Una investigación recientemente presentada en la revista Hypertension de la American Heart Association (1), y en el Congreso de dicha sociedad, San Diego 2022, en Estados Unidos, derriba un poco el mito de que el paracetamol es más benigno que los antiinflamatorios no esteroides, para los pacientes con enfermedad cardiovascular documentada, o factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Lo revisamos en INFOMED.
PUNTOS CLAVE
- El paracetamol es uno de los analgésicos y antifebriles más usados en el mundo, tanto en adultos como en niños.
- Es preferido en pacientes con antecedentes de hemorragia y enfermedad renal, por sobre los antiinflamatorios no esteroides, cómo la aspirina, el naproxeno, e ibuprofeno, entre otros.
- En pacientes con enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial y/o factores de riesgo cardiovascular, los resultados sobre los efectos del paracetamol sobre estas patologías han sido contradictorios.
- Un grupo de investigadores de Estados Unidos llevó adelante un metaanálisis en el que revisaron 3 ensayos clínicos que compararon el consumo de 3/4 gramos, versus placebo. En total incluyeron 172 pacientes, con una edad media de 60 años, y 3/4 de hombres.
- Los pacientes que tomaron paracetamol tuvieron una incidencia significativamente mayor de hipertensión arterial sistólica, no así de diastólica.
- Al analizar el subgrupo de pacientes hipertensos, los resultados fueron similares.
Sabemos que los analgésicos no esteroides (AINE) pueden aumentar la presión arterial. Se consideró hasta ahora que el paracetamol no tiene este efecto. Los resultados de los estudios observacionales fueron contradictorios sobre sus efectos sobre la salud cardiovascular.
Un viejo conocido…
El paracetamol (acetaminofen) es un popular analgésico y antifebril (2). Es un medicamento no AINE, ya que su mecanismo de acción principal es por inhibición de la generación de prostaglandinas a nivel de sistema nervioso central, lo que genera alivio del dolor y de la fiebre.
Fue sintetizado por primera vez en 1878, y su comercialización empezó en Estados Unidos en la década de 1950. En la década de 1970 fue el analgésico más popular del mundo (3).
Es el medicamento de mayor índice de ingestión accidental, por el gran acceso, y por sus preparaciones, cómo por ejemplo la pediátrica, con sabor dulce y rica para el paladar.
Es uno de los medicamentos de venta libre más usados, ya que los pacientes y los médicos lo consideran un fármaco «inocuo».
Sus presentaciones clásicas son de 325, 500 y 1000 mg por comprimido. También tiene formulaciones para uso endovenoso, en jarabe y en forma de supositorio. Existe a su vez en combinación con varios fármacos. Es ampliamente usado en niños y en adultos.
La dosis diaria máxima, en adultos, es de 4 gramos. Algunos expertos recomiendan tomar hasta 3 gramos por día, principalmente si se va a tomar más de 7 días. Se puede administrar cada 6-8 horas.
Su metabolismo es hepático. Hay que tener precauciones en las personas con insuficiencia o enfermedad hepática grave. En estos la dosis diaria no debe ser mayor a 2 gramos. Lo mismo se recomienda en alcohólicos, desnutridos, personas con bajo peso o en ayuno prolongado, y ancianos.
Se han reportado casos de falla hepática aguda, que resultaron en trasplante y muerte. La mayoría de estos casos fueron por dosis que excedieron el máximo diario permitido. En general, no se ajusta su dosis en la insuficiencia renal.
En las intoxicaciones, el antídoto que se usa es la N-acetil-cisteína, dentro de las 8 horas del diagnóstico.
Es preferido por sobre los antiinflamatorios y antifebriles del grupo de los AINEs en los pacientes con antecedente de hemorragia y de enfermedad renal.
El nuevo estudio
Un grupo de investigadores de Estados Unidos llevó adelante un metaanálisis de 3 estudios en los que compararon los efectos de paracetamol (3-4 gramos por día), versus placebo, en sus efectos sobre la presión arterial sistólica y diastólica en pacientes ambulatorios, con antecedente de enfermedad cardíaca, o hipertensión arterial. Revisaron estudios publicados hasta abril del 2022.
Usaron para las comparaciones entre grupos el parámetro de Diferencia Media Estandarizada, que es la diferencia entre 2 medias, dividida por una estimación de la desviación estándar intragrupo. Se usa cuando se hacen revisiones sistemáticas o metaanálisis, para comparar (4).
Incluyeron 172 adultos, con una edad media de 60 años, y un 73% de hombres.
Los resultados: ¿Qué encontraron?
Los pacientes que recibieron paracetamol tuvieron valores de presión arterial sistólica significativamente superiores a los valores de los que recibieron placebo. La diferencia media estandarizada fue de 0.35.
En el análisis del subgrupo de pacientes con hipertensión arterial, también hubo cambios significativos en la presión arterial sistólica. La diferencia media estandarizada fue de 0.38.
Respecto a la presión sistólica, no hubo cambios significativos entre los grupos. En este caso la diferencia media estandarizada fue de 0.18.
Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?
El uso de paracetamol tiene una relación significativa con valores elevados de presión arterial sistólica.
Estos hallazgos hacen que tengamos que considerar bien a qué paciente le indicamos el paracetamol, principalmente en aquellos con hipertensión arterial preexistente, o con factores de riesgo cardiovascular. Se puede usar paracetamol en estas poblaciones, pero en forma prudente y controlada.
Estos hallazgos fueron con dosis elevadas de paracetamol, por lo cual sus efectos en dosis bajas, o esporádicas (1 comprimido «cada tanto»), se desconocen.