Una revisión sistemática publicada en World Journal of Urology por Kari Bo (1), afirma que el entrenamiento del piso pélvico es efectivo para el tratamiento de incontinencia urinaria de esfuerzo y el prolapso de órganos pélvicos, con evidencia Nivel 1 grado A, siempre que el mismo esté supervisado.
El objetivo del artículo fue presentar y discutir la evidencia existente sobre el entrenamiento del piso pélvico en incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) femenina, prolapso de órganos pélvicos (POP) y disfunción sexual.
La conclusión a la que llegaron fue que la capacitación en el entrenamiento de la fuerza del piso pélvico debe ser la primera línea de tratamiento para IUE y POP, pero que el entrenamiento necesita instrucción adecuada y un seguimiento estrecho por personal especializado para que sea eficaz. Por otro lado, para las disfunciones sexuales femeninas se necesitan más ensayos clínicos para confirmar su eficacia.
Las disfunciones del suelo pélvico ya han sido descriptas por Bump y Norton en el año 1998 (2) como incontinencia urinaria, incontinencia fecal, POP, anomalías sensoriales y de vaciamiento del tracto urinario inferior, disfunción defecatoria, disfunción sexual y síndromes de dolor crónico.
Los diferentes síntomas pueden existir solos, pero en muchos casos conviven varios de ellos debido a las relaciones existentes entre las estructuras (3). Estos son causados por disfunción de los ligamentos, la fascia y los músculos del piso pélvico (4).
Desde los descubrimientos de Kegel, la fisioterapia ha puesto el foco en el entrenamiento de la musculatura del piso pélvico como tratamiento conservador para rehabilitar estas disfunciones. Se encontró que más del 30% de las mujeres con trastornos del piso pélvico pueden ser incapaces de contraer la musculatura del mismo en su primera consulta (5).
Por lo tanto, la instrucción individual por terapeutas calificados y el biofeedback son de suma importancia. Los tratamientos de fisioterapia para el suelo pélvico pueden incluir entrenamiento de la vejiga, entrenamiento de los músculos del suelo pélvico con o sin biofeedback, conos vaginales, electroestimulación u otros complementos del entrenamiento.
Resultados
Incontinencia Urinaria de Esfuerzo
Varios ensayos clínicos controlados aleatorizados (ECCA) han demostrado que el entrenamiento de la musculatura de piso pélvico es más efectivo que ningún tratamiento para tratar la IUE. Las tasas de curación a corto plazo son del 35% al 80%. Las tasas de curación más elevadas fueron demostradas en ECCA de alta calidad metodológica.
Los participantes recibieron instrucción individual minuciosa por parte de un kinesiólogo entrenado, entrenamiento combinado con biofeedback o estimulación eléctrica, y tuvieron un seguimiento cercano semanal o quincenal. La adherencia fue alta y la deserción fue baja.
Biofeedback
Se ha definido al biofeedback como “un grupo de procedimientos en los que se utiliza un sensor externo para dar una indicación de los procesos corporales, generalmente con el propósito de cambiar la calidad medida”.
Los aparatos se basan en mediciones de presión o de electromiografía de superficie. Algunos estudios han demostrado un progreso más rápido utilizando biofeedback.
Conos vaginales
Estos son pesas que se colocan en la vagina por encima del músculo elevador del ano. Estudios demuestran que el entrenamiento de la musculatura del piso pélvico es significativamente más efectivo que entrenar con conos tanto para mejorar la fuerza muscular como para reducir las pérdidas de orina.
Efectos a largo plazo del entrenamiento de los músculos del suelo pélvico para IUE
Un estudio evaluó de forma prospectiva a 110 mujeres que habían sido tratadas por IUE, incontinencia urinaria de urgencia (IUU) o incontinencia urinaria mixta (IUM) cinco años después del cese del entrenamiento.
Encontró que el 67% seguía satisfecha con la condición. Solo 7 de 110 habían sido tratadas con cirugía. En otro estudio el 56 % de las mujeres tenía una presión de cierre positiva durante la tos y el 70% no tuvo pérdidas visibles durante la tos a los cinco años de seguimiento. El 70% de las pacientes seguían satisfechas con los resultados y no quería ninguna otra opción de tratamiento.
Prolapso de órganos pélvicos
Todos los ECCA están a favor del entrenamiento de los músculos del piso pélvico, demostrando una mejoría estadísticamente significativa en los síntomas y/o etapas de prolapso.
Disfunciones sexuales
La sexualidad femenina es compleja ya que tiene raíces biológicas, psicológicas, culturales y sociales.
Las disfunciones sexuales femeninas se clasifican como trastorno de deseo, aversión sexual, trastorno subjetivo de la excitación, trastorno combinado de la excitación genital y subjetiva, trastorno de la excitación persistente, trastorno orgásmico, dispareunia y vaginismo.
Actualmente, solo hay un número limitado de ECCA que evalúan el efecto del entrenamiento del piso pélvico. Un ECCA en 118 mujeres luego de su primer parto tuvo como resultado un aumento significativo en la fuerza de los músculos del suelo pélvico, en excitación sexual, en la lubricación y el orgasmo, pero no en la satisfacción.
Otro ECCA, investigó el efecto del entrenamiento del piso pélvico sobre la función sexual en un grupo de mujeres con IUE con una edad promedio de 50 años de edad, y encontró que el grupo de ejercicio fue significativamente mejor en las preguntas sobre la vida sexual incluida por los síntomas urinarios y la IU durante el coito.
En síntesis, esta revisión demuestra que, la rehabilitación de piso pélvico a través del entrenamiento de la musculatura por profesionales entrenados, debería ser la primera recomendación debido a sus buenos resultados y su bajo costo.
Referencias
(1). Bø, Kari (2012) Pelvic floor muscle training in treatment of female stress urinary incontinence, pelvic organ prolapse and sexual dysfunction.
World Journal of Urology 30, 437–443
(2) Bump RC, Norton PA (1998) Epidemiology and natural history of pelvic floor dysfunction. Obstet Gynecol Clinics North Am 25:723–746
(3) Wall L, DeLancey JO (1991) The politics of prolapse: a revisionist approach to disorders of the pelvic floor in women. Perspect Biol Med
34:486–496
(4) DeLancey JO, Low LK, Miller JM, Patel DA, Tumbarello JA (2008) Graphic integration of causal factors of pelvic floor disorders: an integrated
life span model. Am J Obstet Gynecol 199:610.e1–610.e5
(5) Bø K, Mørkved S (2007) Motor learning. In: Bø K, Berghmans B, Mørkved S, van Kampen M (eds) Evidence based physical therapy
for the pelvic Xoor: bridging science and clinical practice. Elsevier, Churchill Livingstone, pp 113–119