comparar las intervenciones del Covid-19, con los tratamientos contra la gripe, que rara vez se usan.
Los esteroides, como la dexametasona, son una terapia básica de primera línea para Covid-19. Pero si un paciente llega al hospital con una gripe grave, e, Reino Unido, no le dan esteroides.
El ensayo Recovery propuso una extensión de su protocolo para explorar tratamientos para la influenza grave, pero esto fue rechazado.
¿Hay similitudes en la forma en que se perciben estas 2 enfermedades?
Antes de la pandemia, Inglaterra y Gales, junto con otros países, aceptaban entre 10.000 y 25.000 muertes al año por gripe. Ahora estos países levantaron las medidas de prevención, como si la pandemia no continuara, y aceptan cifras aún más altas de muertes por Covid-19: al 23 de septiembre de 2022, hubo 44.341 muertes en Inglaterra y Gales desde principio de año, por Covid-19 (esto marca al menos el doble de muertes que las por gripe).
La experiencia de la pandemia debería hacernos menos tolerantes con el costo de las enfermedades transmitidas por el aire, ya que medidas como la ventilación, pueden reducir enormemente la mortalidad asociada con todas las enfermedades transmitidas por el aire, no solo el Covid-19.
Mucha gente se olvidó que cuando el SARS-CoV-2 apareció por primera vez en la población humana, era un virus animal completamente nuevo, que los humanos no habían visto antes. Esa falta de contacto previo, y la falta de preparación inmunológica para los efectos del virus en humanos, es lo que causó tal gravedad de la enfermedad en los primeros días de la pandemia: el mundo entero era completamente susceptible.
Aunque más frecuentes que la gripe, los encuentros con el Covid-19 son comunes, con cierto grado de inmunidad por la exposición a variantes anteriores, a la vacunación o ambas cosas, lo que ayudó a disminuir la gravedad de la enfermedad.
Referencias