Puntos Clave
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Los inhibidores de SGLT2 (iSGLT2, inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2), como dapagliflozina , empagliflozina y canagliflozina, son fundamentales en el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Reducen el riesgo de insuficiencia renal en un 30-40%, independientemente de la presencia de diabetes mellitus.
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La retroalimentación tubuloglomerular es un mecanismo clave por el cual los iSGLT2 protegen los riñones, reduciendo la presión intraglomerular y la hiperfiltración glomerular.
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Los iSGLT2 promueven la lipólisis y la cetogénesis, induciendo un balance energético negativo. Mejoran la eficiencia mitocondrial y reducen el estrés oxidativo y la inflamación.
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Los iSGLT2 activan la autofagia, un proceso celular que elimina componentes dañados y proporciona nuevos bloques de construcción para la reparación de tejidos.
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Los iSGLT2 mitigan la hiperactividad del sistema nervioso simpático al promover la natriuresis, disminuir la presión arterial, mejorar la función arterial y reducir la sobrecarga de sodio y calcio en los cardiomiocitos.
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Los iSGLT2 mejoran la función endotelial, reducen la rigidez arterial y promueven la vasodilatación. Estos efectos podrían estar relacionados con la disminución de la endotelina-1.
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Se necesitan más investigaciones para comprender si estos cambios se mantienen con el tratamiento crónico, y si los iSGLT2 pueden prevenir la enfermedad renal crónica en individuos en riesgo.
Rol de los Inhibidores de SGLT2 en la protección Renal
Los inhibidores de SGLT2 (iSGLT2, inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2), como dapagliflozina , empagliflozina y canagliflozina, son fundamentales en el tratamiento de la enfermedad renal crónica.
Estos fármacos, en los ensayos clínicos, reducen el riesgo de insuficiencia renal en un 30-40%, independientemente de la presencia de diabetes mellitus.
Además, algunos iSGLT2, como empagliflozina y dapagliflozina, han mostrado potencial para disminuir el riesgo de lesión renal aguda, aunque los resultados varían según el fármaco. Distintos mecanismos podrían ser responsables de estos beneficios.
1. Retroalimentación tubuloglomerular: un papel discutido
La retroalimentación tubuloglomerular es un mecanismo clave por el cual los iSGLT2 protegen los riñones, reduciendo la presión intraglomerular y la hiperfiltración glomerular.
Sin embargo, los beneficios clínicos de estos fármacos son similares en pacientes con y sin diabetes mellitus, lo que sugiere que otros mecanismos también están en juego.
Factores como la ingesta de sal, dietas ricas en proteínas y el uso de diuréticos pueden afectar la efectividad de la RTG.
2. Optimización del uso y suministro de energía a nivel renal
Los iSGLT2 promueven la lipólisis y la cetogénesis, induciendo un balance energético negativo.
Los cuerpos cetónicos, como el β-hidroxibutirato, se convierten en una fuente de energía eficiente para los riñones bajo estrés, mejorando la eficiencia mitocondrial y reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación.
Además, aumentan el hematocrito, lo que puede mejorar la oxigenación renal y la función mitocondrial.
3. Regulación de la autofagia y mantenimiento de la homeostasis celular
Los iSGLT2 activan la autofagia, un proceso celular que elimina componentes dañados y proporciona nuevos bloques de construcción para la reparación de tejidos.
Influyen además en vías de señalización como mTOR, AMPK, SIRT1 y HIF, contribuyendo a la reducción del daño renal, al mejorar la autofagia y disminuir la inflamación y la fibrosis. También protegen los podocitos, y modulan la respuesta de los macrófagos en el riñón.
4. Atenuación de la hiperactividad simpática
La hiperactividad del sistema nervioso simpático está asociada con la enfermedad renal crónica, y contribuye a su progresión.
Los iSGLT2 mitigan estos efectos adversos al promover la natriuresis, disminuir la presión arterial, mejorar la función arterial y reducir la sobrecarga de sodio y calcio en los cardiomiocitos.
5. Mejoramiento de la salud vascular y la función microvascular
Los iSGLT2 mejoran la función endotelial, reducen la rigidez arterial y promueven la vasodilatación. Estos efectos podrían estar relacionados con la disminución de la endotelina-1, un potente vasoconstrictor, y con la movilización de células progenitoras circulantes derivadas de la médula ósea para la reparación vascular.
En resumen
Si bien la activación de la retroalimentación tubuloglomerular es un mecanismo importante, los iSGLT2 ofrecen protección renal a través de una variedad de vías fisiológicas favorables.
Se necesitan más investigaciones para comprender si estos cambios se mantienen con el tratamiento crónico, y si los iSGLT2 pueden prevenir la enfermedad renal crónica en individuos en riesgo.