Sudáfrica, el epicentro del brote de Ómicron, que llevó a una cuarta ola de Covid-19, alcanzó su pico en la provincia de Gauteng, aproximadamente 1 mes después de que se detectara la nueva variante de preocupación, llegando a casi 38 mil casos el 12 de diciembre, y desde entonces, estos vienen descendiendo a menos mitad en la última semana, en promedio (1).
La provincia de Gaunteng, dónde nació Ómicron, es el centro comercial de Sudáfrica, además del hogar de uno de los aeropuertos más concurridos del continente. Esta región está experimentando una caída sostenida de casos. Lo mismo sucede en otras 3 provincias.
Sudáfrica mantiene hoy el nivel más bajo de restricciones pandémicas (de 5 niveles posibles) a pesar del rápido aumento de casos experimentado en noviembre.
Se siguen monitoreando de cerca las hospitalizaciones, que se mantienen por debajo de las oleadas anteriores, así como el número promedio de días de internación.
Con más casos, se interna menos, hay menos pacientes graves, por ende menos pacientes fallecidos, y los que se internan, lo hacen por menos días.
La proporción de personas ingresadas a los hospitales es del 5.6% de los casos, versus el 19% en promedio de la primera, segunda y tercer ola (por la cepa original, Beta y Delta, respectivamente). Esto nos cambia la distribución típica de gravedad de los casos de Covid-19 del principio de la pandemia de 80% de casos leves a moderados, 15% de casos graves y 5% de casos críticos.
El 87%, es decir casi 9 de cada 10 de las muertes en Sudáfrica por Covid-19 en esta cuarta ola, se dan en pacientes no vacunados, o no completamente vacunados.
Mientras tanto, el 25 de diciembre se publicó en The New York Times (2) que Sudáfrica canceló el rastreo de contactos, dada la alta capacidad de diseminación de Ómicron, y levantó los aislamientos de las personas con test de Covid-19 positivo, sin síntomas, siempre y cuando usen barbijo y mantengan distancia social.
Sí se continúa con el aislamiento de las personas con Covid-19 con síntomas, durante 8 días. Esto fue impulsado por la recomendación de un comité de expertos, a la vista de una variante hiper contagiosa como Ómicron, que aparenta generar una enfermedad leve. Esta norma pretende beneficiar a los trabajadores esenciales.
En este nuevo contexto, los contactos estrechos solo se van a auto monitorear sus síntomas de 5 a 7 días, y a evitar reunirse. Se sigue avanzando en Sudáfrica con los refuerzos en las vacunas Covid-19.