Se publicó en Nature el 27 de mayo, un repaso de la situación actual y de los interrogantes de la comunidad científica en relación a la viruela del mono (1). Éstos son los puntos destacados.
Desde el 7 de mayo más de 400 casos sospechosos o confirmados se reportaron en países no africanos. Este es el brote más grande fuera de África.
Apareció en poblaciones separadas, sin un nexo obvio entre los grupos de pacientes, lo que aumentó la posibilidad de que haya habido una transmisión local del virus, no detectada.
¿Cómo empezaron los brotes actuales?
Los casos son por la cepa de África occidental del virus monkeypox. Ésta es menos letal (menos del 1%, en poblaciones rurales y pobres).
Todas las secuencias virales estudiadas son casi idénticas, lo que sugiere que todo se puede haber iniciado a partir de un caso.
La secuencia actual es más parecida a la que generó los casos fuera de África en 2018-2019 y que estuvo asociada un viaje a África occidental. Una explicación simple es que el primer caso confirmado este año (aún no fue identificado) se haya infectado a partir de un animal o humano portador del virus mientras visitaba África.
Otra explicación es que el virus ya estuviera circulando, sin detección, fuera de África entre humanos o animales, y que fue introducido a partir de brotes más antiguos. Esto es menos probable, porque la infección causa un tipo de lesiones que hubieran llamado la atención.
¿Pueden los últimos brotes ser explicados por un cambio genético?
Entender si hay una base genética de la diseminación actual fuera de África va a ser muy difícil. El genoma del virus, en comparación a otros, es enorme: más de 6 veces el tamaño del SARS-CoV-2.
Otra causa es que históricamente se han dedicado pocos recursos a estudiar el monkeypox.
Para entender la evolución del virus también va a ser útil estudiar la secuencia en animales, su reservorio natural (principalmente roedores y ardillas).
¿Se pueden contener los brotes?
Desde que empezaron los brotes, muchas naciones buscaron las vacunas de la viruela humana (smallpox), que es altamente efectiva contra la viruela del mono, ya que los virus están relacionados.
En forma distinta a las vacunas contra el SARS-CoV-2, cuya protección completa requiere al menos 2 semanas, la protección de la vacuna de la viruela humana contra la viruela del mono es efectiva si se administra dentro de los 4 días de la exposición, ya que su tiempo de incubación es muy largo.
Esta es una «estrategia de anillo», en la cual se inocula a los contactos de las personas infectadas (aún no se está aplicando está estrategia). También se podría considerar la vacunación de los grupos de alto riesgo, además de los contactos estrechos.
Otra preocupación de los científicos es que el virus pueda infectar a los animales, y que estos se vuelvan su reservorio, para volver a infectar a la gente. Este riesgo, creen que es muy bajo. Las autoridades europeas recomiendan que las mascotas de los infectados hagan cuarentena y que se sometan a monitoreo en instalaciones especializadas de aislamiento.
¿Se está diseminando el virus en una forma distinta a la de los brotes anteriores?
Monkeypox se disemina a contactos cercanos a través de lesiones, fluidos corporales y gotas respiratorias de las personas o animales infectados.
Las autoridades sanitarias evaluaron la actividad sexual como una vía de contagio tras los brotes en 2 festivales sexuales en España y Bélgica. Esto no implica que se transmita sexualmente, probablemente sea en estos casos por el contacto cercano.
A diferencia del SARS-CoV-2, que dura poco tiempo en el medio, el virus de la viruela puede sobrevivir mucho tiempo fuera del cuerpo, lo que hace que las superficies, como las sábanas y los picaportes, sean potenciales vectores de transmisión.
El hecho de que la mayoría de los casos hayan sido en hombres que tienen sexo con hombres, probablemente sea porque coincidentemente el virus puede haberse introducido en esa comunidad, y luego continuó su diseminación desde ahí.
Referencias