Una investigación desafía la creencia de que el título universitario asegura empleo, revelando diferencias significativas entre sectores socioeconómicos, donde muestra que el origen social continúa determinando las posibilidades laborales, evidenciando la persistente brecha entre clases y la insuficiencia de la educación para superar esta barrera.
Un panorama preocupante: La disminución de inscripciones en la Universidad de Buenos Aires
En Argentina, donde gran parte de la educación es pública, gratuita y sin cupos, se ha evidenciado una preocupante tendencia a la baja en las inscripciones para estudiar, particularmente en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Según datos del primer cuatrimestre del Ciclo Básico Común (CBC) 2023, las inscripciones han disminuido un 11,4% en comparación con el año anterior. Estos números representan una caída del 16% en relación con el récord de 2021, cuando hubo 66.651 inscriptos. Pero, ¿qué hay detrás de estos números?
Uno de los factores que se destaca es el impacto de la pandemia en la educación. No podemos negar que la cuarentena y la virtualidad plantearon enormes desafíos para los estudiantes de nivel medio.
La falta de contacto humano, las dificultades para aumentar y adquirir conocimientos de manera óptima han sido un gran obstáculo, ya que muchos jóvenes se vieron desanimados y desmotivados. Esto, sumado a la condescendencia del sistema educativo, forjaron un gran problema para el futuro, es decir, nuestro presente.
Sin embargo, no podemos enfocarnos solo en esta razón. También debemos mirar hacia el contexto económico. La incertidumbre y la inestabilidad económica afecta la toma de decisiones de los jóvenes (también de los adultos, obvio). Elegir una carrera implica un compromiso significativo, tanto en tiempo como en recursos.
Exploramos las cifras y tendencias recientes en la matrícula universitaria
La perspectiva de un futuro próspero y estable influye en gran medida en la elección de una carrera universitaria y atenta, de algún modo, contra el pensamiento inmediato y el escenario de urgencia con el que se vive en este contexto económico.
Ahora, hablemos de las carreras en sí. Los números nos muestran que algunas carreras en ciencias, técnicas y salud han experimentado un crecimiento constante en los últimos años en todo el mundo.
En la UBA, las cinco carreras que más crecieron en los últimos cinco años, en este contexto de tendencia a la baja en el número de inscriptos, son:
- En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, la carrera de Diseño textil, creció un 29,5% (aunque tiene todo para crecer porque es una carrera nueva)
- En la Facultad de Odontología, Odontología aumentó un 25,2%.
- Facultad de Farmacia y Bioquímica: Tecnicatura Universitaria en Óptica y Contactología – 25,0%
- Facultad de Ciencias Exactas y Naturales: Licenciatura en Ciencias de la Computación – 22,3%
- Facultad de Ciencias Exactas y Naturales: Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Química – 21,2%
Por otro lado, algunas carreras humanísticas y tradicionales han sufrido los porcentajes más altos de disminución de matrícula y eso explica, en parte, la merma del número total.
- Facultad de Filosofía y Letras: Profesorado en Ciencias de la Educación – 61,5%
- Facultad de Filosofía y Letras: Licenciatura en Ciencias de la Educación – 57,5%
- Facultad de Agronomía: Tecnicatura en Turismo Rural – 57,3%
- Facultad de Filosofía y Letras: Licenciatura en Filosofía – 55,6%
- Facultad de Ciencias Sociales: Sociología – 53,7%
Aquí es donde surge una pregunta crucial: ¿por qué esta migración hacia las carreras de ciencias, técnicas y salud?
Esta tendencia puede estar relacionada con la percepción de mayores oportunidades de empleo y estabilidad laboral en estas áreas. A medida que la tecnología avanza y la sociedad evoluciona, surgen nuevas demandas en campos como la informática, la salud y las ciencias.
Los jóvenes pueden sentir que al optar por estas carreras, tendrán una ventaja competitiva en el mercado laboral.
Sin embargo, es fundamental no perder de vista la importancia de las carreras humanísticas y sociales. Estas disciplinas desempeñan un papel vital en la construcción de una sociedad más equitativa, comprensiva y empática. Si bien las carreras en ciencias, técnicas y salud son cruciales para abordar muchos problemas actuales, también necesitamos el aporte de las disciplinas humanísticas y sociales para lograr una comprensión holística y encontrar soluciones más efectivas y equitativas. La intersección de la ciencia y las humanidades es esencial para abordar los desafíos complejos que enfrentamos como sociedad.
La disminución de inscripciones en la UBA es un tema que va más allá de los números. Es un llamado a reflexionar sobre cómo estamos abordando la educación, cómo estamos apoyando a nuestros jóvenes en su desarrollo académico y personal, y cómo estamos construyendo un futuro más prometedor y diverso para todos.