Toda la actualidad de la medicina en español    Escrita y revisada con amor por médicos

Alerta Científica: ¿Una infección bacteriana en la infancia detrás del creciente cáncer colorrectal juvenil?

Una investigación internacional publicada en Nature, identifica la exposición infantil a la toxina colibactina (Escherichia coli) como posible causa del aumento de cáncer colorrectal en jóvenes, mediante una "firma genética" distintiva. Lo resumimos en INFOMED.

Puntos Clave

  • La incidencia de cáncer colorrectal en adultos jóvenes se ha duplicado globalmente en los últimos veinte años, sin causa específica hasta ahora.
  • La toxina bacteriana colibactina, de ciertas cepas de Escherichia coli, se postula como un factor clave en este inquietante aumento.
  • La exposición a colibactina en la infancia temprana imprime una firma genética característica y detectable en el ADN de las células colónicas.
  • Un análisis de 981 genomas reveló que estas firmas mutacionales son 3.3 veces más frecuentes en pacientes diagnosticados antes de los 40 años.
  • Las mutaciones asociadas a la colibactina parecen originarse en los primeros 10 años de vida, adelantando el desarrollo del cáncer.
  • De mantenerse la tendencia, el cáncer colorrectal podría ser la principal causa de muerte por cáncer en adultos jóvenes para el año 2030.
  • La investigación subraya la necesidad urgente de estudiar cómo prevenir o combatir la infección por bacterias productoras de colibactina.

El preocupante incremento del cáncer colorrectal en la juventud

El panorama del cáncer colorrectal ha experimentado un cambio desconcertante en las últimas 2 décadas: tradicionalmente considerada una patología predominantemente asociada al envejecimiento, su incidencia en adultos menores de 50 años se ha duplicado en numerosos países alrededor del mundo.

Este fenómeno ha encendido las alarmas en la comunidad médica y científica, ya que las razones detrás de este drástico aumento han permanecido, hasta ahora, en gran medida desconocidas.

Los pacientes jóvenes con cáncer colorrectal frecuentemente no presentan los antecedentes familiares ni los factores de riesgo clásicamente asociados a esta enfermedad, como la obesidad.

Esta ausencia de factores convencionales ha impulsado una búsqueda intensiva de posibles causas alternativas, orientando las investigaciones hacia carcinógenos ambientales no identificados o infecciones microbianas con potencial oncogénico.

La urgencia de comprender este incremento se ve acentuada por proyecciones sombrías: si la tendencia actual persiste, se estima que el cáncer colorrectal podría convertirse en la principal causa de muerte por cáncer en la población adulta joven para el año 2030.

En este contexto de incertidumbre y necesidad de respuestas, emerge una nueva línea de investigación.

Una toxina bacteriana infantil emerge como principal sospechosa: la Colibactina

Un reciente estudio, publicado por Nature, ha arrojado luz sobre este enigma, señalando a una toxina bacteriana, la colibactina, como una posible culpable del alarmante aumento del cáncer colorrectal de aparición temprana.

La colibactina es una sustancia genotóxica producida por ciertas cepas de la bacteria Escherichia coli, un microorganismo que comúnmente habita el colon y el recto como parte de la microbiota intestinal.

Sin embargo, no todas las cepas de E. coli son inocuas: aquellas capaces de sintetizar colibactina poseen la peligrosa capacidad de alterar el material genético (ADN) de las células epiteliales del colon.

Un esfuerzo científico internacional para desvelar el misterio

El estudio es el resultado de un proyecto internacional en el que han colaborado instituciones de renombre mundial: la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), que lideró la investigación, el Wellcome Sanger Institute (Reino Unido); y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este descubrimiento es el primero que demuestra un incremento sustancial de las mutaciones genéticas relacionadas específicamente con la colibactina en los casos de cáncer colorrectal diagnosticados en personas menores de 50 años.

La “huella dactilar” genética: descifrando las firmas mutacionales de la Colibactina

El núcleo del hallazgo reside en un análisis computacional de mutaciones genéticas. Los investigadores examinaron minuciosamente los genomas completos de 981 pacientes diagnosticados con cáncer colorrectal, provenientes de 11 países distintos.

Este enfoque permitió identificar patrones específicos de alteraciones en el ADN, conocidos como “firmas mutacionales”.

Cada factor carcinogénico, ya sea la radiación UV, el tabaco, el alcohol o, como en este caso, toxinas bacterianas, tiende a dejar una “huella genética” propia y distintiva en el genoma. Estas firmas son como un registro histórico que puede ayudar a determinar el origen de ciertos tipos de cáncer.

Hallazgos clave: la firma de la colibactina en pacientes jóvenes

Los resultados fueron reveladores: se constató que la exposición a la colibactina, particularmente durante la primera infancia, imprime una firma genética característica y persistente en el ADN de las células del colon.

Estas firmas asociadas a la colibactina resultaron ser 3.3 veces más frecuentes en los tumores de adultos jóvenes (menores de 40 años), en comparación con aquellos diagnosticados en personas mayores de 70 años.

Además, se observó una prevalencia especialmente alta de estas firmas de colibactina en países que registran una alta incidencia de cáncer colorrectal de aparición temprana.

Estas firmas mutacionales parecen actuar como un “registro histórico en el genoma”, sugiriendo que la exposición a la colibactina en etapas tempranas de la vida es un factor que favorece el desarrollo precoz del cáncer colorrectal.

Un hallazgo, de casualidad

El proyecto inicial, no estaba enfocado específicamente en el cáncer de aparición temprana, sino en examinar patrones mundiales de cáncer colorrectal para entender disparidades entre países. Sin embargo, la alta frecuencia de mutaciones ligadas a colibactina en casos jóvenes emergió como uno de los hallazgos más interesantes y llamativos.

Este trabajo forma parte del proyecto “Mutographs of Cancer – Cancer Research UK Grand Challenge Project”, una colaboración más amplia que busca identificar patrones de mutaciones causadas por diversos agentes ambientales.

Implicaciones profundas: mutaciones tempranas y un futuro incierto

Los datos sugieren que los efectos dañinos de la colibactina comienzan a manifestarse muy pronto en la vida.

Las mutaciones genéticas asociadas a esta toxina parecen surgir en una fase temprana del desarrollo tumoral, lo que es coherente con estudios previos que indican que tales alteraciones pueden producirse incluso durante los primeros 10 años de vida.

Si alguien adquiere una de estas mutaciones impulsoras a los 10 años, podría adelantarse décadas en el desarrollo del cáncer colorrectal y padecerlo a los 40 años en lugar de a los 60.

La hipótesis de la colonización silenciosa

Esta hipótesis plantea que las bacterias productoras de colibactina podrían estar colonizando silenciosamente el colon de niños y niñas, iniciando cambios moleculares en su ADN que, con el tiempo, prepararían el terreno para el desarrollo del cáncer colorrectal, mucho antes de que aparezca cualquier síntoma clínico.

Aunque se subraya la necesidad de seguir investigando para establecer una causalidad definitiva, los hallazgos actuales apoyan firmemente esta conexión.

El estudio abre, una serie de interrogantes cruciales que aún no se puede responder con certeza, como los mecanismos exactos de infección por estas bacterias productoras de colibactina, las vías de exposición en la infancia y, fundamentalmente, cómo se podría evitar o combatir eficazmente dicha infección y exposición.

Variaciones geográficas y la urgencia de la investigación

La investigación publicada en Nature también ha revelado variaciones geográficas interesantes.

Se identificaron ciertas firmas mutacionales que son especialmente frecuentes en cánceres colorrectales de algunos países específicos, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, Rusia y Tailandia.

Este patrón sugiere que factores ambientales locales, aún no determinados, también podrían estar contribuyendo al desarrollo de este tipo de cáncer.

Por lo tanto, es posible que las causas varíen de un país a otro, lo que abre la puerta a estrategias de prevención específicas para cada región.

Estos resultados implican un cambio conceptual importante: muchos cánceres podrían tener su origen en exposiciones ambientales o microbianas ocurridas durante los primeros años de vida, mucho antes de que se realice un diagnóstico.

Esto cambiaría la forma de pensar sobre el cáncer, que no se trata solo de lo que ocurre en la edad adulta, sino también en la primera década de vida, quizá incluso en los primeros años.

Nuevas estrategias de prevención y detección temprana

Los autores del estudio ya están esbozando las siguientes fases de la investigación.

Buscando dar respuesta a las siguientes interrogantes:

  1. Cómo se exponen los niños a las bacterias productoras de colibactina y qué medidas se pueden tomar para prevenir o mitigar esa exposición.
  2. La existencia de dietas o estilos de vida particulares que sean más propicios para la producción de colibactina en el intestino.
  3. Como saber si las personas cuentan con estas mutaciones de manera previa.

Ya se están explorando diversas estrategias, como el uso de probióticos para eliminar de forma segura las cepas bacterianas nocivas del intestino

Además, se están desarrollando pruebas de detección temprana que podrían analizar muestras de heces en busca de las mutaciones relacionadas con la colibactina.

Las conclusiones: ¿Qué nos deja este estudio?

El estudio establece un vínculo significativo entre la exposición infantil a la toxina colibactina y el aumento del cáncer colorrectal en jóvenes. No quiere decir que haya una relación causal 100 %, sino que podría hacer cierta relación, que hace falta seguir investigando.

Este hallazgo, que identifica una firma mutacional específica, resalta la importancia de los eventos tempranos de salud en la vida para el desarrollo de enfermedades futuras y subraya la necesidad urgente de investigar estrategias de prevención y detección precoz, así como de asegurar la financiación continua para la investigación oncológica a nivel global.

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartí esta Nota