Dietas: todo lo que tenemos que saber (episodio III)

por | 25, Jun, 2024 | Nutrición

10–11 minutos de lectura

Resumimos en INFOMED una reciente publicación de The NEJM, donde un grupo de investigadores griegos y de Estados Unidos, hacen una revisión sobre todo lo que tenemos que saber sobre los distintos patrones dietarios (1). En este episodio, la dieta DASH, la dieta MIND y el ayuno intermitente.

PUNTOS CLAVE

  • La dieta dash tiene las siguientes características:
      • Es rica en frutas y verduras
      • Es rica en productos lácteos bajos en grasas
      • Contiene cantidades bajas de lípidos saturados, y colesterol, además de niveles de lípidos totales relativamente bajos.
  • Las investigaciones han relacionado el impacto de los nutrientes de la dieta DASH, con múltiples mecanismos fisiológicos que afectan el control de la presión arterial, la tolerancia a la glucosa, la inflamación, el estrés oxidativo, la absorción de grasas y la adipogénesis.
  • La dieta MIND es un patrón dietético que fue concebido para abordar las necesidades de un resultado de salud específico: la función cognitiva. La misma, demostró algunos beneficios potenciales con respecto a los resultados cognitivos, y se está investigando activamente en ensayos clínicos aleatorios.
  • El ayuno intermitente se ha practicado durante siglos, las investigaciones clínicas se han centrado en este por sus efectos a largo plazo sobre el envejecimiento, la desregulación metabólica y el equilibrio energético.
  • Desde una perspectiva de investigación médica, está justificado investigar cómo y por qué las distintas dietas podrían ayudar o no para la prevención y el tratamiento de distintas enfermedades, como la obesidad, la actividad, la hipertensión y la enfermedad cardiovascular, además la demencia y el cáncer, entre otras. Para esto se tiene que definir bien cada dieta.

Dieta DASH (un diseño «antihipertensivo»)

A principios de la década del 1990, se llevó a cabo un ensayo clínico multicéntrico y aleatorizado, Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH), para probar el efecto de los patrones dietéticos en el control de la presión arterial.

Los participantes asignados a la dieta de prueba (DASH), durante 8 semanas, tuvieron mayores reducciones en la presión arterial (en promedio, 5.5 mm Hg en la presión sistólica, y 3 mm Hg en la presión diastólica), que los participantes asignados a una dieta de control.

Sobre la base de esta evidencia, la dieta DASH se identificó como una estrategia eficaz para prevenir y tratar la hipertensión arterial.

La dieta tiene las siguientes características:

  • Es rica en frutas y verduras (5 y 4 porciones por día, respectivamente)
  • Es rica en productos lácteos bajos en grasas (2 porciones por día)
  • Contiene cantidades bajas de lípidos saturados, y colesterol, además de niveles de lípidos totales relativamente bajos.

Con esta dieta, los niveles de potasio, magnesio y calcio están cerca del percentil 75 de consumo en la población estadounidense.

Además, incluye altas cantidades de fibra y proteínas.

Las investigaciones han relacionado el impacto de los nutrientes de la dieta DASH, con múltiples mecanismos fisiológicos que afectan el control de la presión arterial, la tolerancia a la glucosa, la inflamación, el estrés oxidativo, la absorción de grasas y la adipogénesis.

Desde su presentación, la dieta DASH se ha estudiado en relación con varios trastornos, además de la hipertensión arterial.

Una mayor adherencia a esta dieta se ha asociado con una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas, y los resultados de múltiples estudios observacionales sugieren que se asocia a una disminución en la incidencia de cáncer, y de la mortalidad relacionada con esta enfermedad.

Una gran revisión y meta-análisis mostró que, sobre la base de datos de cohortes prospectivos para una población total de aproximadamente 950.000 participantes, una mayor adherencia a la dieta DASH se asoció con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y enfermedades metabólicas como la diabetes.

Los ensayos controlados mostraron disminuciones en la presión arterial diastólica y sistólica, y en varias medidas metabólicas, incluidos los niveles de insulina, y hemoglobina glicosilada, y los niveles de colesterol total y LDL, así como una disminución en el peso corporal.

También se han propuesto modificaciones o mejoras de la dieta DASH:

  • Dieta DASH-sodio (combina la dieta DASH con una ingesta baja de sodio)
  • Dieta Omni Heart (en esta hay una sustitución parcial de los hidratos de carbono por proteínas, aproximadamente la mitad de estas, que son de origen vegetal, o con ácidos grasos insaturados, predominantemente monoinsaturados)

Dieta MIND (o «mente»)

La dieta MIND (Mediterranean–DASH Intervention for Neurodegenerative Delay, o Intervención Mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo) es un patrón dietético que fue concebido para abordar las necesidades de un resultado de salud específico: la función cognitiva.

Basado en los hallazgos de investigaciones previas sobre nutrición y cognición o demencia, MIND combina características de las dietas mediterránea y DASH.

Hace énfasis en el consumo de alimentos vegetales (cereales integrales, vegetales, legumbres y nueces), con un enfoque exclusivo en las bayas (frutos rojos o vegetales silvestres), y en los vegetales de hojas verdes.

La dieta restringe el consumo de carnes rojas, así como de otros alimentos con alto contenido en lípidos totales y saturados (comidas rápidas y fritas, queso, manteca y margarina, panificados y dulces), y el aceite de oliva es el principal aceite de la dieta.

Se recomienda el consumo de pescado más de una vez por semana y de aves más de 2 veces por semana.

MIND demostró algunos beneficios potenciales con respecto a los resultados cognitivos, y se está investigando activamente en ensayos clínicos aleatorios.

Ayuno Intermitente (dieta de tiempo restringido, bien de moda hoy)

El ayuno (es decir, no ingerir alimentos ni bebidas calóricas durante períodos que van desde 12 horas, hasta algunas semanas) se ha practicado durante siglos.

Muchas religiones recomiendan períodos de ayuno para los creyentes (por ejemplo, el Ramadán musulmán) como señal de devoción, autorrestricción e introspección.

Las investigaciones clínicas se han centrado en gran medida en el ayuno por sus efectos a largo plazo sobre el envejecimiento, la desregulación metabólica y el equilibrio energético.

El ayuno es distinto de la restricción calórica, en la que la ingesta de energía se reduce en un cierto porcentaje, generalmente del 20 al 40%, pero se mantiene la frecuencia de las comidas.

El ayuno intermitente es menos exigente que el ayuno continuo. Es un término general que describe varios regímenes que incluyen períodos alternos de ayuno o alimentación restrictiva, y períodos de alimentación normal o alimentación según se desee.

Los enfoques utilizados hasta ahora pueden clasificarse en 2 tipos principales:

  • «Referencia semanal»

Acá está el ayuno en días alternos, que se practica cada 2 días, seguido, cada día de ayuno por un día de ingesta ilimitada de alimentos, mientras que, en el ayuno modificado en días alternos, se alterna una dieta muy baja en calorías con comer según se desee.

El ayuno se puede practicar durante 2 días consecutivos o no consecutivos, con alimentación normal durante los 5 días restantes (dieta 5:2).

Otros enfoques incluyen días consecutivos de alimentación restrictiva (una dieta muy baja en calorías durante 5 días) seguidos de períodos de ingesta de alimentos sin restricciones (durante al menos 10 días).

  • «Referencia diaria»

En esta dieta, el día es el período de referencia, y la alimentación se realiza solo durante un período específico del día (generalmente un período de 8 o 10 horas).

Cuando se modifica la alimentación para adaptarse al ayuno intermitente, se produce un cambio metabólico en el uso de las fuentes de combustible, de glucosa a ácidos grasos y cuerpos cetónicos, con una posterior mayor eficiencia en la producción de energía, así como múltiples efectos sobre las funciones celulares y orgánicas, incluyendo una mayor resistencia al estrés.

La evidencia que respalda los efectos a largo plazo y los beneficios clínicos del ayuno intermitente, en comparación con la restricción energética continua, es escasa y discutible.

Algunos estudios preliminares en humanos y animales han encontrado que el ayuno intermitente está relacionado con mejoras en una amplia gama de condiciones de salud, trastornos e indicadores de salud cardiovascular, como la regulación de la glucosa y la diabetes, los índices de composición corporal, la grasa abdominal y la obesidad, y la dislipidemia, la hipertensión, y la inflamación.

Debido a que se cree que el ayuno intermitente tiene efectos positivos sobre el metabolismo energético, reduce el potencial de crecimiento de las células cancerosas y aumenta la susceptibilidad de las células cancerosas al tratamiento, los efectos clínicos del ayuno intermitente sobre el inicio y la progresión del cáncer son de interés.

De manera similar, debido a la evidencia preclínica de los efectos del ayuno intermitente en los procesos neurodegenerativos y otras vías biológicas cerebrales, investigaciones recientes se centran en los posibles efectos sobre los trastornos neuropsiquiátricos.

Las conclusiones: ¿qué nos deja esta revisión sobre las dietas?

Desde una perspectiva de investigación médica, está justificado investigar cómo y por qué las distintas dietas podrían ayudar o no para la prevención y el tratamiento de distintas enfermedades, como la obesidad, la actividad, la hipertensión y la enfermedad cardiovascular, además la demencia y el cáncer, entre otras. Para esto se tiene que definir bien cada dieta.

Los desafíos adicionales son la evidencia relativamente limitada de ECA, y los grados variables de adherencia y otras limitaciones inherentes a esta investigación, incluidos errores de medición dietética, y posibles factores de confusión.

La evidencia también es limitada para las comparaciones de una dieta potencialmente saludable, con otra dieta potencialmente saludable, aunque una investigación reciente intentó tales comparaciones principalmente entre índices dietéticos construidos.

Las dietas se han desarrollado en diferentes marcos históricos y culturales, y para diferentes poblaciones y grupos de pacientes, lo que plantea dificultades para su traducción clínica a la práctica cotidiana.

También se debe tener en cuenta la posible adherencia. La adherencia puede disminuir con el tiempo y se han registrado tasas de interrupción más altas para patrones dietéticos más restrictivos.

Aunque muchas dietas se han desarrollado con el objetivo inicial de controlar el peso corporal, la composición de la dieta también tiene importantes efectos sobre la salud que son independientes de los efectos sobre la adiposidad.

Sobre el autor

Ramiro Heredia

Ramiro Heredia

AUTOR

Médico especialista en Medicina Interna. MN 117.882 – Egresado de la Universidad de Buenos Aires. Médico de Planta, Séptima Cátedra de Medicina – Hospital de Clínicas José de San Martín. Coordinador del módulo Clínico, Curso bienal de Emergentología – SAPUE. Asesor Médico, Gerencia Médica de Urgencias, OSDE. Contacto IG > @ramiroherediaok

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