Un grupo de investigadores de Estados Unidos, propuso una estrategia, basada en educación de los pacientes, antes de las consultas médicas programadas, frente al uso inadecuado de medicamentos. Los resultados se publicaron en JAMA (1). Los resumimos en INFOMED.
PUNTOS CLAVE
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El uso inadecuado de medicamentos y la polifarmacia, son problemas comunes y costosos que afectan a los pacientes, los médicos y los sistemas de salud.
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Casi 1 de cada 5 adultos estadounidenses (17.1%) toman 5 o más medicamentos, un umbral comúnmente aceptado para la polifarmacia. Este número aumenta al 50% entre los adultos mayores, con enfermedades crónicas.
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La des-prescripción es un enfoque práctico para combatir este fenómeno. Esta consiste en suspender o reducir la dosis de fármacos que podrían ya no tener beneficios, o incluso ser peligrosos para los pacientes.
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Un grupo de investigadores de Estados Unidos, se propuso llevar educar a los pacientes de un sistema de salud, mediante folletos enviados antes de sus consultas médicas programadas, para fomentar la des-prescripción de medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones, la gabapentina y ciertos antidiabéticos.
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Llevaron adelante para esto, un ensayo clínico pragmático, multicéntrico y no aleatorizado con 5.071 pacientes bajo el cuidado de 103 médicos de 3 centros de salud.
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La intervención educativa dirigida al paciente administrada de 2 a 3 semanas antes de una cita de atención primaria, se asoció con un aumento estadísticamente significativo, aunque pequeño, en la des-prescripción de los 3 medicamentos.
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Los materiales educativos dirigidos al paciente, proporcionados antes de las citas médicas, son una intervención eficaz y de baja tecnología para promover modestamente la des-prescripción de medicamentos potencialmente de bajo beneficio y alto riesgo.
Poner y sacar
El uso inadecuado de medicamentos y la polifarmacia, son problemas comunes y costosos que afectan a los pacientes, a los médicos, y a los sistemas de salud.
Casi 1 de cada 5 adultos estadounidenses (17.1 %) toman 5 o más medicamentos, un número que define a la «polifarmacia». Este número aumenta al 50 % entre los adultos mayores con enfermedades crónicas.
La «des-prescripción», es decir, dejar de prescribir un medicamento, es un enfoque seguro para abordar el uso potencialmente inapropiado de medicamentos y la polifarmacia.
En efecto, la des-prescripción consiste en el proceso sistemático de identificar, y suspender, o reducir la dosis de distintos medicamentos, cuando los daños existentes o potenciales superan los beneficios potenciales de estos. Aunque suene lógico, esta no se adopta de manera rutinaria en la práctica clínica.
Probando con educación
Distintas estrategias centradas en los pacientes sirvieron históricamente. Por ejemplo, el ensayo EMPOWER (Eliminating Medications Through Patient Ownership of End Results) promovió con éxito la des-prescripción de benzodiazepinas, mediante folletos dirigidos al paciente.
No está claro si una intervención educativa similar dirigida a los pacientes, apuntando a los medicamentos utilizados para enfermedades crónicas (por ejemplo, diabetes) o síntomas (por ejemplo, dolor), podría ser llevada a adelante de manera efectiva.
Un nuevo estudio
Un grupo de investigadores de Estados Unidos, planteó la hipótesis de que educar a los pacientes podría tener diferentes efectos sobre la des-prescripción de medicamentos.
Apuntaron a medicamentos que probablemente tengan un bajo beneficio, como inhibidores de la bomba de protones, o de alto riesgo, como la gabapentina en dosis altas, o a agentes para la diabetes, con riesgos de hipoglucemias.
Llevaron adelante un ensayo clínico pragmático, multicéntrico y no aleatorizado, en 3 centros médicos del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de los Estados Unidos, desde abril de 2021 hasta octubre de 2022. La muestra total del estudio estuvo compuesta por la cohorte de intervención y la cohorte de control histórica, atendida por 103 médicos de atención primaria.
El componente principal de la intervención fue un folleto específico sobre medicamentos, enviado por correo durante el período de intervención, a todos los pacientes elegibles entre 2 y 3 semanas antes de las próximas citas de atención primaria.
Los pacientes atendidos por los mismos médicos de atención primaria, en los mismos sitios 1 año antes de la intervención del estudio, sirvieron como controles. El resultado principal medido fue la des-prescripción de medicamentos, 6 meses después de la intervención.
Esta última se definió como el cese completo, o cualquier reducción de dosis del medicamento objetivo. Para saber esto usaron los datos de dispensación de la farmacia del VA.
Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?
La muestra total del estudio incluyó 5.071 pacientes. La tasa general de des-prescripción entre la cohorte de intervención (n = 2.539) fue del 29.5%, en comparación con el 25.8% entre los controles (n = 2.532).
La cohorte de la intervención tuvo una probabilidad significativamente mayor de tener des-prescripción (odds ratio, OR, o razón de probabilidades, 1.17).
Al ajustar por distintas variables, las probabilidades de des-prescripción en la cohorte de la intervención fueron 1.21 veces mayores que las de la cohorte de control.
La diferencia en la prevalencia de des-prescripción entre las cohortes de intervención y control (inhibidores de la bomba de protones: 29.4% frente a 25.4%; gabapentina: 40.2% frente a 36.2%; riesgo de hipoglucemia: 27.3% frente a 25.1%) no difirió de forma estadísticamente significativa según el grupo de medicación.
Las conclusiones: ¿qué nos deja este estudio?
Este ensayo clínico encontró que los materiales educativos dirigidos a los pacientes, proporcionados antes de las citas de atención primaria programadas, pueden promover eficazmente la des-prescripción, en particular para grupos de medicamentos de alto riesgo, de bajo beneficio potencial.