Se vive más tiempo en todo el mundo. Actualmente, por primera vez en la historia, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Para 2050, se espera que la población mundial en esa franja de edad llegue a los 2.000 millones, un aumento de 900 millones con respecto a 2015.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en el 2018, casi la mitad de las personas en los Estados Unidos que tenían el VIH eran mayores de 50 años.
En Argentina, la mediana de edad de diagnóstico de VIH (2017-2019) fue de 32 años en los varones cis y de 34 años en las mujeres cis, siendo cada vez es más frecuente encontrar pacientes mayores de 50 años con diagnóstico de VIH
Datos locales muestran que la tasa de varones que viven con el virus de 55 a 64 años es de 11,5 por cada 100 mil habitantes, en los varones mayores de 65 desciende a 2,7/100.000 ; en el caso de las mujeres, la tasa para la franja de 55 a 64 es de 4,3 por cada 100 mil habitantes, y para mayores de 65 es de 0,5 (en aumento).
Respecto al momento del diagnóstico en Argentina, en los mayores de 55 años, el 60% llega con diagnóstico tardío de la enfermedad (65% son varones y 55% mujeres). En nuestro país, más del 98% de los casos de transmisión del VIH es consecuencia de tener relaciones sexuales por vía anal o vaginal con una persona seropositiva sin usar preservativo.
El número de personas mayores VIH-positivas va en aumento por las siguientes razones:
– El tratamiento con medicamentos contra el VIH (tratamiento antirretroviral o TARV) cambió la historia natural de la enfermedad, permitiendo a los pacientes tener una vida más larga y sana. Gracias al TARV, hay un número creciente de personas mayores que viven con el VIH.
– Algunos factores relacionados con la edad pueden exponer a las personas mayores al riesgo de contraer el VIH. Por ejemplo, el adelgazamiento y la sequedad vaginal asociada a la menopausia pueden aumentar el riesgo de infección por el VIH en las mujeres mayores.
– Otro de los factores podría ser que los mayores sean menos propensos a usar preservativo durante las relaciones sexuales por estar menos preocupados por el embarazo.
Muchos de los factores de riesgo de infección por el VIH son los mismos para las personas de cualquier edad, pero es menos probable que las personas mayores se hagan la prueba de detección correspondiente, las posibles razones de esto son:
En general, los adultos mayores son considerados como pacientes de bajo riesgo de contraer el virus. Por este motivo, los médicos tal vez no siempre piensen en hacerles el test de detección del VIH
Algunas personas mayores pueden sentirse avergonzadas o atemorizadas de someterse a la prueba de detección del VIH. En las personas mayores, las señales de infección por el VIH pueden tomarse equivocadamente por síntomas del envejecimiento o de afecciones geriátricas. Como consecuencia, es posible que los estudios que se les solicitan no incluyan la prueba de detección del VIH.
Por estas razones, es más probable que a muchas personas mayores se les diagnostique la infección por el VIH en una etapa avanzada. Esto significa diagnosticar en etapas tardías y un comienzo tardío del tratamiento y peor pronóstico. Muchas personas mayores tienen afecciones crónicas cardíacas, diabetes, cáncer, que asociadas con VIH pueden empeorar la evolución de estas enfermedades y que el tratamiento temprano del virus, demostró reducir las complicaciones de estas enfermedades.
Se recomienda el tratamiento TARV a todas las personas con VIH, de manera temprana por la mejor evolución, y además hay evidencias que iniciar en la primera consulta aumenta las posibilidades de permanecer vinculado al sistema de salud y adherir al tratamiento y continuarlo en el tiempo.
Como es el caso para cualquier persona con el VIH, la elección de un régimen de TARV para una persona mayor se basa en las necesidades individuales que serán definidas por el médico y el paciente.
La ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades, no solo para las personas mayores y sus familias, sino también para las sociedades en su conjunto
En esos años de vida que los avances en salud y tecnología permitió ganar, se pueden emprender nuevas actividades como continuar los estudios, iniciar una nueva profesión o retomar antiguas aficiones. Además, las personas mayores contribuyen de muchos modos a sus familias y comunidades. Sin embargo, el alcance de esas oportunidades y contribuciones depende en gran medida de un factor: la salud.
Es de fundamental importancia pensar el diagnóstico de VIH en el adulto mayor y realizar un diagnóstico temprano a fin de ofrecer un tratamiento oportuno que reduzca la mortalidad y mejore la calidad de vida de nuestros pacientes además de reducir la transmisión del virus como estrategia de prevención.