Puntos Clave
- A nivel global, principalmente en la última década, el consumo de cannabis con fines medicinales y/o recreativos aumento exponencialmente.
- Estudios previos informaron sobre posibles consecuencias cardiovasculares relacionadas con el cannabis.
- Hasta el momento, teníamos ciertas lagunas de conocimiento sobre la magnitud del riesgo asociado para quienes consumen cannabis, especialmente en el contexto actual de profundos cambios en la prevalencia del consumo y las características de los consumidores.
- Un grupo de investigadores se propuso cuantificar el riesgo que implica el consumo de cannabis para el desarrollo de eventos cardiovasculares mayores (muerte de causa cardiovascular, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular).
- Para esto llevaron adelante una revisión sistemática y metaanálisis de datos del mundo real en base a estudios publicados entre 2016 y 2023, que hicieron referencia a la relación entre el consumo de cannabis y los principales eventos adversos cardiovasculares. Los resultados se publicaron en Heart.
- En el análisis final incluyeron 24 estudios con más de 183 millones de participantes.
- El riesgo de tener un accidente cerebrovascular, un razones de riesgo medidas de síndrome coronario agudo o de morir de causa cardiovascular fue un 20, 29 y 210% mayor respectivamente, entre los individuos que consumían cannabis, versus los que no lo hacían.
- Los hallazgos de este metaanálisis deberían aumentar la conciencia general sobre el potencial del cannabis para causar daño cardiovascular.
- En los pacientes con eventos cardiovasculares mayores, deberíamos considerar y abordar si hubo un consumo de cannabis previo, así como deberíamos desalentar su consumo en esta población de riesgo.
Consumo en aumento (legal, e ilegal)
En los últimos 10 años, a nivel global, el consumo de cannabis y cannabinoides tuvo un rápido crecimiento.
En Europa, a pesar de estar aprobado para fines médicos en un número creciente de países, el uso recreativo sigue siendo en gran medida ilegal.
En Francia, por ejemplo, se usa cannabis medicinal desde 2021, mientras que el cannabis recreativo es ilegal. Pese a esto, su consumo es uno de los más prevalentes en Europa, especialmente entre los jóvenes.
En Alemania, el uso recreativo del cannabis se legalizó en el 2024.
La legalización de la droga y la expansión de su uso medicinal a nivel mundial probablemente han contribuido a profundos cambios en la percepción general del cannabis y al aumento generalizado de su consumo. En consecuencia, los perfiles y hábitos de consumo de los usuarios difieren profundamente de los de la década de 2010, especialmente porque los productos de cannabis muestran una tendencia creciente en potencia, con concentraciones crecientes de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
Cannabis y riesgo cardiovascular: ¿Qué sabemos hasta ahora?
En medio de este aumento, ha aumentado también la conciencia sobre los posibles riesgos asociados a la salud de los usuarios, especialmente cardiovascular.
Una revisión que analizó la evidencia disponible hasta 2016 Encontró una relación importante entre el consumo de cannabis con el accidente cerebrovascular isquémico.
Pocos estudios investigaron su relación con las enfermedades cardíacas, incluido el infarto de miocardio. Es más, casi ninguno se ocupó de otros trastornos cardiovasculares.
Se ha sugerido el vasoespasmo reversible como un mecanismo asociado con los eventos isquémicos relacionados con el cannabis.
Los estudios experimentales informan vaso-relajación inducida por cannabinoides en ratas, pero también vasoconstricción en condiciones patológicas como la hipertensión o después de administrar dosis altas.
Los cannabinoides tienen efectos pleiotrópicos vinculados a varios objetivos farmacológicos además de los receptores cannabinoides específicos tipo 1 y tipo 2 (CB1 y CB2).
El THC y el cannabidiol (CBD) son los principales ingredientes activos del cannabis: el THC es un agonista parcial de CB1 y CB2 que tiene una mayor afinidad por CB1, mientras que el CBD se describe como un agonista parcial de CB2, un modulador alostérico negativo de CB1 o como que no tiene interacción en estos receptores.
# Activación CB1.
La activación de CB1 en el sistema cardiovascular se ha asociado con:
- Estrés oxidativo.
- Lesión tisular.
- Muerte celular.
- Efectos proaterogénicos, profibróticos, proinflamatorios y vasodilatación/vasoconstricción a través del sistema nervioso simpático.
La estimulación simpática mediada por THC puede causar taquicardia, aumento de la demanda cardíaca de oxígeno y vasoconstricción, que puede ser transitoria y desencadenada por condiciones patológicas subyacentes, lo que potencialmente conduce a isquemia en el corazón, cerebro o periferia.
# Activación C2.
La activación de CB2, por el contrario, se ha relacionado con:
- Efectos anti-inflamatorios
- Reducción del estrés oxidativo.
- Funciones antiaterogénicas y antifibróticas.
Consumo de cannabis y riesgos de MACE: un nuevo estudio francés
Un grupo de investigadores de Francia se propuso como objetivo evaluar el riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE, por su siglas en inglés, para referirnos a muerte cardiovascular, síndrome coronario agudo no mortal incluyendo infarto de miocardio, o accidente cerebrovascular no mortal), relacionados con el consumo de cannabis.
Para esto, hicieron una revisión sistemática y un metaanálisis de la evidencia disponible.
Incluyeron trabajos publicados entre el 2016 y el 2023.
Los resultados se publicaron en Heart, una importante revista de Cardiología.
Los resultados: ¿Qué encontraron en este estudio?
En el análisis final se incluyeron 24 artículos de 3.012 registros iniciales, incluidos:
- 17 estudios transversales.
- 6 estudios de cohorte.
- 1 estudio de casos y controles.
La edad media de los participantes fue de 38.4 años. Se estimo que la mayoría eran hombres (54% aproximadamente). En total, se analizaron alrededor de 183 millones individuos.
La exposición correspondió al uso de cannabis en todos los estudios, con uno centrado en el cannabis medicinal.
El riesgo relativo (RR) estimado fue de:
- 1.29 para el síndrome coronario agudo o infarto de miocardio. Esto quiere decir que el consumo de cannabis aumentó un 29% el riesgo de sufrir este desenlace.
- 1.20 para el accidente cerebrovascular. Vemos acá como el consumo de cannabis se relacionó con un 20% de aumento del riesgo de sufrir esta condición.
- 2.10 para la muerte cardiovascular. Este fue el resultado más contundente: el consumo de cannabis aumentó 2.1 veces el riesgo de morir por una causa cardiovascular.
Estos riesgos también se vieron al analizar el único estudio que se baso en cannabis medicinal.
Un dato que llamo la atención fue que la medición del grado de exposición al cannabis fue deficiente en la mayoría de los estudios, lo que hizo imposible medir la “carga cannábica” (a diferencia de los que hacemos con el tabaco, en que usamos medidas como el el packs-year): sólo 4 estudios recopilaron datos sobre la dosis y evaluaron la relación dosis-respuesta. Además, muchos estudios presentaron un riesgo de sesgo de moderado a alto. La mayoría de los estudios fueron transversales, por lo que no están diseñados para demostrar causalidad.
Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?
Esta revisión sistemática y metaanálisis utiliza un enfoque original basado en datos de la vida real.
Los hallazgos revelan asociaciones positivas entre el consumo de cannabis y los eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE).
Estos hallazgos deberían fomentar la investigación del consumo de cannabis en todos los pacientes con trastornos cardiovasculares graves, así como ser un argumento para recomendar en contra de su consumo.